Narcolanchas

El narcotráfico y su reflejo en Cabo de Gata como destino seguro

Narcolanchas en la costa almeriense.

Narcolanchas en la costa almeriense.

Las narcolanchas se están exponiendo a los ojos de todos en la provincia de Almería. Junto a la costa y sin temor alguno. Se refugian del temporal mientras sus tripulantes trabajan como ‘petaqueros’.

Almería vive en gran parte del turismo, y que estas narcolanchas hagan su aparición en el Parque Natural Cabo de Gata-Níjar, en zonas como Los Genoveses o Los Escullos, trae consigo una serie de desafíos que, por ahora, para los que, de momento, existen una serie de interrogantes

Más allá de las preocupaciones sobre la seguridad y el narcotráfico, esta situación plantea serias amenazas para la reputación y la imagen del parque como un paraíso natural para los visitantes. La presencia de estas embarcaciones, asociadas con actividades criminales como el tráfico de drogas, proyecta una sombra oscura sobre el entorno idílico del parque. En principio, es difícil que los turistas puedan verse disuadidos por este comportamiento, hasta el momento puntual, del narcotráfico. Pero lo cierto es que las imágenes están ahí. 

Preservar la integridad de esta es fundamental, evitando cualquier tipo de compromiso. No obstante, es preocupante que lugares tan emblemáticos de la costa almeriense se asocien con actividades ilegales de este tipo. La aureola del Parque Natural como un destino seguro y acogedor se ha construido con esfuerzo a lo largo de los años y es un activo invaluable para la región en términos de atracción turística y desarrollo económico.

La percepción de inseguridad y riesgo asociada con la presencia de narcolanchas debe ser contrarrestada por la clase política provincial y nacional en lugar de hacer ver la costa almeriense como un destino inseguro. No es razonable alejar a los visitantes potenciales, pues eso impactaría con la economía local en el corto plazo. Aun así, el desafío persiste y parece que se extenderá en el tiempo.

Níjar, como centro neurálgico del parque, quiere que la situación sea erradicada lo antes posible y pide soluciones inmediatas. Su alcalde, José Francisco Garrido, reclama al Gobierno de España que “actúe de una vez” ante la presencia de ‘narcolanchas’ en el litoral nijareño. “Estamos asistiendo a una situación inédita de inseguridad y de impunidad, ya que vemos a los narcos pasearse por nuestras playas sin que las fuerzas de seguridad puedan hacer absolutamente nada, porque ni cuentan con personal ni con medios suficientes”.

Los representantes del Sindicato Unificado de Policía de Almería, junto con la Federación Andaluza de la Asociación Unificada de Guardias Civiles y la Delegación Provincial de AUGC en Almería, expresan su creciente frustración ante la impunidad con la que las narcolanchas operan en la zona. Señalan la falta de agentes y un modelo policial obsoleto como factores que agravan la situación.

Estas embarcaciones poseen una supremacía náutica considerable, alcanzando velocidades de hasta 60 nudos gracias a motores fueraborda de hasta 300 caballos de vapor. Incluso el Servicio Marítimo de la Guardia Civil se ve limitado por las condiciones climáticas adversas, lo que dificulta su intervención.

A pesar de que las narcolanchas son vigiladas una vez detectadas, su modus operandi sigue siendo relativamente predecible. Los traficantes aguardan en alta mar para realizar entregas a lo largo de la costa, preferiblemente en zonas menos vigiladas como el Poniente almeriense. Para mantenerse alejados de la costa, recurren a los “repartidores de alta mar”, conocidos como petaqueros, quienes les suministran combustible y provisiones desde otro bote.

En este contexto, se observa un patrón claro de refugio en la costa de Almería, especialmente en ciertas calas del Parque Natural de Cabo de Gata, cuando las condiciones climáticas se tornan desfavorables, particularmente debido al viento. Esta situación plantea un desafío significativo para las autoridades locales y nacionales, ya que la presencia de narcolanchas no solo compromete la seguridad, sino que también afecta la imagen y la reputación del destino turístico.

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