UD Almería

Torrecárdenas: La 'peña del fonendo' del Almería

En los hospitales huele a alcohol, a desinfectante, a productos esterilizadores, a acelgas cocidas. Y en Torrecárdenas también a fútbol. En el centro hospitalario desde el que se divisa toda la ciudad y desde el que se podían ver los partidos del Almería por encima de la capota de preferencia cuando jugaba en el Campo Municipal, los sanitarios van con batas blancas, aunque no les importaría pintarles unas franjas rojas verticales; en el pecho lucen el anagrama del SAS, pero su corazón late por la UDA.

Son sanitarios, sufridores de profesión y de vocación. Una vez que se quitan el fonendo del cuello, se cuelgan la bufanda de la Unión Deportiva Almería. Entre recetas de paracetamol o pinchazos de la vacuna de la gripe, siempre hay alguna conversación futbolera con el paciente acerca del resultado del fin de semana. Por mucho que desquiciara el arbitraje del pasado partido, el diagnóstico del enfermo al que examinan es preciso: catarro por enfriamiento al salir a la calle con la camisola rojiblanca de manga corta para presumir de colores del último triunfo.

Un grupo privado de sanitarios de Torrecárdenas de guasap fue el germen de la primera peña médica de fútbol de España. Todos sabemos cómo empiezan estas divertidas locuras: “¿A que no hay... [digamos valor]...”. No hizo falta ni terminar la frase. Al día siguiente, el internista ya se había enterado de cómo se inscribe una peña en la Junta de Andalucía, el cardiólogo había hablado con la Federación de Peñas de la UDA, el enfermero había pedido presupuesto para hacer unas pancartas, el celador había diseñado el escudo... Total, que fueron más rápidos fundando la peña, que las compañías farmacéuticas en fabricar y testar la vacuna de la COVID-19. Así, un 17 de junio veía la luz junto al Materno Infantil la Peña UDA H.U. Torrecárdenas.

“Fue todo por casualidad. Nos dimos cuenta que dentro del hospital había un grupo de médicos de urgencias, otro de enfermeros, celadores... muy forofos del Almería. Hay mucha más pasión de la que nosotros creíamos y nos decidimos a fundar la peña, sobre todo como forma también de agradecimiento a Turki por todo lo que ha ayudado a la ciudad y a los que somos sanitarios. Es una manera de aunar nuestra pasión por el fútbol con el agradecimiento al club por todo el apoyo recibido”, dice con la pasión reflejada en sus ojos el enfermero Fran Artero, uno de los socios fundadores.

Como son las cosas, la fundación de la peña ha tenido lugar en plena pandemia. Cuando más trabajo tenían, su válvula de escape era su pasión, la UDA. “El fútbol es un entretenimiento, como un deporte y, en esta pandemia, ha sido una terapia para sanitarios o cualquier ciudadano al que le guste. Al final, después de todo el día pensando en el COVID, llegabas a tu casa y te distraías viendo fútbol”. Lo ven por la tele, son responsables y no se arriesgan a ver los partidos juntos, lo que no quiere decir que no estén en contacto para comentar los partidos por guasap o al día siguiente entre consulta y consulta. Pero, eso sí, en el estadio ya se nota su calor, puesto que en preferencia hay colgada una pancarta de la peña. “Como sanitarios tenemos que dar ejemplo para concienciar a la gente. Cuando se reabra el estadio queremos ir juntos a preferencia y organizaremos viajes para darlo todo siempre por nuestro Almería”, comenta Artero, cuyas palabras animan a otro de los fundadores a mostrar sus sentimientos. Como cuando cuatro aficionado se levantan, brazos al aire, para comenzar la una alegre y futbolera ola, que nada tiene que ver con la que el malvado coronavirus está provocando.

Pancarta de la peña en la preferencia del estadio. Pancarta de la peña en la preferencia del estadio.

