En plena vorágine de las fiestas patronales en honor a los santos Mártires Apolo, Isacio y Crotato, de la Virgen del Buen Suceso y San Seguro, el Diario de Almería ha entrevistado al alcalde de Abla, José Manuel Ortiz, quien destaca el caracter tradicional de estos festejos que el pueblo que dirige desde hace siete años vive con ilusión y fervor año tras año.

-Alcalde dígame cómo se están desarrollando las fiestas de abril.

-Durante el fin de semana ha habido una gran participación y muchas visitas. En los días de diario en los que se celebra los actos más religiosos y tradicionales la asistencia de público también es notable. Además, contamos entre nosotros con gente de Tarrasa, hijos del pueblo. Hay muy buen ambiente y la climatología nos está acompañando.

-¿Qué actos destacaría de los que ya se han celebrado?

-Destacaría el séptimo concurso de vinos y mostos al que acudió mucha gente y que año tras año se va consolidando, ya que este año han concurrido a concurso alrededor de 40 vinos de la zona y la comarca.

-¿Cuál es el momento cubre de estos festejos?

-La Traída de los patronos es quizá el momento cumbre de las fiestas. La salida de los tronos es un momento que toda la gente quiere presenciar. También destacaría por ser muy emotivo el cambio de insignias de los hermanos mayores.

-¿Qué tienen de diferentes las fiestas de Abla?

-Sobre todo el tema de la tradición y el respecto y la idea de mantener las fiestas en su día aunque caigan en semana. Son unos festejos tradicionales que se celebran de esta forma desde hace muchos años. No puedo olvidar, el carácter abierto de la gente de Abla.

-¿Cómo se financian estas fiestas?

-El Ayuntamiento es el responsable de la financiación. Todo pasa por el Consistorio, aunque contamos con la ayuda de la Diputación Provincial para los actos culturales. Asimismo, en algunas actividades contamos con la colaboración de empresas. Es el caso de Carrefour de Vícar que este año ha cedido los jamones que se degustaron durante el Concurso de Vinos y Mostos.

-Siempre se intenta innovar en el programa, ¿se ha incluido este año alguna novedad?

-Se puede incluir alguna actividad cultural, pero lo que ocurre con estas fiestas es que intentamos respetar todas las tradiciones que se reviven durante los días 19, 20 y 21: la traída de los patronos, el cambio de insignias, la subasta del agua, la niña de fuego... En el programa más que incluir novedades, que alguna hay, se intenta respetar las tradiciones que han llegado hasta nuestros días y que deseamos que se mantengan durante muchos años más.

-Todas las actividades cuentan con la colaboración de asociaciones del pueblo, ¿es Abla un pueblo participativo?

-Sí, Abla es un municipio muy participativo. Existen muchas asociaciones como la Asociación Arca, la peña del Real Madrid, el club de senderismo Los Puntones, la Asociación de la Buena Mesa. Todas colaboran siempre y es obligado decir que si no fuera por ellas no se podrían realizar estas fiestas.

-Cómo se consigue esa aportación ciudadana?

-La comisión de festejos que siempre ha asistido intenta que todas las asociaciones participen y, por ello, un par de meses antes de las fiestas (también ocurre con las de agosto) se mantienen reuniones con las asociaciones para organizar las diferentes actividades.

-En otro orden de asuntos, ¿qué valoración genérica y personal hace de la gestión municipal a poco más de un año del fin del mandato?

-Somos un grupo que llevamos siete años trabajando por este pueblo. Desde que empezamos no planteamos la necesidad de ver la realidad del municipio y afrontar sus necesidades. Estos años nos hemos volcado en sacar adelante la residencia de mayores ya inaugurada y en mejorar las obsoletas redes de abastecimiento y saneamiento de las calles. A partir de ahora nos centraremos en la ampliación con la zona industrial a la entrada del pueblo, la construcción de 13 VPO, que esperamos empiecen este año y no olvidamos el tema de innovación para que las redes sociales de nuestros municipio sean conocido a nivel provincial. Todo buscando siempre el bienestar del ciudadano, porque queremos conseguir el mismo bienestar que hay en la ciudad aunque estemos en una zona rural.