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Cómo meditar telemáticamente

  • José Escánez organiza dos sesiones diarias de forma gratuita para todo el que quiera participar en estas clases online

Cómo meditar telemáticamente.

Cómo meditar telemáticamente.

Con los ojos cerrados y con la única vigilancia de una cámara que sirve para conectar con el profesor. José Escánez, experto de mindfulness, ha decidido prestar su experiencia en el terreno de la meditación de forma gratuita en estos momentos de confinamiento e incertidumbre.

José Escánez explica cómo nace la idea: “Surgió nada más comenzar el aislamiento. Empecé a compartir las meditaciones el domingo 14 de marzo. En principio, invité a participar a las personas que habían realizado alguno de mis cursos de mindfulness. Ante la situación de incertidumbre que estamos viviendo, sentí que una forma de ayudar podría ser propiciar momentos de introspección y aquietamiento mental, y decidí compartir de forma gratuita una práctica diaria de mindfulness. Desde entonces, se ha ido extendiendo la iniciativa y se han ido incorporando otras personas”.

El profesor asegura que no es complicado meditar de forma telemática: “Basta con tener los elementos materiales oportunos (ordenador o móvil), y bajarse de la red una aplicación mediante la que se pueden mantener reuniones. Hay varias que sirven para ello. La que estoy usando es la app Zoom”.

Algunos de los participantes en la sesión. Algunos de los participantes en la sesión.

Algunos de los participantes en la sesión.

La sesión dura una media hora aproximadamente y Escánez realiza dos sesiones al día, una en silencio a las 8:00 horas y otra guiada a las 17:00. Cada día se reúnen entre 10 y 35 personas. “Hay que tener un lugar donde estar un rato sin distracciones ni interrupciones. Cualquier habitación de la casa resulta adecuada. Sólo hay que tener una silla o un cojín de meditación para permanecer sentado durante el tiempo que dura la sesión”.

El profesor apunta que está destinado para cualquier persona: “Hay personas que no han tenido ninguna experiencia con la meditación y me han pedido participar. Y continúan haciéndolo a diario. El hecho de sentarse y estar en silencio en compañía de otros puede ser suficiente para calmar la mente”.

Aunque se está realizando de forma online, “la presencia es importante. Cuando meditamos en grupo en una sala, de forma presencial, se nota la energía de todos los participantes y la actitud meditativa se consigue de forma más rápida y profunda. No obstante, está resultando muy efectiva también por medios telemáticos, ya que estamos interconectados a través de la pantalla y del sonido. Eso es suficiente para generar una actitud introspectiva adecuada y para sentirnos acompañados”.

Escánez enumera los beneficios que reporta la meditación: “Sirve para aquietar la mente y tratarnos con cuidado en esta época difícil y compleja. Cuando prestamos atención a nuestra respiración y nuestro cuerpo, de forma sistemática, dejamos de alimentar los pensamientos que esta situación nos producen y las emociones aflictivas que éstos conllevan. No se trata de rechazar el malestar o el miedo que estamos sintiendo, sino de ser consciente de lo que sentimos evitando generar más malestar a través de los pensamientos compulsivos que nos invaden. Igualmente, cuando nos paramos empezamos a tratarnos con amabilidad, dejando de estar y atender a lo que ocurre en el exterior, fomentando un espacio de introspección y conexión con nosotros mismos. Estar continuamente atendiendo todo lo que ocurre fuera de nosotros es extenuante en condiciones normales. Y en estos días, no sólo resulta extenuante sino que propicia situaciones de miedo, incluso de pánico, que no resulta en nada aconsejable para transitar este momento con lucidez y calma. Sin dejar de atender lo de fuera, necesitamos propiciar espacios y momentos para atendernos a nosotros mismos. De hecho, si nos atendemos mejor podemos mejorar la forma de atender nuestro entorno”.

Otro de los aspectos positivos que destaca es que “a través de estas reuniones diarias, se consiguen momentos de conexión y relación con otras personas desde un lugar distinto al que solemos usar a través de la mente y la palabra, sin contarnos historias, en un espacio regido por el silencio, el recogimiento y el sentirse acompañado”.

Tras el confinamiento, el profesor volverá con los cursos de mindfulness: “Estoy aprovechando este tiempo para mejorar el contenido de esos cursos, así como preparar otras formas de llevar a cabo mis actividades profesionales. Si se alarga demasiado esta situación, quizás me plantee llevarlos a cabo vía telemática”. José Escánez comenzó con el mindfulness de una forma muy concreta: “He sido abogado en ejercicio durante 27 años. Hace años, tras una grave crisis personal, con múltiples episodios de ansiedad, comencé a interesarme por el desarrollo personal y la conciencia, como una forma distinta de relacionarme conmigo mismo y con los demás. Fue una parte fundamental en la salida de esa crisis, tanto que, tras años de formación y experiencia, el crecimiento personal se ha convertido en mi forma de vida. Desde hace 6 años imparto cursos y talleres de mindfulness en Espacio Aruna, un centro de yoga y mindfulness. También los llevo a cabo en empresas, colegios, institutos y otros centros e instituciones, así como organizo retiros de meditación y silencio. Dejé el ejercicio de la abogacía hace tres años y en la actualidad soy experto en desarrollo personal, educación consciente y mindfulness, instructor y terapeuta Gestalt. También soy fundador y director de Mindfulness Aquí”.

José Escánez, durante una sesión de meditación. José Escánez, durante una sesión de meditación.

José Escánez, durante una sesión de meditación.

Encarni es una de las usuarias y asegura que “las meditaciones me están salvando de tener una depresión”. Por su parte, Soco afirma que “tengo bienestar al entrar en ese espacio de paz. Me ayuda a ver con cierta perspectiva lo que está pasando fuera”. Juan Manuel también siente una gran positividad con la meditación: “Me aporta paz, tranquilidad interior, profundidad y mayor conocimiento de mí mismo, compasión por lo demás, menos materialismo, menos nerviosismo…”.

Para Álvaro, esta cita con la meditación supone “una forma de obligarte para no quedarte hasta las tantas en la cama y centrarte nada más despertarte y de compartir esta experiencia”. Carmina manifiesta que, aunque están participando de forma telemática “ya somos una gran familia, todos conectados a la misma hora y meditando juntos”. Por último, Antonio se siente feliz con esta oportunidad que le ha dado el profesor por “poner a mi disposición herramientas que han sido capaces de perforar con tanta profundidad mi alma”.

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