Fomentar el amor por la cultura entre los pequeños fue uno de los principales objetivos de la representación del musical Geronimo Stilton. Enigma en el Prado, a cargo de Saga Producciones, que se interpretó en el Auditorio Municipal.
La imaginación y la música se dieron la mano durante toda la presentación. Geronimo Stilton es uno de los grandes redactores de El eco del roedor y tiene un sobrino muy intrépido al que ayuda con un trabajo sobre España. Una llamada de una amiga del sector propicia que los dos, junto a otro de los periodistas, el investigador Metomentodo, se desplacen a Madrid para conocer el medio que dirige Anita Rateira.
En el escenario, una gran proyección que servía como decorado, medio infográfico y de videollamada. El decorado fue sencillo para no interrumpir las distintas coreografías que los personajes fueron desarrollando durante toda la función.
El musical alternó canciones con distintos diálogos. En una de las infografías que aparecían en la pantalla se mostraban distintos monumentos de la capital madrileña como Neptuno y Cibeles con una breve explicación para que de forma didáctica los pequeños se fueran familiarizando con el patrimonio de España.
El Museo del Prado se volvió en el principal escenario de gran parte de la representación, donde conocieron al prestigioso cronista de cultura, Diego Ratálvarez.
El quitasol, de Francisco de Goya, se convirtió en el gran protagonista porque se produjo un robo del cuadro. Conforme avanzaba la obra, se continuaba enseñando distintos símbolos de Madrid como la Puerta del Sol, El Oso y el Madroño, la Plaza Mayor, El Palacio Real...
Y fue en el Teatro Real donde los personajes salieron de escena y empezaron a mezclarse con el público para poder ver sentados la actuación de una cantante lírica.
Derribaron la cuarta pared y consiguieron convencer a los pequeños gracias a su cercanía. En escena, el público se levantó de sus butacas y comenzó a bailar las coreografías de los protagonistas. No solo los niños, los mayores también disfrutaron de los distintos bailes.
La búsqueda del ladrón fue una constante durante la representación de la obra. Incluso, los protagonistas se metieron entre los asistentes para descubrir si alguna de las personas que estaban entre el público era la culpable del robo.
Con un lenguaje adaptado a los pequeños y con mucha gestualidad, Genonimo Stilton y compañía consiguieron que los pequeños tuvieran una tarde de domingo diferente y donde el valor del arte y la cultura primó durante toda la representación.
Los presentes aplaudieron la representación y se fueron con una sonrisa del Auditorio Municipal que acoge la primera función para el público infantil en esta 42º edición del Festival de Teatro de El Ejido. Un musical superratónico, pero con mucha dosis de humanidad y lleno de valores.
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