LaentrevistaJOSÉ IGNACIO SALAFRANCA. EURODIPUTADO DEL GRUPO DEL PARTIDO POPULAR EUROPEO

"El Corredor es fundamental para superar las limitaciones de España como país periférico"

  • El parlamentario europeo conoció Almería hace muchos años y todavía guarda un recuerdo de "una provincia cercana y agradable, donde uno puede disfrutar de la naturaleza"

"El Corredor es fundamental para superar las limitaciones de España como país periférico"

"El Corredor es fundamental para superar las limitaciones de España como país periférico"

Esel eurodiputado más veterano de la delegación española en el Parlamento Europeo, desde hace más de 30 años su carrera profesional está ligada a Europa y ha sido partícipe y promotor de grandes acontecimientos en la Eurocámara. José Ignacio Salafranca es un gran defensor de la Unión y se considera una persona afortunada por haber podido trabajar en beneficio de la construcción europea. Ha sido condecorado en 23 ocasiones por diferentes gobiernos y ha tenido múltiples responsabilidades políticas en las instituciones europeas.

Casi 5 legislaturas de trabajo como eurodiputado lo convierten en un gran conocedor de Europa.

De todos los eurodiputados españoles soy el más veterano pero no más el viejo, tuve una interrupción de dos años y medio en 2014, periodo en el que me tomé un año sabático y también estuve de embajador de la UE en Argentina y en el 2017 volví. Yo tuve la suerte de poder incorporarme a la Comisión Europea en el año 1986 cuando España se adhirió a lo que entonces eran las Comunidades Europeas, tuve el privilegio de trabajar en el gabinete del comisario Abel Matutes del 1986 a 1994 en las tres comisiones Delors y en el 94 me viene al Parlamento.

Después de tantos años trabajando fuera de España, ¿qué es Europa para usted?

Si tuviese que definir en este momento lo que es el sueño europeo a través de los años no vacilaría en afirmar que la idea de Europa constituye una llamada permanente a la paz, a la comprensión, a la concordia y a la reconciliación, es una Europa fundamentalmente de valores. Junto a esta visión elevada hay también otra más pegada al terreno, legítima y complementaria con la visión anterior que es la Europa del saldo neto, del contribuyente, del beneficiario, aquella en la que se decide las viñas que tenemos que arrancar, las vacas que tenemos que sacrificar, las ayudas que nuestros agricultores pueden recibir, la forma en la que nuestros bancos se tienen que liquidar o el espacio donde tenemos que vivir y donde nuestros hijos tienen que crecer.

¿No cree que en muchas ocasiones otros países fuera de Europa valoran más este proyecto que los propios europeos?

A mí me llamó la atención y utilizo mucho lo que dijo el anterior presidente de EEUU, Barack Obama, señaló que la UE es el experimento más democrático, menos injusto, más solidario y más variado que ha conocido la humanidad. He tenido mucha suerte por la oportunidad de trabajar en varias instituciones de la Unión. Tuve la ocasión de representar a España en los distintos grupos de trabajo del consejo de ministros, luego estuve en la Comisión que es la institución guardiana de los tratados, con derecho de iniciativa y representa el interés general de la Unión y después entré en el Parlamento Europeo que es una institución realmente muy particular.

Particular y poderosa.

Es el Parlamento más poderoso de Europa y uno de los más poderosos del mundo que representa a muchos millones de ciudadanos. Legitima el proyecto de integración, colegisla en igualdad con el consejo de ministros y controla políticamente a la Comisión. Siempre digo que es un Parlamento que debate, rebate, ratifica los acuerdos internacionales y rectifica decisiones.

Si echa la vista atrás, ¿en estos más de 30 años habrá vivido momentos de grandes cambios?

Empecé trabajando en lo que se llamaba Comunidades Europeas o se simplificaba diciendo que era el Mercado Común. Empezamos como un mercado donde nos intercambiábamos lechugas y tomates pero ha habido un salto social más cualitativo que cuantitativo porque hemos pasado de un mercado común a una unión política y de la misma manera que el mercado común predica y exige la existencia de un consumidor, la propia noción política exige y predica la existencia de un Parlamento que está en el centro de la vida política de la unión y tiene encomendado representar a los ciudadanos, legitimar el proyecto de integración. Este proyecto tiene muchísimas cualidades, sin embargo ha tenido también algunos defectos.

¿Por ejemplo?

Se ha dicho que el proyecto de constitución europea se ha hecho mucho más de arriba hacia abajo que de abajo hacia arriba y que ha sido mucho más fruto de la voluntad de los gobernantes que de la pasión y de la implicación real de los ciudadanos, por eso siempre se ha señalado que ha habido un déficit democrático en el proyecto de constitución europea, pero hay que decir que más importante era ese déficit democrático cuando el Parlamento Europeo no existía, cuando no tenía competencias o cuando era un parlamento delegado con representantes de los parlamentos nacionales. Hoy la Eurocámara se ha convertido en el centro de la vida de la Unión Europea con unas funciones no solamente como corresponderían a un poder legislativo sino también ejerce sus funciones en otros ámbitos y en otras competencias realmente muy importantes.

¿Qué tiene el trabajo en el Parlamento Europeo para qué después de tantos años le siga atrayendo?

