Almería y sus personajes I Rosalía Mayor (Presidenta Asociación de la Prensa de Alicante)

  • Sólo guarda recuerdos gratos de su infancia y su juventud en su ciudad natal

  • Ha sido nombrada ‘Alicantina de Adopción’ pero no por ello olvida su tierra

“Cuando vuelvo a Almería como un platico de migas aunque no llueva”

Rosalía Mayor recibe el título de ‘Alicantina de Adopción’ de manos del presidente de la Diputación, Carlos Mazón. Rosalía Mayor recibe el título de ‘Alicantina de Adopción’ de manos del presidente de la Diputación, Carlos Mazón.

Rosalía Mayor recibe el título de ‘Alicantina de Adopción’ de manos del presidente de la Diputación, Carlos Mazón.

Escrito por

José Luis Laynez Bretones

El refrán de que ‘nadie es profeta en su tierra’ se da con especial intensidad en Almería. ¡Cuántos paisanos han tenido que salir de nuestra tierra para triunfar! Es el caso de nuestra protagonista de hoy, presidenta de la Asociación de la Prensa de Alicante.

–Y, desde hace muy poco, ‘Alicantina de Adopción’.

–Sentí un inmenso orgullo, alegría, agradecimiento… Es que no sabes lo que es llegar al Palacio de la Diputación y que te hagan un pasillo los tambores de Hellín, que te reciba el presidente de la Diputación, en su despacho, que acudan tantas personalidades y amigos, que el alcalde de Alicante te reciba en el Salón Azul, que acompañes a los miembros de las casas regionales por la Explanada, y luego actúen en un festival, una comida con 400 personas… Todavía lo pienso y se me pone la carne de gallina.

–Pero tus recuerdos de Almería no hay quien te los borre...

–¡Por supuesto! De mi infancia en Almería sólo tengo buenos recuerdos. Mi padre navegaba y los pasábamos las mañanas del domingo en el Club de Mar, siguiendo las regatas. Antes bajábamos a casas de mis abuelos y desayunábamos el ‘revuelto del abuelo’, algo tan liviano como carne de magro, pimientos y huevos fritos, con una barra de pan crujiente. Con mis padres y mis hermanos, Antonio y Carmen, siempre he tenido mucha cercanía.

"De niña, el domingo íbamos a desayunar ‘el revuelto del abuelo’, algo que recuerdo con especial cariño”

–Periodista por vocación, no por antecedentes familiares.

–No sé de dónde me viene el amor por esta profesión ya que nadie en mi familia se había dedicado a la comunicación. Siempre me ha encantado saber qué pasaba en el mundo, y poder comunicarlo me parecía lo más. Y te cuento una confidencia: cuando le dije a mi padre que quería estudiar periodismo, me dijo que mejor eligiera Derecho. ¡No veía nada claro lo del periodismo!

–Pues el periodismo hizo que te perdiéramos...

–Estudiando en Madrid, fuimos a la Feria de Sevilla. El día antes, quedamos con unos amigos de Alicante en una caseta de un amigo suyo. Al llegar allí, un señor nos dijo que era el padre del amigo… ¡el que luego fue mi suegro! Así conocí que al que hoy es mi marido. Cinco años de novios y nos casamos en la Virgen del Mar, como debe ser.

"Si viviera en Almería no habría estrenado mi cocina, ya que me encantan los barecillos de toda la vida”

–En tu caso no se cumplió los de las t... y las carretas.

–¡Ja, ja, ja! Pues no. Hice el Máster del ABC y cuando llegué a Alicante me presenté en el periódico con un montón de artículos de sociedad y medio ambiente bajo el brazo. Empecé escribiendo artículos de parques naturales de la provincia y esa colaboración duró veinte años.

–De ahí a la presidencia de la prensa alicantina hay un paso...

–El día antes de las elecciones, el presidente dijo que no se presentaba. Tuvimos una reunión y noté muchas miradas sobre mí. Mis compañeros me animaron a presentarme y ¡aquí estoy! Tengo la suerte de tener un gran equipo y poder ayudar a los ‘compas’.

Rosali con la familia, que la conoce por este cariñoso apócope. Rosali con la familia, que la conoce por este cariñoso apócope.

Rosali con la familia, que la conoce por este cariñoso apócope.

–Ya he comprobado lo difícil que te resulta venir por Almería...

–Es que siempre estoy atareada. Además de presidenta de la APPA colaboro con el periódico digital Alicante Plaza. Voy menos de lo que desearía pero, nada más llegar... ¡de tapas! A comer migas, aunque no llueva, trigo, pescaíto frito, patatas a lo pobre… Me encantan los clásicos: Puga, Nevada, 18 de Julio, Bonilla, Capitol, Chele, Rincón de Yebra… Si viviera en Almería que no habría estrenado la cocina de mi casa, porque me pierden sus bares.

–Pues elige uno y...

–¡Lo visitamos en Navidad! Maravillosa idea. Un beso a todos.

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