Pancarta de la peña en la preferencia del estadio. / Javier Alonso

“Ir al estadio es un ritual. Cuando íbamos caminando al estadio, ya ibas pensando en la alineación, en los cambios, en el árbitro... En tu casa no hay ese mismo sentimiento. Tenemos muchas ganas de volver al Mediterráneo, cuando ahora ves imágenes de las gradas llenas te da una sensación... ¿Volveremos a estar alguna vez? Ahora que tenemos nuestra joven peña queremos estrenarnos de una vez por todas en el Mediterráneo”, dice el médico internista Francisco Laynez [tío de quien le entrevista], fonendo al cuello y agarrando con fuerza su bufanda. Como cuando Corpas se dispone a disparar un penalti y esos segundos provocan que el corazón se quiera salir del pecho de la fuerza con la que late.

Lo que el balón no consigue, lo consigue la medicina. Como en Torrecárdenas hay médicos de toda España, no sólo almerienses, algunos que venían con la camiseta y el abono del equipo de su tierra, ahora encima de su Código Hipocrático está también el escudo de la UDA. “En la peña hay un doctor asturiano, muy muy del Sporting. De hecho, es socio de de toda la vida. Pero se vino a trabajar a Almería y se hizo socio del equipo y también se ha metido en nuestra peña”, comenta con una sonrisa Fran Artero.

De la misma manera que los médicos son de carne y hueso pese a ser los héroes de la pandemia, los futbolistas también lo son cuando tienen que ponerse la bata de paciente. “En un partido que estaba viendo con mi hijo Javier, Assoubre (del Nástic) se llevó un golpe fuerte en la cabeza. Contacté con el compañero que estaba en ese momento de urgencias, Sergio Ferra, que también es peñista, y cuando llegó el futbolista ya estaba preparado para examinarlo”, recuerda el doctor Laynez, en referencia a una de las agónicas salvaciones en Segunda. ¡Cómo se echa de menos hasta sufrir en el estadio! Ya queda un partido menos, ojalá la inmunidad de rebaño a la COVID-19 se logre... con el Almería en Primera.

"El partido de la pandemia lo vamos a ganar"

Nadie en la peña es más feliz que él. Humberto desprende felicidad y humor a raudales. Al final, una actitud positiva en la vida es la mejor forma de afrontar los problemas. La sonrisa es el mejor marcador que se puede cosechar. Por ello, el resto de compañeros le tienen un aprecio especial y parece la voz más autorizada [también por su cargo como subdirector médico, por supuesto] para lanzar un mensaje a Almería.

“La ciudadanía está cansada, es comprensible. Mucho tiempo con estrés, frustraciones... Pero hemos de saber que somos todos un equipo unido que vamos a enfocar la recta final. El partido de la pandemia lo vamos a ganar y a por ello vamos”, asegura con su acento caribeño y con la confianza con la que cualquier jugador saltaría al terreno de juego para disputar la final de Champions.

Además de las charlas futboleras, que son la especialidad de la peña, los profesionales se desviven para hacerle una Navidad más especial a sus pacientes. “Son días muy especiales para que la gente esté sola en el hospital. Pero tenemos un cuerpo de enfermería fabuloso, si tienen que trabajar con un gorro de Papá Noel y cantando villancicos, lo hacen encantados. No metemos un camello porque no cabe en la planta [risas]”.

Los que por desgracia no van a poder ir este año a Torrecárdenas son precisamente los jugadores del Almería, que cada Navidad acudían a visitar a los niños enfermos. “Verles la cara de ilusión cuando se acerca un futbolista y les regala una bufanda y les da un mensaje de ánimo, les hace mucho más que los tratamientos que le ponemos. Esa ilusión les llena de ganas para luchar”, dice con naturalidad médica el doctor Laynez, aunque sus palabras provocan un nudo en el estómago a quien no esté acostumbrado a ese duro día a día. El fútbol, a veces, asiste para que la medicina le marque goles a las enfermedades más crueles.

Fran Artero, Humberto Kessel y Francisco Laynez presumen de colores. Fran Artero, Humberto Kessel y Francisco Laynez presumen de colores.

Fran Artero, Humberto Kessel y Francisco Laynez presumen de colores. / Rafael González

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