El Acta de Vivancos

Un buen sabor de boca

  • Resulta vergonzante tener que aguantar el fútbol de barrio que pone en práctica el Fuenla en su estadio

  • Se vio a ese Almería que está dispuesto a proclamarse campeón de invierno

Parte de la hinchada almeriense desplazada a Fuenlabrada.

Parte de la hinchada almeriense desplazada a Fuenlabrada. / Federación de Peñas

EL tercer empate consecutivo de la UDA de Turki en Fuenlabrada dejó un sabor especial. Y es que el aroma de este punto desprende un olor bastante más agradable que los dos anteriores cosechados en el sur de Madrid. No es lo mismo guerrear con ese mismo conjunto, que siempre juega igual, y sumar un punto de forma casi inmerecida como en anteriores campañas, que empatar por derecho habiendo encerrado en los últimos minutos al Fuenlabrada en su propia área. Y eso que los madrileños necesitaban la victoria como el comer, dada su delicada posición en la tabla, pero esta UDA ha dado un paso adelante con respecto a otras temporadas, y no solo en la tabla clasificatoria. Resulta vergonzante tener que aguantar el fútbol de barrio que exhibe y pone en práctica el Fuenlabrada en su estadio. Los colegiados deberían de tener en cuenta todo el teatro que representa este conjunto, como si estuviera jugando en la explanada del barrio. Por eso fue una dura prueba de fuego para la actual UDA, y más cuando encajó el primer tanto. A partir de ahí se vio a ese Almería que está dispuesto a proclamarse el próximo sábado ante el Zaragoza campeón de invierno por primera vez en su historia. Faltó rematar la faena, lo que hubiera significado medio ascenso mental por encima de sumar tres puntos.

De principio había un jugador que por sus características desentonaba en ese circo romano en el que había que luchar; no fue otro que Curro, que como su tocayo taurino necesita estar en un contexto más amable para desarrollar su arte. Ramazani también fue por fin titular, pero al igual en este caso el belga hubiera aportado más tras un hipotético desgaste al contrario ejercido por Sousa, al que de inicio este partido, esta guerra, le hubiese venido de perlas. Llega a ser complicado para el que redacta estas líneas desmenuzar un choque en el que las paradas fueron continuas y la ficción futbolística juega un papel fundamental, pero esta UDA quiso y pudo, siendo ambiciosa al final pese a su ventaja en la clasificación. El potencial del banquillo volvió a contar, como en anteriores encuentros, y la jugada del empate la protagonizaron Arnau y Villar, recién ingresados en el terreno de juego. Todo suma, aparte del punto, y esta UDA está cimentando el posible ascenso a base de solidez y de trabajo pese a haber tenido que lidiar con un contrario que juega con sus armas antediluvianas. Un solo pero a Fernando, que en realidad apenas tuvo que intervenir (otro buen detalle del todavía equipo menos goleado de la categoría). Quizá en el tanto local el guardameta rojiblanco pudo haber salido a intentar neutralizar el centro que dio origen al gol encajado.

Por lo demás, a Sadiq se le vio mediatizado a la hora de meter el pie por lo que le ocurrió en ese mismo escenario el pasado mes de febrero. Aun así, el nigeriano sigue combativo y participativo en espera de esos goles que todo delantero anhela. En resumidas cuentas, se jugó durante gran parte del choque a lo que quiso el Fuenlabrada, pero esta UDA se dio un baño de esperanza futura por sobreponerse y por salir viva de una plaza tan complicada. ¡A por el campeonato de invierno!

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