Almería y sus personajes I Monseñor Antonio Gómez Cantero (Obispo de Almería)

  • Su infancia transcurrió en Carrión de los Condes, Fue ordenado sacerdote en 1981 y fue destinado a Palencia

  • En 2021 fue nombrado Obispo de Almería

“He visto playa, bosque, desierto... Almería es un pequeño continente”

“Dejad que los niños se acerquen a mí”, decía Jesucristo; y el Obispo sigue sus designios. En la imagen, con niños de Costacabana este verano./JLL Bretones “Dejad que los niños se acerquen a mí”, decía Jesucristo; y el Obispo sigue sus designios. En la imagen, con niños de Costacabana este verano./JLL Bretones

“Dejad que los niños se acerquen a mí”, decía Jesucristo; y el Obispo sigue sus designios. En la imagen, con niños de Costacabana este verano./JLL Bretones

Escrito por

José Luis Laynez Bretones

Apalabré la entrevista el domingo en su primera misa en la Romería a Torregarcía. Nos intercabiamos los teléfonos y me dijo: “Ya te llamaré”. Esperaba que fuera cuestión de semanas pero el lunes me escribió: “El miércoles a la 1 en el Obispado”. Al final fue en su residencia de Aguadulce y la charla duró ¡dos horas!

–Ya lleva casi un año en Almería y se habrá formado una visión de nosotros, los almerienses.

–Soy enormemente feliz en Almería y doy gracias a Dios por haberme destinado a esta tierra. En este tiempo he percibido que los almerienses sois personas de carácter abierto, amable y actitud positiva y trabajadora. En poco tiempo Almería ha pasado, de ser una provincia pobre, con pocos recursos económicos, a ser el motor de Andalucía.

–Eso se lo dirá usted a todos...

–Mira, yo he tenido dos destinos fundamentales: Palencia como párroco y Rector del Seminario y la diócesis de Teruel y Albarracín ya como Obispo. Siempre he estado muy a gusto pero por mi talante abierto, comunicativo, con una pincelada de irónico me he adaptado enseguida a la ciudad. La gente es muy amable y se ofrecen a acompañarme a sitios que no conozco, incluso a llevarme en su coche a la provincia.

"Desde que llegué a Almería me siento muy feliz, me habéis acogido con los brazos abiertos, sois gente muy amable”

–¿La ha conocido ya?

–Sí, he ido a bastantes pueblos en misión pastoral y me doy cuenta que Almería es un pequeño continente donde he visto desde bosque a desierto, pasando por playas y cascos históricos de gran belleza y monumentalidad.

–Pues hasta no hace mucho éramos el patito feo...

–Ya me he enterado y no lo comprendo. Tenéis que profundizar en vuestra propia idiosincracia y cuidaros de centralismos lejanos. La riqueza se encuentra en la pluralidad y no en la uniformidad, igual que sucede en la Iglesia.

–Barro para casa. ¿Conoce ya las Cofradías de Almería?

–Pues sí y me ha maravillado que aquí son como clubs, en las que se realizan un sinfín de actividades con el carácter bullanguero y festivo andaluz sin perder por ello la devoción. En Castilla son muy distintas, orientadas a sacar las procesiones y muy severas.

Mons. Gómez Cantero incensa el altar pasado domingo en Torregarcía. Mons. Gómez Cantero incensa el altar pasado domingo en Torregarcía.

Mons. Gómez Cantero incensa el altar pasado domingo en Torregarcía. / JLL Bretones

–Tengo entendido que era usted casi un mojón o una flecha del Camino de Santiago...

–¡Ja, ja, ja! Lo dirás porque el Camino pasa por la misma puerta de mi casa en Carrión de los Condes. De niño recuerdo ver a peregerinos perdidos y acompañarlos hasta la salida del pueblo; sin conocer su lengua nos entendíamos aunque fuera por señas. Entonces no había flechas amarillas.

–¿Qué recuerdos tiene de sus 5 años en Teruel y Albarracín?

–Muy buenos. Tras 13 años de párroco en la iglesia de San Lázaro, en Palencia, el Papa me nombró Obispo de esa diócesis. Teruel se parece a Almería, chiquitita y abarcable. Recorrí todos sus pueblos y en algunos confirmé un sólo niño. Pero cuando llegaba la feria ‘del Torico’, aquello se volvía imposible y me iba a Albarracín, que yo llamaba ‘mi pequeña Castelgandolfo’.

"He trabajado casi siempre con los jóvenes; con ellos he visitado 30 países y en todos he aprendido bastante”

–30 países me dice que ha visitado trabajando con jóvenes...

–Pues sí, ya que con 29 años me nombraron Consiliario Internacional de Acción Católica para Niños y me volqué con ellos. Me marcaron países como Guatemala, Senegal, Brasil o Polonia por la pobreza qus se veía en sus calles y lo abandonados que estaban niños y jóvenes.

–Me consta que es usted un lector empedernido...

–Tengo miles de libros y al venir a Almería doné más de la mitad a la biblioteca de mi pueblo porque no podía ir con tantos. Ahora leo ‘El infinito en un junco’.

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