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Calle Lope de Vega (II)

  • Discreta. Escasamente comercial -y actualmente aún menos- fue en cambio domicilio de reconocidos profesionales, caso de, entre otros, el Dr. López Rodríguez. O sede de Acción Católica de Mujeres

La muy céntrica calle Lope de Vega reproduce la traza urbana de la vieja Madina: estrecha, sinuosa, eternamente umbría. Cristiana en el arrabal musulmán de la Musalla, se abrió para drenar el tránsito desde el eje Real-Las Tiendas hacia la plaza de La Catedral. Más de personas que de carros de bueyes o mulos y carruajes tirados por caballos, dada la escasa distancia entre fachadas y ausencia de aceras. Por razones higiénico-demográficas, el Ayuntamiento acometió en el ocaso del s.XIX un proyecto de ensanche viario en el segundo cinturón del Casco Histórico. Sin embargo, las penurias de la Hacienda municipal impidieron las iniciativas más ambiciosas de su arquitecto-urbanista, Trinidad Cuartara, responsable de la comisión de Ornato. La alineación de Lope de Vega se abortó en su inicio ya que solo el primer tramo alcanzó los cinco metros de calzada, tomando como referencia la esquina del remodelado palacio episcopal.

Aunque escasamente comercial, en su postrera etapa decimonónica contabilizamos una casa de comidas y la fonda San Fernando, despachos de bebidas, zapateros, costureras, almacén de harinas, carbonería frente a la desaparecida plazuela del Parralico, la fábrica de chocolate del virgitano Juan Puig y pare usted de contar. En cambio fue domicilio habitual de profesiones liberales. Censadas anteriormente distintas academias de enseñanza y las cabeceras periodísticas de El Grillo y El Noticiero, a las que sumamos Revista de Almería (mensual de ciencias, literatura, filosofía, religión, etc.), el muestreo corresponde hoy a licenciados en Medicina. Por ejemplo: Emilio Polongo, profesor en cirugía y prótesis dentales; Emilio Mazzeti, especialista en partos y enfermedades de la matriz o el oculista Gómez Vallejo. Trilogía que, como la mayoría de sus colegas, habilitaron consultas gratis a primeras horas del día para enfermos pobres.

GENERAL DE SANIDAD

Tras la cita de tales galenos, amplío datos referidos a Cristóbal López Rodríguez, último residente en Lope de Vega que alcanzó manifiesta notoriedad. Con el nº 196, en mayo de 1930 causó alta en el Colegio Oficial de Médicos de la Provincia -fundado en 1901-, del que llegó a ser presidente (1946-1950) por designación del Consejo General de España; mandato en el que sirvió de anfitrión al eminente Dr. Carlos Jiménez Díaz en su visita en abril de 1947. Nació en Alhama de Almería el 4-VIII-1899 y falleció en la capital el 3-II-1973, dejando viuda, Inés Vidal Giménez, y dos hijas: María y Francisca (su hermano Mario ejerció en la posguerra como omnipotente secretario general del Gobierno Civil de Sevilla). Enterrado en el cementerio de san José, sus restos fueron después trasladados al de san Nicolás de Bari, en su pueblo natal. Cursó Bachillerato en el Instituto capitalino y Medicina en la Universidad de Granada, con premio extraordinario de Licenciatura en 1923. Interno predilecto de la Facultad, obtuvo matrícula de honor en la casi totalidad de asignaturas, lo que prueba su alta capacidad intelectual. Ingresó en el Cuerpo de Sanidad Militar, incorporándose al ejército de África en calidad de teniente en la VI Bandera de la Legión, a las órdenes de Franco.

Regresado a Almería, el ya comandante López Rodríguez compaginó el ejercicio libre con la Casa de Socorro, donde le sorprendió la guerra civil y fue detenido. Concluida esta y ascendido al empleo de coronel, en 1957 lo destinaron a Canarias y África Occidental, participando en la campaña de Ifni. De nuevo en la península, en 1962 alcanzó el generalato, desempeñando la Jefatura Sanitaria de la IV Región Militar en Cataluña y la IIª en Sevilla. Aquí pasó voluntariamente a la reserva y volvió a la ciudad, estableciendo en el nº 33 de Lope de Vega consulta privada de Medicina Interna, Cardiología y Radioterapia. Una magnífica vivienda de dos plantas, entrada de carruajes y cinco balcones, construida por Trinidad Cuartara en 1888 y única que se conserva en pie (junto a la de Casa Puga) tras la destrucción sistemática de añejos edificios a todo su largo y ancho. Hijo Predilecto de Alhama, hermano mayor (1969) de la Hermandad de la Virgen del Mar y académico correspondiente de la Reales de Medicina de Granada y Tenerife -además de numerosos artículos científicos publicados-, entre las distinciones civiles y militares recibidas destaca la Placa y Encomienda de la Orden Civil de Sanidad, Cruz de San Hermenegildo, medallas de las campañas de África e Ifni y Cruz del Mérito Militar.

Abocetada lo más significativo de su biografía, cabe añadir determinadas circunstancias políticas habitualmente soslayadas. De acusada ideología conservadora, formó parte activa de la Red Hataca, organización fascista dedicada al sabotaje del normal desenvolvimiento civil en retaguardia, difundir bulos, desmoralizar a la población y filtrar información militar sensible al ejército rebelde. Junto a un grupo guiado por José Pozo "El Mazas", en octubre de 1938 intentó evadirse a territorio "nacional"; abortada la fuga en Mecina Bombarón (Granada), fueron recluidos en la cárcel de Baza, Valencia y en la del Ingenio de Los Molinos (según declaración del propio interesado en la Causa General). Su esposa, Inés Vidal Jiménez, fue igualmente presa en Gachas Colorás por su pertenencia al Socorro Blanco ("Quintacolumnistas" y "Mujeres en Guerra", de Sofía Rodríguez)

SINDICATO DE LA AGUJA

Bastantes almerienses aún recuerdan el Sindicato de la Aguja, cooperativa obrera femenina ligada a la figura de Carmen Góngora López. Nacida en Rioja del Andaráx en 1900, se educó en Las Adoratrices del Quemadero y falleció -soltera y sin descendencia- el 19 de febrero de 1987 en su domicilio de calle Mariana, 9. En su fachada, una cerámica descubierta por la Agrupación de Cofradías en 2005 la homenajea, no en vano rara es la hermandad antigua que no dispone de bordados procesionales diseñados o salidos de su taller. La Acción Católica de Mujeres (presidida por María Roda) se instaló en mayo de 1919 en una vivienda plurifamiliar ya demolida -contigua al Obispado-, con el acento puesto en la enseñanza y acogida de adolescentes y adultas, aunque esta tareas ya venían desarrollándolas las Adoratrices y Damas Catequistas. Ahí tuvo su sede el Círculo Tradicionalista y el Sindicato de Riegos y se formaron laboralmente generaciones de jóvenes. Bajo la tutela de dicha señora, en 1929 continuaron en otro obrador de c/. Cervantes y finalmente en la de Mariana. En el trienio incivil fue responsable del clandestino Socorro Blanco, ocultando en su casa, o facilitando el pase a territorio "nacional", de religiosos y significados derechistas de la provincia. Descubierta en junio de 1938 y acusada de sedición, encubrimiento y espionaje, sufrió prisión hasta el final de la contienda. Carmen Góngora López militó en la Comunión Tradicionalista, Acción Popular y Falange. Peor suerte corrió su hermano Juan, asesinado en agosto de 1936.

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