Entrevistar a un amigo siempre es difícil; pero si el amigo además es una extraordinaria persona, un excelente profesional, un excepcional padre de familia y un gran compañero en lides docentes y periodísticas, llega un momento en que no sabemos quién pregunta y quién responde. Todo bondad y humanidad, hombre de eterna sonrisa, es Antonio Galindo.
–Decía Machado: “mi infancia son recuerdos de un patio de Sevilla”. ¿Y la tuya?
–La infancia es una nebulosa donde los recuerdos acampan libremente sin ataduras temporales. Así, de la tuna del maestro Richoly pasé a la del Colegio Mayor Isabel La Católica en Granada, donde comencé mis estudios de Bioquímica. La juventud pasó a gran velocidad por mi vida, casi sin detenerse, y en pocos meses la vida laboral tomó el relevo en los anhelos e ilusiones: semanas de la Ciencia, salidas geológicas... todo un carrusel de actividades siempre centrados en los alumnos. Los años de jefe de estudios de Ciclos Formativos de La Salle me dieron oportunidad de adentrarme de lleno en la vida laboral, impregnando desde entonces una concienciación hacia la importancia de los ciclos formativos en la sociedad.
–Mucho has corrido. Vamos por parte. Año 1978.
–En 1978 entré de profesor en La Salle y la Escuela Universitaria de Enfermería. Uno de mis primeros proyectos innovadores fue la creación de un Club de Informativa en el Colegio, una premonición de adelantarse a los tiempos educativos.
–Vamos a avanzar una década.
–En 1986 comienzo a acercar la Universidad a los alumnos de COU mediante la Orientación Profesional.En la década de los noventa fue muy enriquecedora ver a mis alumnos en el Patio de Luces de la Diputación elaborando talleres durante la Semana de la Ciencia.
–Te recuerdo en el Hospital Virgen del Mar haciendo tus pinitos médico-docentes.
–Sí,no me olvido de mis años de director de Formación en el Hospital Virgen del Mar, donde fui adentrándome en la gestión empresarial. Diferentes reconocimientos fueron jalonando mi camino profesional como el Premio Innovación Pedagógica La Salle Andalucía.
–También somos compañeros cofrades...
–Sí, de la Cofradía del Cristo del Amor, de la que llegué a ser tesorero y incluso tuve el honor de ser su pregonero. Fue una etapa muy bonita y enriquecedora.
–Eterno presidente de los Antiguos Alumnos de La Salle.
–Pues sí, fui presidente de la Asociación de Antiguos Alumnos de La Salle y la he ocupado durante 40 años, teniendo la oportunidad de reunirme con decenas de promociones que me permitían seguir ligados a sus vivencias y recuerdos, cada vez en tonos más sepias, pero siempre con la alegría del reencuentro. Celebran las bodas de plata y de oro de las promociones y las bandas de fin de curso de 2º de Bachillerato y Ciclos Formativos.
–Y ‘jefazo’ en el IEA.
–He sido jefe de departamento de Tecnología del Instituto de Estudios Almerienses, dándome la oportunidad de seguir innovando y poniendo en valor ideas en equipo. Desde 2012 empiezo a ser referente de aprendizaje por proyectos, donde la Realidad Aumentada se entrelaza con Medio Ambiente, Robótica, Ingeniería Química, Dibujos Animados, Jornadas de Astronomía junto a Premios Nobel o la Ciencia en la Radio, gracias a Onda Cero
–Hasta te codeaste con la actual Reina...
–Fue una vivencia excepcional y tuvo lugar con motivo del I Congreso Escolar FEDER, cuando nos visito la entonces Princesa Doña Leticia.
–A lo largo de tus 40 años de actividad docente te han llovido los premios y reconocimientos.
–He tenido la satisfacción de recibir decenas de premios educativos, como ‘Miradas adolescente’ dentro de la semana de FICAL; Gallo Pedro; Ingeniería Química; Ponle Freno; Modelo de Parlamento Europeo; Mujeres y Medio Ambiente; la liga Lego-Robótica; Certamen de Ciencia Innovadora; Premio Andaluz del SIDA...
–Siempre me ha chocado ver a un científico de coordinador de la sección literaria del Diario...
–¡Ja, ja, ja! Ya sabes tú la pasión que siento por la lectura. Es una de las grandes etapas de mi vida que me hace muy feliz, ‘El Diario de los Libros’. Coordinar, comentar a los autores quincenalmente y dialogar con ellos, es un lujo para un gran lector. Creo que ha sido mi mejor medicina, en estos dos últimos años.
–Broche de oro a tu labor: el Escudo de Oro de Almería.
–Como almeriense que quiere a su tierra, una de mis grandes satisfacciones es haber colaborado en que Almería sea considerada ‘Ciudad Amiga de la Infancia’, culminando con la concesión del Escudo de Oro de Almería que recibí de manos del alcalde.
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