Infancia

Lo de jugar se va a acabar: "Los niños se volvían locos y ahora ya ni miran lo que hay"

Rafael Guirado posa con el antes y después de unas maquetas. Rafael Guirado posa con el antes y después de unas maquetas.

Rafael Guirado posa con el antes y después de unas maquetas. / Javier Alonso

Escrito por

· Carlos Javier Lillo

Redactor de Finanzas y Provincia

Es una casualidad, una mera coincidencia en plena investigación periodística, pero la llamada no deja indiferente a este reportero. Una tienda de juguetes reconvertida, traspaso mediante, en una de informática. Se encuentra en Almería capital y su propietario, aunque prefiere permanecer en silencio, sí explica que la tienda para los más pequeños desapareció hará más de dos años. “El sector del juguete cada vez va a menos”, reafirma Rafael Guirado, propietario del local ‘Superjuguete’, que tiene más de una sucursal por la provincia. Es un negocio familiar, aunque esto no ha impedido su expansión por la ciudad y la barriada de La Cañada.

En una mañana de abril, minutos después de haber abierto sus puertas, da de repente un soplo de pesimismo a la comitiva periodística: los juguetes que durante generaciones poblaron los hogares ya no se compran como antes. Algunas marcas conocidas amenazan con desaparecer de sus estantes más pronto que tarde. “Los niños ya no saben jugar”, confiesa. En la mira, la tecnología. “Abren los juguetes pero es la ilusión de los primeros momentos, luego lo dejan”, asegura.

¿Dónde estaba el carro? Siendo envuelto en La Cañada. ¿Dónde estaba el carro? Siendo envuelto en La Cañada.

¿Dónde estaba el carro? Siendo envuelto en La Cañada. / Javier Alonso

Que los niños no dejen los juguetes de lado es vital para la supervivencia de su familia, de su negocio, de su manera de entender la vida. “Les tenemos que dejar la tecnología un poco más apartada, tienen edad de jugar”, pide. Es, para él, un tema de educación, de las enseñanzas que han transmitido los padres, los mismos que no concebían otro entretenimiento que no fuera la creatividad. El 61% de las familias creen que el uso que los menores hacen del mundo digital se debe controlar. Son datos de la Fundación ‘The Family Watch’, que está participando de la comisión abierta sobre la materia en Madrid.

A un puñado de kilómetros, al sur de España, los jugueteros comparten el mensaje. Hace falta cambiar. La vida les va en ello. La gente que acude a negocios como el de Rafael lo hace en su mayoría a través del comercio online, que está ganando enteros desde la pandemia. Es gente que sabe lo que quiere y lo compra sin necesidad de desplazarse a la tienda. En la web de su empresa tienen más de 3.000 productos “aunque hay gente que viene a mirar el producto”, explica.

"Los fabricantes van ahora a la figurita del videojuego", Rafael Guirado

El sector de los juguetes vive en buena parte de lo que ocurre durante la campaña navideña, cuando las familias compran a mansalva regalos para los más pequeños de la casa. Es su momento fuerte de ventas y, claro está, los cambios en el comercio se han notado en esa oportunidad. “Hemos notado un incremento bastante alto en el tema del online”, confiesa. “Nos ha salvado las Navidades”, dirá después. Online o físico, la manera de consumir ha cambiado. “No se compra menos pero sí se compra más seleccionado, los tiempos están cambiando, antes venían el 5 de enero y compraban todo lo que veían que les encajaba, lo que le gustaba al padre”, rememora. Ahora manda el niño. “Compras lo que te pide”, explica.

Una mujer busca qué producto le gusta más. Una mujer busca qué producto le gusta más.

Una mujer busca qué producto le gusta más. / Javier Alonso

Sobre el día de Reyes Magos, momento en el que corren ríos de tinta sobre cómo las nuevas generaciones exploran con ilusión los juguetes que pasan a formar parte de su haber, una nueva dosis de cruda realidad: ya no es lo que era. “Se está perdiendo, el otro día me pasó que entró un niño en la sillita e iba mirando el móvil, antes se volvían locos pero ni se levantó”, asegura. “Salen los médicos advirtiendo del daño que es, la tecnología vuelve a los niños que no quieren ni hacer amigos”, crítica.

El cierre de la popular empresa Imaginarium, que durante años fue un emblema de la infancia de los españoles, anunciado esta semana ha puesto el tema sobre la mesa. La compañía, abocada al cierre por los problemas económicos sufridos en los últimos años, es la punta del iceberg. “Nos tendremos que reconvertir pero no tengo la varita mágica, no creo que desaparezcamos, por el bien de los niños no debe, a los padres nos da cosa no regalar juguetes”, dice mirando al futuro. “Si se pierde una juguetería, donde va a estar la ilusión de los críos cuando nacen”, clama. Imaginarium recordaba en su carta de despedida que, a través de los juguetes, han “contribuido a hacer este mundo algo mejor”.

La clave está en adaptarse a lo que el público infantil demanda. “Yo tengo de todo pero los fabricantes se están yendo a las figuras de los videojuegos, quieren atraer al niño”, afirma. El drama es generacional. “Un niño te dice ya con cinco años que es demasiado mayor para los juguetes”, confiesa. El futuro de decenas de empresas está en las manos de los más pequeños y, por ahora, corre peligro.

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