UD Almería

Obligado cambio de objetivos

Entrenamiento de ayer.

Entrenamiento de ayer.

Los números todavía dan para una gesta y en esto del fútbol ya se sabe que todo puede pasar. Sin embargo, es mejor no llevarse a engaños y bien le vendría al Almería concentrar todas sus fuerzas en la promoción de ascenso. Entre otras cosas, porque todavía no está amarrada y los números de los rojiblancos (15 de 45 posibles) no son precisamente como para tirar cohetes.

Ante ello, los jugadores necesitan librarse de esa presión por ascender que trae aparejada un proyecto millonario para la categoría como el que puso en liza Turki Al-Sheikh, que en unas semanas vivirá su primer aniversario como presidente rojiblanco. Fallos, principalmente deportivos ha habido muchos, empezando por la precipitación en el despido de Pedro Emanuel, pero ya se analizará todo con calma una vez que el Almería concluya el campeonato.

Para que el análisis sea lo más dulce posible, todo pasa por este pequeño ciclo de partidos que se empezará el próximo lunes ante el Rayo Vallecano y que si todo va bien, puede acabarse con la final por el ascenso en la promoción hacia Primera. Es fundamental, para que esta premisa sí se cumpla, luchar por el tercer puesto, que ahora mismo ocupa un Zaragoza igual de errático que el Almería. Los maños están a dos puntos y el golaverage es a favor de los almerienses.

El Almería está exhausto física y mentalmente. En el primer apartado, Guti primero y ahora Mario Silva apenas han dado respiro a los teóricos titulares, por la gran diferencia de calidad que existe en la plantilla. Hubo muchos fichajes, tanto en verano como en invierno, pero ni se construyó un bloque sólido ni se acertó en las verdaderas carencias que tenía el plantel. Así, la ausencia de Balliu deja coja la derecha, en la sala de máquinas no hay oxígeno para sostener al equipo, en los extremos no hay revulsivos para las segundas partes y Darwin no tiene un Sekou, que le apriete las pilas o le permita cierto desahogo.

Mentalmente al Almería también se le nota intimidado, desquiciado cada vez que David Costas realiza una temeridad en área propia que cuesta un penalti. Precisamente después de su primera pena máxima, en Soria, Guti lanzó una reprimenda al grupo, que con un tono más sosegado repitió Mario Silva en Gerona. Para reforzar vínculos, trabajar en lo psicológico y motivar a sus jugadores de cara al partido ante el Rayo, el portugués va a concentrar al equipo. Con una victoria el lunes, la promoción puede encararse de otra forma.

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