Almería

Sunseed, una ecoaldea que se autoabastece en el siglo XXI

  • Fundada por un grupo ecologista británico en Molinos de Río Aguas, la asociación practica técnicas cien por cien sostenibles como la permacultura y la policultura

El campo almeriense tiene mil caras. A la más conocida, la de las plantaciones bajo plástico que tanto proliferan en el Poniente y el Levante almeriense, se añade otra modalidad, la agricultura de subsistencia, practicada por vecinos del interior de la provincia que abogan por cultivar sus propias hortalizas y frutas para alimentarse de forma económica y saludable.

Uno de estos casos llama la atención, tanto por el número de integrantes que desarrolla la actividad como por su relación íntima con el entorno rural y la naturaleza. Se trata de la asociación Sunseed Tecnología del Desierto, en Molinos de Río Aguas (Sorbas).

Nacida hace 24 años de la mano de un grupo ecologista británico, The Sunseed Trust, la iniciativa forma parte de un proyecto común de investigación de energías a bajo coste y reforestación de zonas semidesérticas para países con pocos recursos.

Rizando el rizo, el proyecto contempla, además, la convivencia en una ecoaldea donde el autoabastecimiento es el único recurso disponible y el valor principal consiste en el respeto por el medio ambiente. Se trata, en definitiva, de un "proyecto holístico de vida sostenible", explica la responsable del departamento de educación, publicidad, y recaudación de fondos, Patricia Cañas Ríos.

Actualmente la comunidad está integrada por siete personas de la organización, y a ellos se suman unos 300 voluntarios procedentes de distintas partes del mundo durante todo el año.

Organizados en grupos temáticos, colaboran en tareas diarias para producir todo aquello que necesitan para sobrevivir. La premisa es generar todo lo necesario reduciendo al mínimo las compras. Además, sólo se adquieren productos ecológicos y de corte local.

Las seis áreas de trabajo son: agricultura ecológica, bioconstrucción, técnicas apropiadas, reforestación y gestión del agua, vida sostenible y transformación de alimentos.

Organizar las tareas de cada integrante de la comunidad es fundamental para que todo funcione. "Cada día, después del almuerzo, exponemos qué queremos aprender al día siguiente, y asi enfocamos el trabajo".

El área de agricultura ecológica desarrolla la denominada permacultura, es decir, el diseño sistemas agrícolas que imitan las relaciones encontradas en los patrones de la naturaleza. "Es una forma de entender y trabajar el medio ambiente", explica Patricia Cañas.

Las siete huertas de la asociación se cultivan mediante técnicas respetuosas con el medio ambiente, utilizando únicamente semillas autóctonas, compost y fertilizantes 100% naturales y acolchados y lechos de cartón, paja y plantas. Además, los productos son siempre de temporada, ya que los integrantes de Sunseed consideran que "la naturaleza va ofreciendo los alimentos que necesita el cuerpo para nutrirse en las diferentes épocas del año", y hacen rotación de cultivos de seis años para que la tierra no sufra con monocultivos y se vaya regenerando de forma natural.

Otro de los aspectos más destacables en el ámbito agrícola es el desarrollo de la policultura. Los encargados de esta área de trabajo "combinan diferentes tipos de plantas para que se beneficien unas de otras" y flores, para propiciar una mayor acción polinizadora. Esta técnica, cuyo término anglosajón es companion planting, se conoce desde hace muchos años en Inglaterra y es muy habitual en países como México. Un ejemplo de policultura es la combinación llamada 'tres hermanas': maíz, judía y calabaza. "La judía crece enroscada al maíz, que le sirve de entutorado natural, y la calabaza evita la aparición de otras hierbas en el suelo".

La guinda final consiste en no recoger todo el cultivo para recolectar las semillas naturales y poder reutilizarlas de cara a la siguiente plantación. "Luchamos contra la pérdida de especies y variedades, son más resistentes al clima que las semillas comerciales", puntualiza Cañas. Llegado el invierno, los cultivos más sensibles se trasladan a un invernadero fabricado por el equipo de bioconstrucción con cañas, puertas recicladas de un vertedero y madera de pita. "Lo único comprado es el plástico".

Sumando los productos hortofrutícolas de producción propia y los silvestres que se recogen en el campo, el autoabastecimiento alimentario de la comunidad alcanza "hasta el 50%".

También son de producción artesanal la mayoría de los utensilios que utilizan los aldeanos en su vida cotidiana: un horno y una cocina solar, un horno 'moruno' hecho de adobe (cañas, paja y arcilla de la zona)... incluso la lavadora funciona a pedales, conectada a la cadena de una bicicleta.

De frigorífico ni se habla porque aunque "es agradable tomar una bebida fresca en verano, no es realmente necesario".

Y es que los recursos hídricos se consumen de la manera más natural: "Bebemos agua de lluvia".

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