Rayo Vallecano 1-1 UD Almería | El Acta de Vivancos

Menudo fondo de armario

  • Ese 'monstruo' que dijo Drudi de crear puede ser poco menos que imbatible

Owona se batió el cobre con Ulloa

Owona se batió el cobre con Ulloa / Dani Sánchez (Madrid)

Es el equipo a batir. Ha logrado esa jerarquía el conjunto de Pedro Emanuel por méritos propios. Y hasta el Rayo, plagado de jugadores de superior categoría, se tomó el choque como una de sus finales anticipadas. Prepararon el partido a conciencia, poniendo toda la carne en el asador a nivel físico y táctico, pero este Almería es muy poderoso, no solo por lo realizado antes del choque de Vallecas, sino por presentar batalla en una auténtica ratonera, contra viento y marea, donde en otros tiempos los grandes han sufrido de lo lindo.

Haber visto al conjunto rojiblanco levantarse y equilibrar el encuentro, entronca con el bajón del rival por la razón expuesta con anterioridad, el esfuerzo supremo del contrario que pasó factura, porque maniatar a los de Emanuel tiene su precio. Sobre todo cuando las posibilidades con las que cuenta el entrenador luso son múltiples, la estructura de conjunto se consigue restaurar y las individualidades responden.

Dichas las alabanzas, reflejadas en la clasificación, el conformismo lo dejo para la gente gris, pues varias conclusiones se pueden extraer con el fin de minimizar una situación como la vivida durante tantos minutos en Vallecas. Hay quien dirá que De la Hoz no estaba y que el equilibrio que en silencio otorga el jugador cántabro no existió, pero hay que tener en cuenta la serie de partidos tan seguidos que se han disputado.

Quizá, por la falta de más presión, se podría haber echado mano más minutos de jugadores como Chema o Coric. Alguien me dirá que Petrovic es indiscutible o que Aguza dio el pase de gol, pero se trataba de variar la filosofía sobre la marcha, porque aun jugando mejor en la segunda mitad, el control del juego no fue el que más le interesaba al Almería, frente a un equipo agotado conforme pasaban los minutos y que solo creaba peligro a través de chispazos.

Hay quien dirá que De la Hoz no estaba y que el equilibrio que en silencio otorga el jugador cántabro no existió

No obstante, los cambios de Emanuel volvieron a ser decisivos, muy acertados, pues Corpas aportó y Muñoz demostró que ha llegado a su madurez deportiva con una exhibición de templanza y técnica a la hora de definir en un momento clave del partido.

Al igual que me referí en mi anterior misiva a los nervios de René, es justo destacar sus dos paradas que sostuvieron a sus compañeros en momentos de pájara colectiva, aunque como tarea de la semana el cancerbero debe tener los saques con el pie a sus compañeros.

Da la impresión de que en otro contexto y conforme pasen las jornadas, ese monstruo que dijo Drudi de crear, puede ser poco menos que imbatible. El fondo de armario de esta plantilla, bien gestionado por Emanuel, va camino de dar innumerables alegrías.

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