Festival de Música Renacentista y Barroca de Vélez Blanco

Títeres, máscaras y ángeles acompañados por música medieval

  • Claroscvuro representó la obra ‘Perdida en el Bosco’ en el Teatro Municipal con la historia de una niña y una oca, que superan sus miedos con el objetivo de encontrar a su hermano ‘perdido’

Títeres, máscaras y ángeles acompañados por música medieval.

Títeres, máscaras y ángeles acompañados por música medieval. / Ricardo García. (Vélez Blanco.)

Una historia de superación, aunque dura, pero con títeres que cobran vida, máscaras, animales que hablan y ángeles. Claroscvro representó Perdida en el Bosco, la historia de una pequeña en silla de ruedas, que quiere recuperar a un hermano que según sus padres se había perdido.

Antes de comenzar, la puerta del Teatro Municipal ya denotaba que habían muchas ganas por ver esta representación. El nivel A del Teatro Municipal se llenó, por lo que tuvieron que subir asistentes a la planta de arriba para poder presenciar un espectáculo que causó mucha expectación. No solo iban padres con niños, también se acercaron mayores que querían descubrir los secretos que escondía la obra de Claroscvro.

Sobre escena, dos músicos con unas campanillas. Ellos serían los encargados de descubrir lo que había detrás de los telones de su escenografía. Al destapar, aparecieron los dos intérpretes que darían vida a los personajes de la historia de la pequeña Daphne. Y la historia comienza así: “Existe una leyenda. Cuando alguien desaparece de la Tierra, se ha ido con los ángeles y con nosotros es feliz”.

El hada no iba con buenas intenciones con Daphne. El hada no iba con buenas intenciones con Daphne.

El hada no iba con buenas intenciones con Daphne. / Ricardo García.

De esta forma, comenzaba el misticismo de esta representación , que estaba destinada para público a partir de los 6 años. La belleza de la música acompañaba al relato de la narradora, que en este caso representaba a uno de los ángeles: “Daphne se había perdido. Nos pidió ayuda, porque su hermano no se encontraba entre nosotros. Daphne quería recuperar a su hermano, pero tenía miedo. En esta aventura no estaría sola. Tendría la ayuda del primer animal que se encontrara allí”.

Y los títeres salieron a escena. Una oca y huevo, y dentro de ese huevo, Daphne. La oca animaba a no salir al ser que se encontraba en el interior “porque siempre habrá alguien que intente engañarte”. Ya con la pequeña en el exterior, la aventura comenzó mientras sus padres dormían en el cuarto e al lado”.

Una de las promesas que tuvo que hacer la niña antes de comenzar, que durante todo el recorrido. Y ahí empezó todas las dudas de la oca hacia la pequeña. La música sonaba de fondo y, con los instrumentos, se sentía la penumbra y los miedos que afloraban en el bosque. La historia conseguía atrapar al espectador y los manipuladores de los títeres se perdían de la vista del público, para centrarse en los títeres en sí.

La naturaleza estuvo muy presente en esta obra. La naturaleza estuvo muy presente en esta obra.

La naturaleza estuvo muy presente en esta obra. / Ricardo García. (Vélez Blanco.)

Distintos personajes aparecieron a escena poniendo algunas trabas en el camino de Daphne y la oca. Incluso, no faltó la tradicional bruja que intentó comerse a la pequeña, o el hada que, con falsas promesas, se vengaba de los niños y los lanzaba al mar.

La música que ambientó toda la historia fue la siguiente: A que por mui gran fremosura (Cantiga de Santa María 384), de Alfonso X (1221-1284); Dum Pater Familias, anónimo (Códex Calixtinus, siglos XII-XIII); Ondas do mar de Vigo, de Martin Codax (siglo XIII); Tanto Quer Santa Maria (Cantiga de Santa María 286), Quen os pecadores guia (Cantiga de Santa María 227), de Alfonso X; Maria Matrem Virgine, de Anónimo (Llibre Vemell, siglo XIV); Non é gran cousa se sabe (Cantiga de Santa María 26), de Alfonso X; Taqsim en modo Hiyaz, El collar de la doncella, Marcha en maqam Hüseyni (Improvisaciones andalusíes de Emilio Villalba); A que avondou (Cantiga de Santa María 3866); El Canto de la Sibila, anónimo (Catedral de Córdoba, siglo X); y Lamento de Tristano, anónimo (Italia, siglo XIV).

Los instrumentos que emplearon fueron los siguientes: arpa gótica, zanfona, panderos, guiterna, organetto, viola oval, campana… Las técnicas empleadas por los titiriteros fueron: máscaras, títeres de palo, de guante, humanette y manipulación directa.

Actuación de Claroscvuro en el Festival de Música Renacentista y Barroca de Vélez Blanco. / FESTIVAL DE MÚSICA RENACENTISTA Y BARROCA DE VÉLEZ BLANCO.

Vídeo cedido por el Festival de Música Renacentista y Barroca de Vélez Blanco.

La obra contó con los siguientes artistas: Julie Vachon: manipuladora de la oca y doncella; Francisco de Paula Sánchez: manipulador de Daphne, pez volador, ciervo majestuoso, hombre cabezón, bruja, sapo-mono alado y Mandrágora; Sara Marina: ángel y músico; y Emilio Villalba: ángel y músico.

Perdida en el Bosco es una co-producción del Teatro de la Zarzuela, la Compañía Claroscvro y la Fundación Instrumentos Musicales con Historia con la colaboración de FeMÀS, el Festival de la Encomienda de Chiclana de Segura y el Ayuntamiento de Granada.

Una historia que consiguió arrancar los aplausos del público y se pudieron escuchar más de un grito de bravo, por la delicadeza, calidad y belleza empleadas en la representación.

Valoración de la directora del Festival de Música Renacentista y Barroca de Vélez Blanco. / FESTIVAL DE MÚSICA RENACENTISTA Y BARROCA DE VÉLEZ BLANCO

Vídeo cedido por el Festival de Música Renacentista y Barroca de Vélez Blanco.

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