El Loot de Txeron

Dos mejor que una para repartir estopa

  • La saga Wolfenstein vuelve con Youngblood y las gemelas Blazkowick en busca de su padre en una vuelta de tuerca con toques de rol y de looter shooter

Dos mejor que una para repartir estopa

Dos mejor que una para repartir estopa

Reinventar el género de los shooter es una encomienda casi utópica en un género tan saturado de títulos y de clones. Por eso es de agradecer la llegada de una nueva entrega de la saga Wolfenstein (uno de los padres del género) que tras el sobresaliente The New Colossus, nos vuelve a trasladar a ese mundo imaginario gobernado por los nazis del lado de la Resistencia con Wolfenstein Youngblood pero en esta ocasión, por primera vez, no lo haremos encarnando a William Joseph “B.J.” Blazkowicz, el protagonista de esta serie que comenzó con la publicación de Wolfenstein 3D allá por el año 1992. Ahora les ha llegado el turno a sus hijas, las gemelas Jess y Soph.

En esta ocasión, la narrativa no llevará el peso de esta nueva iteración. Nos toca encontrar a nuestro padre, capturado por las fuerzas nazis en una inmensa y ocupada ciudad de París, allá por el año 1980, totalmente atestada de alemanes y sus creaciones abominables y las cosas no van a ser sencillas. Las hermanas, inexpertas en las lides del uso de las armas y la violencia, tendrán que ponerse las pilas y abrirse camino mientras no dejan de apretar el gatillo.

Un argumento peregrino que tiene como contraprestación el mayor giro en la jugabilidad de la saga desde sus inicios. Machine Games ha decidido hacer profundos cambios que afectan de manera importante a este título de acción que por primera vez se basa en ser un juego totalmente cooperativo. Cuando iniciemos la partida podremos elegir entre Jess y Soph y configuraremos nuestra armadura, una habilidad y el arma con el que comenzaremos y tocará empezar a repartir balas a los incautos nazis. Y lo haremos siempre acompañados por la otra hermana que, por defecto, será dirigida por la IA del juego, o por un amigo o jugador aleatorio. Toca cambiar el chip y pasamos de ser un lobo solitario contra una legión de nazis a, como ha apuntado el estudio, “cazar en manada”.

Los momentos de acción son más adictivos que nunca al compartirlos con tu hermana gemela ya que permiten en todo momento planificar la manera de abordar los retos que presenta el juego. Podemos ser muy agresivos y entrar a saco o dividirnos y compartir roles para así, mientras una hermana se lanza contra los nazis, la otra le ofrece fuego de cobertura a distancia con un francotirador.

Los escenarios en ese sentido son bastante polivalentes y ofrecen varias vías de acción dejando en mano de los jugadores qué decisiones quieren tomar. Aunque la saga Wolfenstein siempre ha sido un ejemplo claro de acción frenética sin cortapisas, en esta ocasión, ante la dificultad que atesoran algunos enemigos (recomendamos jugarlo en el modo más difícil), es importante saber recular y utilizar el entorno (alturas, pasillos, etc) a nuestro favor para salir airosos de los enfrentamientos.

Los escenarios en ese sentido son bastante polivalentes y ofrecen varias vías de acción dejando en mano de los jugadores qué decisiones quieren tomar

El juego cuenta con una estructura muy peculiar. Como en anteriores entregas, tendremos una base de operaciones, que en esta ocasión se encuentra en las catacumbas de París, y desde allí utilizaremos el Metro para movernos por la ciudad y realizar las misiones que nos irán proponiendo nuestros compañeros de la Resistencia. Misiones que nos permitirán ganar dinero y experiencia con las que mejorar nuestras armas y habilidades para poder enfrentarnos a los tres Hermanos nazis, que nos pondrán las cosas muy difíciles. No en vano, para hacerlo se nos recomienda tener un nivel 20 ya que hacerlo con mucho menos nivel, como en cualquier juego RPG, nos supondrá todo un desafío al realizarles menos daño y sufrir mucho más por su parte.

El juego ofrece un apartado visual potente aunque el motor gráfico utilizado ya adolece el paso del tiempo. El juego ofrece un apartado visual potente aunque el motor gráfico utilizado ya adolece el paso del tiempo.

El juego ofrece un apartado visual potente aunque el motor gráfico utilizado ya adolece el paso del tiempo.

En este sentido, todos los enemigos que nos encontremos contarán con una barra de vida y un número que identifica su nivel. Si aparecen con una calavera significará que están muy por encima de nuestro nivel y por tanto, tocará seguir subiendo en otros puntos del mapa para poder derrotarlos sin problemas.

Youngblood también apuesta por el looteo y los mundos abiertos, algo también inédito en la saga, para potenciar su rejugabilidad. Podemos visitar en cualquier momento todo el mapeado (no es muy extenso pero sí variado) y volver a él cuando queramos y allí encontraremos de nuevo a multitud de enemigos y secretos que encontrar. Una propuesta, que a priori puede ser refrescante, pero que a la larga se hace muy repetitiva ya que las misiones que nos toca afrontar son las típicas de eliminar a un jefe nazi, conseguir información o limpiar una zona concreta.

El juego también ofrece una serie de misiones diarias y semanales, pequeños retos como recoger armadura, romper cristales o eliminar un cierto tipo de enemigo, para premiar nuestro devenir por París y potenciar la rejugabilidad una vez hayamos encontrado a nuestro padre.

Como cualquier juego heredero de iD Software, el combate es una verdadera gozada

Mención aparte (y sobresaliente) es el gunplay. Como cualquier juego heredero de iD Software, el combate es una verdadera gozada. La contundencia de las armas, la rapidez de movimientos, la desmembración de los enemigos… todo fluye sin altibajos siendo, con diferencia, lo mejor del juego. Cada arma cuenta con sus pros y contras y retroceso y hacer uso de las mismas nos hace sentir poderosos. Las eliminaciones se concatenan sin pausa mientras no dejamos de apretar el gatillo y la sensación no puede ser más satisfactoria. Dobles saltos, carreras con eliminaciones cuerpo a cuerpo y explosiones por todos lados. No habrá momento para la pausa y eso se agradece. Es difícil describirlo, pero todos los amantes de los shooter y de los juegos de sagas como Doom, Quake, Wolfenstein o Rage se sentirán como en casa cuando encarnen a una de las gemelas. Un sello inconfundible que hace de Youngblood todo un referente de la acción.

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