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La Taberna de Domi, pescado fresco y de calidad frente al Mediterráneo

  • Hace más de una década abrió este establecimiento en El Zapillo, el cual en 2017 cambió a su ubicación actual ampliando sus instalaciones

  • El calamar, los boquerones y la bacalaílla son algunas de sus suculentas especializades

Domingo García junto a parte de su plantilla en la terraza del establecimiento.

Domingo García junto a parte de su plantilla en la terraza del establecimiento. / Javi Alonso

Hablar de 'La Taberna de Domi' es hablar de uno de los negocios más conocidos de la capital y, concretamente, de El Zapillo. Enclavado en pleno Paseo del Palmeral, con el mar Mediterráneo al fondo, este establecimiento se ha coronado, por méritos propios, como uno de los bares con mejor y más variado pescado fresco de Almería.

La historia de este negocio se remonta al año 2009. "Yo venía de trabajar en distintos bingos y en 2007 decidí salirme para, poco después, montar junto a mi mujer una tienda de congelados en esta zona de El Zapillo. Sin embargo, a los seis meses tuve que cerrarla porque los resultados no fueron los esperados y en 2009 abrí el bar ya que era mucha gente la que me animaba a montarlo", recuerda con añoro Domingo García Egea, gerente del establecimiento. "Hasta el año 2017 estuvimos en ese pequeño bar inicial, que apenas tiene 40 metros cuadrados, pero en el cual nos hemos dado a conocer y hemos fidelizado a nuestra clientela. En 2017 fue cuando compramos estas nuevas instalaciones actuales -ubicadas en la Avenida Cabo de Gata, 167- y desde entonces estamos aquí", cuenta Domingo. 

El gerente de este negocio junto a la terraza de su establecimiento. El gerente de este negocio junto a la terraza de su establecimiento.

El gerente de este negocio junto a la terraza de su establecimiento. / Javi Alonso

Aquellos inicios, como siempre, no fueron nada fácil y nadie le regaló nada a estos jóvenes emprendedores que han logrado hacerse un hueco en el mundo de la hostelería almeriense a base de tesón, esfuerzo y trabajo. "En aquella época optamos por especializarnos en algo que no tenía el resto, como era el pescado. El negocio que había al lado era de carne. Teníamos mucha clientela del propio bingo que, gracias a Dios, vino a buscarnos y a apoyarnos. Conocíamos a mucha gente del mundo pesquero y lo intentamos por ahí, teniendo la verdad que un gran éxito desde el principio", narra el gerente de La Taberna de Domi.

Entre sus especialidades, sin dudas, hay que destacar un plato por encima del resto. El calamar frito 'color de oro'. "El secreto es muy sencillo. Hacerlo con aceite limpio y con harina limpia cada día", comenta entre risas Domingo. El producto del negocio llega procedente de Pescadería Chema y de Atccio Mar. "También le compramos a los pescadores que van con un barquillo y venden al peso por echarles una mano", indica el gerente. Junto al calamar, otras de las especialidades es el boquerón, el cual ponen abierto y también la bacalaílla, que la sirven del mismo modo sin raspa. "Las almejas, coquinas y el atún tampoco fallan". Todo ello complementado también con las mejores carnes. "Tenemos una buena presa ibérica y de bellota y el lagarto ibérico también se trabaja muy bien y es muy demandado", matiza Domingo. Junto a este local, también mantienen en la actualidad el negocio con el que comenzaron su aventura hostelera hace más de una década. "Allí, en La Brasería de Domi, tenemos sobre todo, carnes a la brasa y este lo hemos enfocado más al pescado".

Todo ello acompañado por un sin fin de vinos entre los que destacan Resalso, Ramón Criado o Malleolus. Y, por supuesto, las mejores copas de la zona y el más apetecible café.

El negocio arrancó en 2009 y en 2017 ampliaron instalaciones con el nuevo local. El negocio arrancó en 2009 y en 2017 ampliaron instalaciones con el nuevo local.

El negocio arrancó en 2009 y en 2017 ampliaron instalaciones con el nuevo local. / Javi Alonso

Limitaciones

En La Taberna de Domi han llegado a juntarse hasta 130 personas en la terraza y 16 dentro, en las cuatro mesas que tienen instaladas. Ahora, con las limitaciones a causa de la pandemia de Coronavirus, el aforo se ha reducido a la mitad. "Tenemos un aforo de 60-70 personas". Sin embargo, gerente y plantilla afrontan con ánimo esta situación que está haciendo tanta mella en tantos sectores. "Siempre hemos intentado, y es nuestra base, que el cliente esté a gusto. Ahora abrimos de 13:00 a 18:00 horas, descansando solo los lunes". 
Antes, recuerda Domingo, "estábamos siete personas a diario y ahora estamos cuatro. Los fines de semana hemos llegado a tener hasta 15 trabajadores y ahora estamos los mismos cuatro, mi hija que viene a echarnos una mano y dos extras los sábados y domingos debido a las restricciones". Con ello, el negocio ha tenido que reducir algunas tapas como la ensalada o la pipirrana. "Este tipo de tapas, perecederas, hemos tenido que quitarlas porque entre semana la cosa está floja y no aguantaban". Pese a esto, La Taberna de Domi sigue apostando por ofrecer a diario el producto más fresco de la zona, las tapas más exquisitas del barrio y la amabilidad de un equipo profesional con un bagaje de diez años ya a sus espaldas. Todo ello, con las brisa del Mediterráneo, el olor a salinidad y el sonido de las olas en su terraza preparada tanto para época estival como invernal. Y, sobre todo, con las medidas de distanciamiento social cumplidas a rajatabla, además de geles hidroalcohólicos en cada una de sus mesas.
 

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