Almería y sus personajes I José Gálvez López (50 años de mecánico, jubilado)

“Un día me encontré cien mil pesetas al desmontar un asiento”

  • Con 16 años empezó de aprendiz en la Seat y con 20 entró en la Mercedes

  • En 1992 abrió un taller en Los Molinos, se jubiló en 2017 pero su hija sigue con su labor

Pepe Gálvez y su hija Silvia, actual propietaria del taller, sostienen un cuadro con fotos que resumen sus 50 años de vida laboral.

Pepe Gálvez y su hija Silvia, actual propietaria del taller, sostienen un cuadro con fotos que resumen sus 50 años de vida laboral. / Javier Alonso

Hace unos años me compré un Mercedes. Al poco vi a Juan Andújar Oliver, que trabajó muchos años en el concesionario, y le pregunté en manos de quién lo ponía para revisiones y averías. No lo dudó; “Llévaselo a Gálvez que es el hombre que más sabe de Mercedes de España”.

–Ya conoces el refrán: ‘Cuando el río suena, agua lleva’.

–¡Ja, ja, ja! Bueno, es cierto que he trabajado casi 50 años fundamentalmente con este tipo de coches y mi entrega ha sido total; pero el amigo Andújar exagera. Hace muchísimos años que nos conocemos y se excedió.

–Primero en el concesionario y luego en tu taller propio.

–Yo estudié en la escuela de Formación pero los libros no me gustaban y, como al lado estaba el concesionario de la Seat entré allí de aprendiz con 16 años. Estuve tres años y pasé a la Mercedes. Era el año 1972. Allí encontré un grupo de mecánicos excelente e hicimos buena amistad. Recuerdo a Juan Huertas, Juan López, Pepe Fornieles... Teníamos un equipo de fútbol de empresas y todos los sábados jugábamos tras acabar la jornada.

"Antes me dejaban el coche en la puerta del taller con las llaves dentro para ganar tiempo en el arreglo”

–Eran otros tiempos...

–Mira, todos los meses vendíamos la chatarra y con lo que sacábamos hacíamos una comida. Éramos una familia, amigos antes que trabajadores.

–Y en 1992 montas tu propio taller en Los Molinos.

–Sí, quería ser mi propio jefe. Primero lo tuve en una casa con un gran patio, que venía muy bien para dejar los coches.Luego compré un solar junto a la carretera y allí hice mi casa en los altos y el taller en los bajos. Esto me obligaba a estar las 24 horas del día pendiente del trabajo. A cualquier hora llegaba un cliente y tenía que atenderlo.

Gálvez y Silvia con los dos empleados que actualmente tienen. Gálvez y Silvia con los dos empleados que actualmente tienen.

Gálvez y Silvia con los dos empleados que actualmente tienen. / J.A.

–Y si no...

–Pues me dejaba el coche en la puerta con las llaves dentro para que se lo reparase al día siguiente nada más abrir. Yo trabajaba los siete días de la semana en jornadas de más de doce horas diarias y no tomaba más vacaciones que la semana de Feria.

–Buena inauguración la del nuevo taller...

–Sí, apenas lo terminaron, antes de meter ni una herramienta, celebramos allí la Comunión de mi hijo Carlos. Fue muy emotivo.

–A ver, cuéntame anécdotas que te hayan sucedido en 50 años.

–Un día abrí el motor de un coche que olía fatal y descubrí que había una rata enorme muerta. ¡Qué asco! Llamé a la dueña y me dijo que le aterrorizaban las ratas y que ella no venía a quitarla. Cogí a un muchacho del barrio y le dije que le daba cinco euros si la sacaba; y lo hizo.

El mecánico, con la estrella de Mercedes. El mecánico, con la estrella de Mercedes.

El mecánico, con la estrella de Mercedes. / J.A.

–No eres millonario pero pudiste haberlo sido...

–¡Ja, ja, ja! A poco de establecerme, desmonté el asiento de un coche y vi un sobre sucio y arrugado. Miré dentro y había ¡cien mil pesetas! en billetes. No lo dudé, llamé al dueño y se lo devolví. Ya casi no se acordaba de ellas y las daba por perdidas.

–También fuiste cochero...

–Eso fue un hombre que se compró un Mercedes enorme y no era capaz de sacarlo de la cochera de la calle Marco. Me telefoneaba, iba con la moto se lo sacaba y me daba cinco mil pts. cada vez.

"Vivo encima del taller y había días que no subía a mi casa en 12 horas si se complicaba algún trabajo”

–¿La reparación más cara?

–Pues se la hice a uno de los dueños de Muebles Vallejo que tenía un Mercedes de ocho cilindros de motor hecho polvo. Le costó un milón de pts... de los años 80.

–1 de julio de 2017.

–Aquel día me jubilé, tras 50 años como mecánico. Pasé un tiempo que no sabía que hacer sin ir al taller. Afortunadamente ha quedado en las mejores manos posibles: las de mi hija Silvia.

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