Almería

Paseo de Almería (III)

  • Arquitectura. Proyectado por López Rull y construido en 1911 por Emilio Viciana, el edificio La Peña es de los más monumentales de Almería, con tres fachadas bellamente ornamentadas

Paseo de Almería (III)

Paseo de Almería (III)

De Puerta de Purchena a Rueda López (c/. La Vega/Puerta del Sol) y de aquí (paraje de Las Palmeras) a Plaza Circular, bulevar abajo, el Paseo de Almería tomó el relevo comercial, lúdico y arquitectónico al eje calle Real de la Cárcel/Las Tiendas como estos a su vez sucedieron al Real de la Almedina/La Reina. Con el nombre de Príncipe Alfonso XII desde 1857, fecha de nacimiento del primogénito varón de Isabel II, hasta el moderno ensanche a levante iniciado dos años atrás se trasladó buena parte de la burguesía dominante. Con la construcción de mansiones y casas plurifamiliares exhibían ante sus conciudadanos el estatus social y poderío económico alcanzado. Para ello contaron en primera instancia con los arquitectos Fabio Gago y Marín Baldó, a quienes Trinidad Cuartara y López Rull tomaron el testigo en el último tercio del siglo XIX, reedificando incluso sobre los primitivos asentamientos. Una avenida frondosa que llevó al comentario jocoso de Alfonso XIII, en su segunda visita, al contemplar las residencias que la jalonaban: "Aquí, en Almería, deben vivir muchos reyes: no hay nada más que ver sus palacetes... ". El desastre de ladrillo y fealdad llegaría cuando el Ayuntamiento aprobó en marzo de 1950 un nefasto Plan de Ordenación Urbana y la subsiguiente revisión en otro pleno de junio de 1962. Modificación de ordenanzas que en aras del modernismo (decían) y el interés de unos pocos (esto se lo callaban) autorizaba desmesuradas alturas en las nuevas edificaciones... ¡Adiós para siempre el equilibrio armonioso del Paseo en manos de la especulación feroz!

No es de extrañar por tanto que este y calles adyacentes sirvan de catálogo expositivo de lo más florido de la obra de aquellos. En una muestra de tales proyectos nos detendremos; comenzando con los más representativos de Enrique López Rull (1846-1928). Responsable de Diputación y Obispado, son numerosas las iglesias, casas parroquiales y rectorías construidas o rehabilitadas en la provincia. En la capital, además del trío que reseñaremos, caben destacar las iglesias de san Roque y Sagrada Familia; conventos de la Compañía de María y Adoratrices; teatros Apolo y Calderón (antiguo templo de san Pedro el Viejo), primitivo Banco de España, edificio El Río de la Plata (Puerta Purchena/Regocijos), atrio de la puerta catedralicia de Los Perdones o, junto a Trinidad Cuartara, el barrio de La Caridad y Misericordia, Plaza de Toros y fachadas de Santo Domingo y Palacio Episcopal.

EDIFICIO LA PEÑA (PLAZA CIRCULAR)

Proyectado en enero de 1907 sobre el suelo liberado en el tramo inferior de las encauzadas ramblas Belén/Obispo después de las trágicas riadas en septiembre de 1891. Las hermanas María del Mar y Dolores Careaga del Valle y Francisco Giménez Rodrigo eran propietarios del primitivo solar, adquirido por Esteban Viciana, consignatario de buques, quien debió ingresar en las arcas municipales 1.300 pesetas en concepto de licencia de obra y canon por huecos, ventanas y puerta al exterior; en una superficie construida de 579 m/2 y cinco pisos de altura. La comisión de Ornato no encontró inconveniente en su ejecución ya que dichas fachadas "darán un hermoso aspecto al extremo sur del Paseo del Príncipe dadas sus proporciones y riqueza de detalles". Con la condición de "que las aceras que el Sr. Viciana debe construir por su cuenta delante de cada una de las fachadas que solicita levantar, sean de cemento Portland con sardinel de piedra dura y de las mismas dimensiones de las que hay construidas en las demás casas del boulevard del Paseo del Príncipe, plaza de Emilio Pérez (Circular) y malecón de la Rambla". La manzana en cuestión -con vista a la estatua de La Caridad- se inscribió en el Registro de la Propiedad en 1911, con un valor catastral de 156.800 pesetas. Tras el fallecimiento de Esteban Viciana y esposa pasó en marzo de 1917 a su hijo y heredero Adolfo. El siguiente cambio de titularidad se firma ante notario en junio de 1940: Enrique Romero Valverde, en representación de la razón social "Romero Hermanos", adquiere el monumental inmueble previo pago de 350.000 Ptas. El nombre coloquial de La Peña se debe a la sociedad "recreativa" de ociosos y adinerados varones almerienses y forasteros con el culto a los "naipes" como principal entretenimiento.

CARACTERÍSTICAS

En el Catálogo de Edificios y Espacios Protegidos del Pgou en revisión figura en el Nivel 2 de protección. Con la siguiente organización arquitectónica: zócalo alzado (planta baja y entresuelo), cuerpo noble (tres pisos) y coronamiento (cornisa y balaustrada). Entre los elementos a conservar se hallan lógicamente las tres fachadas, acceso y escalera: "ornamentos de cantería, cerrajería o carpintería de fachada, así como la barandilla y demás elementos del cuerpo de escalera". El Plan lo define como "edificio que acusa la influencia del Modernismo sin perder nunca la base Historicista y al mismo tiempo aproximándose al Monumentalismo típico de las primeras décadas del s.XX". De la observación directa lo primero que nos sorprende es la ausencia de cúpulas (a semejanza de la que corona la Casa de Las Mariposas) tal y como las diseñó en principio López Rull. En cualquier caso se trata de uno de los edificios más bellos y menos publicitados de Almería, admirable en su conjunto, así como en las soluciones ornamentales que le confieren singularidad: puertas y ventanas protegidas por artística cerrajería; recia cantería; suntuosos miradores cerrados; series de finas columnas rematadas por tallados capiteles; corridas balaustradas en piedra roqueña; adosados medallones con elementos florales; bajorrelieves con cabezas femeninas, dragones, animales mitológicos... El caminante no puede menos que quedar extasiado ante tanta armónica simetría arquitectónica. No obstante, lo realmente espectacular, a mi juicio, es la soberbia puerta principal del Paseo: dos figuras de mujer y hombre a tamaño natural sostienen tres galerías acristaladas y enmarcadas por pares de columnas del orden clásico. Por sí sola ya vale una calmosa visita.

En lo más duro de la posguerra española y a renglón seguido de que la sociedad adquiriese el inmueble plurifamiliar, tomaron una decisión muy comentada entre el vecindario: la instalación de un ascensor para el servicio de las cuatro plantas superiores (los bajos se destinaban a uso comercial). Comodidad desconocida en Almería ya que se trataba del primer "artilugio" (que yo sepa) de uso general por parte de los inquilinos; fabricado por la firma Boeticher y Navarro y adquirido a Esteban Jiménez. Este pensó instalarlo en su domicilio de la calle Real, esquina al Parque, donde se hallaba desarmado. Trasladadas las piezas y motor al Paseo, fue montado en el espacioso hueco del "tiro de escalera" de La Peña, protegido por una jaula metálica artísticamente cincelada. El primero en funcionar fue un montacargas para comodidad de la clientela de Almacenes el Águila, también en el Paseo.

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