Primero es un sitito donde uno tiene la capacidad de aprender, esto es una escuela de civilización donde la perspectiva con la que tú ves los problemas que tenemos hoy como sociedad es mucho más amplia. Segundo es un sitio muy interesante y muy ameno donde conoces a los grandes protagonistas de nuestro mundo contemporáneo. Esta es una institución muy abierta al mundo y apasionante, donde además uno no tiene límites en su capacidad, en ese sentido estoy muy satisfecho, por supuesto siempre se puede hacer todo mejor pero como político he intentado mejorar la sociedad y practicar los valores y las convicciones en las que creemos y por eso me he quedado un poco enganchado aquí, quizás demasiado tiempo.

¿De qué se arrepiente?

Cuando vuelves la vista atrás el tiempo pone de manifiesto las cosas que uno ha hecho, las oportunidades que ha tenido y las cosas que han quedado pero en términos generales me considero afortunado por haber tenido el privilegio de haber representado a los ciudadanos españoles en este gran proyecto de nuestro tiempo que es la construcción europea. En algún momento tuve la oportunidad de trabajar directamente en el ámbito de responsabilidades nacionales como colaborador en puestos muy interesantes, en ese momento decidí apostar por la construcción europea y no lo lamento.

El año que viene elecciones, ¿se atreve hacer una predicción?

Todas las previsiones es que el Partido Popular Europeo va a seguir siendo el principal grupo de la Eurocámara. Estamos todavía a bastante tiempo de las elecciones pero cuando uno ve los resultados de las elecciones en algunos países como Francia, Alemania o Italia, parece que en el conjunto de la Unión el Grupo del Partido Popular será la primera fuerza política esto tiene consecuencias importantes no sólo en el funcionamiento de la vida parlamentaria sino en la composición y en la designación del presidente de la Comisión Europea.

¿Y usted repetirá de nuevo en las listas?

El hombre tiene mil planes para sí mismo pero el destino, Dios, para los que somos creyentes tiene uno para cada uno.

¿Se ve haciendo un trabajo fuera de la política?

¿Por qué no? Es importante que cuando una persona se dedica a la política pueda contar con un bagaje profesional que le permita desenvolverse y ser autónomo. Muchas veces la política tiene muchas servidumbres y uno tiene que pasar por ella preservando su dignidad e integridad para eso es importante tener una profesión que te pueda permitir sacar adelante tus aspiraciones personales y profesionales al margen de la política.

De los trabajos a los que podría volver, ¿cuál elegiría?

Pues no lo sé, el tiempo lo dirá pero yo creo que hay que estar disponible para la sociedad.

Tiene 23 condecoraciones, no he visto ningún otro eurodiputado con ese número.

Vanidad de vanidades es todo vanidad. La mejor condecoración que se puede tener es la satisfacción del deber cumplido y aunque pueda sonar un poco retórico y pretencioso, uno actúa con arreglo a sus convicciones y principios, el estar satisfecho contigo mismo es lo más importante. Creo que la estima, el respeto y la consideración de las personas que te dan la oportunidad de representarles es la mejor recompensa que uno pueda tener.

Usted es paracaidista, ¿ha saltado últimamente?

Hace tiempo que no salto en paracaídas, ya soy un poco mayor, aunque cada uno es tan joven como su fe y tan viejo como sus dudas, lo cual quiere decir que puede haber jóvenes a los 80 y viejos a los 30.

¿Recuerda su primer salto?

Son estas cosas un poco personales. Tenía una novia que era paracaidista y me convenció para hacer los cursos de paracaidista civil y luego hice el servicio militar obligatorio como oficial de complemento en la brigada paracaidista y tuve una gran experiencia donde aprendí muchas cosas que luego me fueron muy útiles en mi vida de trabajo en la administración pública y también en la política. Aprendí unos valores que hoy no están quizás muy de moda pero yo creo que la lealtad, el compañerismo, la solidaridad, la abnegación, el espíritu de trabajo son valores que valen la pena.

¿Conoce Almería?

Si, estuve hace muchísimos años. Es un lugar todavía amable, es un litoral no estropeado por una invasión de turismo masivo. Una provincia cercana y agradable, donde uno puede disfrutar de la naturaleza. No me gustan las cosas muy masificadas y Almería me sugiere esa sensación.

Como eurodiputado conocerá la demanda constante de la finalización del Corredor Mediterráneo.

Necesitamos una infraestructura que nos permita dar salida a nuestros productos fundamentales, creo que una conclusión que tenemos que sacar es que nuestro país se ha transformado fundamentalmente gracias a las excelentes infraestructuras de transportes que tenemos. Yo tuve la suerte de trabajar con Abel Matutes en su época de comisario de Transportes y creo que el Corredor Mediterráneo es una vía fundamental que nos permite superar las limitaciones que tiene nuestra condición de país periférico de la UE.

Con buenas infraestructuras también se desarrollará el turismo.

Es una actividad en la que España ha venido destacando y lo que tenemos que hacer es promover un turismo de calidad, sostenible, respetuoso con el medio ambiente y yo creo que Almería dentro de ese concepto y dentro de esa filosofía puede aportar muchas cosas.

Cuando hablamos de Almería indudablemente tenemos que hablar de agricultura.

Es un sector importante para nuestra sociedad y estamos en un momento de transformación. La agricultura ha ido evolucionando en el mundo y en la actualidad nosotros somos punteros, concretamente en Andalucía tenemos unos cultivos maravillosos como consecuencia de unas técnicas interesantes que nos permiten tener unos productos de gran calidad y ser una potencia exportadora. Tenemos que defender a nuestros agricultores y adaptar este sector a los signos de los tiempos.

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