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Esta noticia apareció publicada el 13 de noviembre de 2007 en la edición en papel de Almería Actualidad, por María José Uroz. 

Nadezda U., de nacionalidad rusa, ha parecido degollada y apuñalada por la espalda. Su cuerpo estaba en medio de un gran charco de sangre. La Guardia Civil la encontró en el dormitorio de matrimonio de una vivienda que estaba alquilada por el hombre que presuntamente la asesinó. El fuerte olor que traspasaba el dintel de la puerta alertó a una vecina que, tras la preocupación que le trasladaron varios familiares del inquilino sobre su desconocido paradero, decidió llamar a los agentes. La víctima se encontraba encerrada en la habitación, arrodillada en el suelo y con los brazos apoyados en la cama. Una manta le cubría la cabeza y ocultaba parte del dantesco charco de sangre que la rodeaba. Llevaba unos 15 días muerta.

Las primeras hipótesis apuntan a que su asesino la mató en la madrugada del 31 de octubre al 1 de noviembre, después de haberse tomado unas copas en un pub musical de Almerimar, donde el dueño del establecimiento los vio juntos por última vez. Sobre las diez de la mañana, la Guardia Civil accedió a la vivienda después de que un cerrajero abriese la puerta. Estaba todo cerrado, ventanas y puertas interiores, y sólo hubo que seguir el rastro del fuerte olor para encontrar el escenario del crimen. La policía científica inspeccionó el lugar, tomaron huellas y fotografías. Sin embargo, el arma con la que el asesino degolló y apuñaló a Nadezda no apareció por ningún rincón y tampoco el bolso de la víctima. “Lo que sí inspeccionaron los científicos fue una maleta con varios DVD y objetos personales que había en el interior de otra habitación más pequeña”, indicó un vecino del residencial.

La vivienda estaba alquilada por un hombre de nacionalidad española, jubilado y que se dedica a la venta de Lotería Nacional, por lo que es conocido con el apodo de ‘El Lotero’. Es el número ocho de la primera planta, en la calle Dársena Conde de Barcelona. El presunto asesino, de unos 60 años y que siempre se mostraba “muy simpático y amable con los vecinos”, en meses anteriores había convivido con una mujer rusa en otro piso del mismo residencial.

Según ha podido saber Diario de Almería, el presunto homicida llamó a su hija el mismo día uno de noviembre para decirle que había matado a una mujer porque ya estaba cansado de ella. Sin embargo, al día siguiente la volvió a llamar para desmentirle todo lo que le dijo. Según reconoció una vecina a este periódico, la hija hizo caso omiso a lo que su padre le confesó y lo describió como “un hombre que está loco”.

Una zona solitaria, casi deshabitada y que sólo está al completo durante los meses de verano. Todas las persianas bajadas y un silencio escalofriante. Los pocos vecinos que viven allí y que hacen vida con total normalidad aseguran que no se escuchó ninguna discusión procedente de la vivienda y que llevaban varios días sin ver al vecino por la urbanización.

Nadezda U., de 22 años de edad, trabajaba en el club de alterne Cotton Club de El Ejido y su desaparición fue denunciada ante la Policía Nacional el día 4 de octubre por un conocido que llevaba varios días sin saber de ella. El local se encuentra en las inmediaciones de un polígono industrial a las afueras de la localidad donde además, hay varios bares de copas.

Según fuentes de la investigación, las principales sospechas apuntan al inquilino de la vivienda donde apareció el cadáver, a quien tratan de seguirle la pista.