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Alfonso Salmerón, arte y paciencia para trenzar el esparto en la provincia

  • El almeriense lleva trabajando 15 años en este oficio. Sus abuelos también se dedicaron a ello

Alfonso Salmerón Antequera en el Ficus centenario del Paseo.

Alfonso Salmerón Antequera en el Ficus centenario del Paseo. / Javier Cortés (Almería)

Almería es una tierra de tradiciones y buenas costumbres. Una de ellas, que actualmente está poco reconocida con las tecnologías digitales, es el trabajo relacionado con el esparto. Esta es una de las principales ocupaciones de Alfonso Salmerón Antequera, un hombre humilde que se ha labrado su vida lo mejor que ha podido haciendo trenzas, pequeñas mochilas, bolsos y otros útiles.

Alfonso, al que sus abuelos maternos y paternos realizaron este oficio junto a la pesca, trabaja diariamente entre ocho y diez horas mínimo, a veces incluso el día entero. Su historia es la de miles de antepasados almerienses en la que pasaron por dura vida después de la posguerra y del inicio de la democracia en la que tenían que labrarse un futuro más o menos digno.

Este oficio lo ha ido aprendiendo con el transcurso del tiempo por la necesidad de tener un trabajo. Aunque en otros tiempos ya muchos almerienses hacían esta función laboral, no en vano Almería era conocida como tierra de legañosos en parte por la utilización de esta materia. Alfonso sabe de la cruda realidad que hay con el trabajo y concretamente con el esparto, “no todo el mundo tiene la facilidad de obtener los euros que necesita para poder subsistir, tienes que buscártelo. El esparto me dio esa oportunidad”.

Las condiciones laborales en la actualidad se hacen agotadoras y es que para la gente que tiene una edad cercana a los 50 años, tienen que ver como las empresas ni si quiera les llegan a ofrecer un trabajo bien remunerado. Explica que una de las opciones por las que se dedica al esparto es “ porque tengo una edad y trabajo para mí no hay”, y es que así de triste y de dura es la realidad para miles de trabajadores en la actualidad.

Las artesanías que le piden pueden ir desde realizar cactus, globos, lámparas, cestas a otros artículos de decoración, ya que este mundo es muy amplio y se pueden desarrollar multitud de objetos y regalos. En el esparto se trabaja lo tradicional pero también se puede ir innovando y descubriendo otros mundos, pues no es una materia que esté supeditado a un tipo de diseños.

En este sentido, la profesión que escogió Alfonso hace más de una década le viene de su origen familiar, ya que tanto su abuelo materno como el paterno no solo se dedicaron al esparto, sino que también ocupaban su tiempo en la pesca y en fabricarse sus enseres para la caza. Alfonso Salmerón Antequera está casi todos los días en Roquetas de Mar y en el Paseo de Almería, debajo del ficus centenario desarrollando decenas de objetos que consigue realizar con mucho esfuerzo para vivir de ello.

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