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'Cajas del recuerdo' para ayudar a familias a pasar el duelo de una pérdida

  • Esta iniciativa está destinada a personas que pasen por una muerte gestacional, perinatal o neonatal

El equipo de atención psicosocial de Cruz Roja que gestiona el Programa para la Atención Integral a Personas con Enfermedades Avanzadas de Fundación La Caixa para su atención en el final de sus vidas, ha puesto en marcha una iniciativa pionera en Almería para que las familias que pasen por una muerte gestacional, perinatal o neonatal puedan tener un recuerdo. 

Se trata de realizar de manera habitual la entrega de una Caja de Recuerdosa cada familia que pierda a un bebé en estas circunstancias para que tengan la opción de guardar memoria tangible de su hijo porque “precisamente ese es uno de los fundamentos de las buenas prácticas en casos de muerte gestacional, perinatal o neonatal”,según explica Ana Almansa, responsable del equipo psicosocial de Cruz Roja Española en Almería.

Algunas de las voluntarias. Algunas de las voluntarias.

Algunas de las voluntarias.

En España el 70% de las familias no conservan recuerdos físicos de los bebés y solo un 12% guarda fotografías, mientras que en otros países como Irlanda, Inglaterra, Holanda, Canadá, Nueva Zelanda, Austria, Noruega o Suecia el 90% de las familias tienen recuerdos. Son datos aportados por Umamanita, asociación referente de apoyo para la muerte perinatal y neonatal.

60 Cajas del Recuerdo

Teniendo en cuenta la importancia que suponen los recuerdos tangibles, Cruz Roja ha elaborado más de 60 cajas del recuerdo en una actividad de sensibilización del duelo perinatal y neonatal.En su fabricación y decoración personalizada ha colaborado voluntariado de Cruz Roja Juventud mientras que las personas mayores del Centro de Participación Activa Almería II, han tejido gorritos, patucos y mantitas, para esos bebes que fallecen, a veces antes de nacer y otras tras estar unos días en la UCI neonatal. Para las personas voluntarias es muy importante poder aportar un poco de cariño y amor a esas familias que lo necesitan.

“El voluntariado ha dado lo mejor en la puesta en marcha de esta iniciativa siempre desde el respeto y el cariño hacia el bebé y su familia”, reconoce Ana Almansa quien avanza que las cajas “ya se están entregando en el Hospital Universitario Torrecárdenas en la Unidad de Ginecología y de Pediatría así como en el Hospital del Poniente, lugar en el que se presentó este proyecto”. 

Mantitas, patucos, peluches…

El contenido de la caja es similar en casi todos los casos: mantas, patucos, gorritos hechos a mano, certificado de nacimiento con huellas de pies, una cajita o bolsa para guardar la pinza del cordón, pulsera identificativa, un muñeco... aquellos objetos que ha tenido el bebé. Además, se incluye información sobre el duelo, trípticos para explicarles a los niños la perdida de hermanos e información de los grupos de ayuda mutua. 

Cada familia que recibe la caja de manera voluntaria, puede hacer con ella lo que quiera, es una decisión personal y un símbolo porque “no sólo significa la posibilidad de llevar algo tangible a casa, sino también los recuerdos de haber realizado estas actividades con su bebé. Son momentos únicos e irrepetibles de una realidad que existió”, puntualiza Ana Almansa. 

Humanización de la Salud

La Caja de Recuerdos no es un elemento aislado sino que funciona en conjunto con un equipo formado y sensibilizado en muerte gestacional, perinatal y neonatal. Como parte del duelo perinatal las familias reciben acompañamiento psicosocial desde su ingreso en el hospital y posteriormente, seguimientos individualizados. Son medidas encaminadas a la humanización de la salud.

Un uso correcto de la caja aumenta la posibilidad de mejorar la experiencia hospitalaria de la familia a la vez que proporciona recuerdos tangibles con los que empezar una nueva etapa de su vida, sin su bebé, cuya pérdida no debe medirse en función de las semanas de gestación o días de vida que tenga sino en lo que significa la pérdida para cada familia.

Además, esta iniciativa “establece la posibilidad de compartir momentos preciados e irrepetibles con la familia, haciendo de una situación triste y dura una experiencia también tierna y bonita”, concluye Almansa.

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