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Descubrir la historia de las Murallas de Jayrán

  • La ruta parte desde la Puerta de Purchena mañana a partir de las 18:30 horas

Conocer un barrio con solera es el objetivo de la Asociación La Chanca Pescadería A Mucha Honra que celebra su ruta Murallas de Jayran- Al-Haud Al Atardecer el próximo sábado a partir de las 18:30, bajo un donativo de un euro.

La salida será desde la Puerta de Purchena, bajo el presidente Nicolás Salmerón. El objetivo y recorrido de la ruta es conocer el lienzo de Muralla que mandó construir el rey de origen eslavo Jayram y entender su conexión con un todo, el que forma con la fortaleza Alcazaba y resto de murallas que cercaban la ciudad en tiempos islámicos, califales y de taifas.

Con este recorrido se conocerán los encantos de un barrio lleno de cultura y patrimonio

Se subirá por la calle Antonio Vico hasta el impresionante y altivo Cerro de San Cristóbal, atalaya a oriente y norte de la ciudad, que hasta hacía temer a los residentes del gran castillo por su gran altura, por encima de sus cabezas. Allí vigila perenne una estatua del Sagrado Corazón, que se verá en todo su alrededor.

Los presentes conocerán los estragos del tiempo y la desidia en su cuidado de las Murallas por su parte norte, que contiene la puerta de acceso más antigua del recinto fortificado. Llegarán al visitante los ecos de tambores y excitación de tropas cristianas del rey Jaime II, que en el 1309 probó con armas de guerra y hombres suficientes, la conquista de la ciudad, y que hubo de rendirse ante una hazaña imposible. Allí quedan los restos del daño y de otras torres de defensa de los propios asediadores. Siete meses duró el intento baldío. Llegó la retirada forzosa. Pero la batalla más importante de la que queda la huella en estos torreones, fue la de 1147 por el rey Alfonso VII, que ayudado por pisanos y genoveses, conquistó la ciudad durante 10 años y cedió el espacio a la Orden batalladora del Temple, que construyó la capilla primitiva de San Cristóbal. Fue un periodo donde la Almaryya almohade perdió su hegemonía cultural y económica.

Después se adentrarán en las construcciones del Cauce San Indalecio, a modo de círculo entre las montañas que rodean el valle de la Hoya. Es un camino pedregoso pero arbolado, con alguna encina inesperada en estos paisajes tan cercanos al mar. Se vuelve a entrar, tras admirar la cara norte de la Alcazaba y su parque animal de gacelas en reserva, a la zona urbana de calle Chamberí.

Bajando por la curva de las Pedrizas, se verá de cerca los majestuosos torreones maltratados del lienzo de la Muralla bajante de la Alcazaba. Pasando por el Reducto, se finaliza en la explanada del inacabado Edificio Nuevo Mesón Gitano, para que cada uno conozca y juzgue por sí mismo.

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