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Poca colaboración y la situación económica, tras el cambio en la Diócesis de Almería

  • Antonio Gómez Cantero, ya con plenas atribuciones, se encuentra organizando estos días la próxima celebración del Corpus Christi en al ciudad

Adolfo González Montes y Antonio Gómez Cantero entrando a la Catedral de Almería.

Adolfo González Montes y Antonio Gómez Cantero entrando a la Catedral de Almería. / Javi Alonso

La delicada situación económica actual de la Diócesis de Almería (al igual que las de otras repartidas por toda la geografía española) junto a la poca colaboración por parte de González Montes con el mandado de Gómez Cantero de, precisamente, resolver esta situación económica cuanto antes (recordemos, algo para lo que tenía poderes absolutos desde su asignación), han sido algunos de los problemas que han provocado esta extraña situación de ruptura en la citada diócesis almeriense. Estos, junto a otros asuntos de previsiblemente hondo calado, han hecho que este proceso de regeneración en la curia de la provincia se acelere. Aunque, como anunciamos ayer, González Montes seguirá como obispo titular hasta cumplir su mayoría de edad en noviembre, lo cierto es que queda relegado a un segundo plano al atribuirle el Santo Padre las máximas competencias a Gómez Cantero.

Con todo esto, el obispo nacido en Cantabria ya prepara su acto más próximo, la celebración del Corpus Christi. Durante estos días, Gómez Cantero ya se ha puesto en contacto con distintas hermandades de la ciudad para dar la mayor Solemnidad al Santísimo Sacramento recordando, como es lógico, que seguimos encontrándonos en una situación delicada por la pandemia de Coronavirus.

Igualmente, el hasta ahora obispo coadjutor de Almería tiene ya potestad para firmar cualquier decreto o para realizar (o no) los nombramientos que en los últimos años se han venido produciendo en la Iglesia de Almería.

Todo ello se une a las competencias que ya tenía en materia económica de la diócesis almeriense.Por delante, tiene el de Quijas mucho trabajo en este inesperado y precipitado cambio. Deberá ratificar (o no) el Consejo Episcopal así como otros cargos de la iglesia almeriense como pro-vicario general.

Fuentes cercanas al Consejo Diocesano aseguraron a este medio, no hace muchos días, que “en menos de una semana, Cantero tenía ya un equipo de asesores que nadie conoce y había intervenido todas las cuentas del obispado y de los distintos organismos de la curia diocesana, sin permitir el acceso a las mismas de las personas que hasta ese momento eran responsables”, añadiendo que “lo más llamativo es que en todo este proceso no se haya visto siquiera con los miembros del Consejo Diocesano de asuntos económicos”.

Esas mismas fuentes aseguran que este problema actual que está sufriendo la diócesis almeriense comenzó a germinarse hace cinco años cuando un grupo de sacerdotes y seglares “comenzaron una campaña demoledora de acoso y derribo contra la gestión de González Montes y su persona, con denuncias ante la Santa Sede y Nunciatura”, y no hace un año como se aseguró en los distintos medios de comunicación tras descubrirse un gasto por encima del que se podía permitir la diócesis almeriense, detonando este en que la Santa Sede enviase un coadjutor.

Sea como fuere, y con estos ‘dos bandos enfrentados por la convivencia de ambos obispos’, el futuro de la curia almeriense pasa por Gómez Cantero y no menos cierto es al agradecimiento que la ciudad debe de rendirle a González Montes por sus casi 20 años de Ministerio en ella, con una despedida a la altura de las circunstancias sin que esta situación empañe todos esos años de dedicación.

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