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Tanto como un ascenso

  • Transcendental partido en Palma para dejar casi lograda la salvación o, por lo menos, no complicarse más

Hace una década, la ciudad de Almería estaba de resaca. Se había festejado hasta altas horas de la madrugada un histórico ascenso a Primera División, logrado gracias al buen asentamiento que había logrado el club en la categoría de plata y a un entrenador, Unai Emery, que supo manejar a la perfección a una plantilla con jugadores de perfil alto. Diez años y un día después, la propia Unión Deportiva Almería tiene un encuentro en Palma de Mallorca tan importante o más que aquel frente a la Ponferradina.

Subir a Primera División es el sueño de todos; descender a Segunda División B es la gran pesadilla para los que realmente aman los colores rojiblancos y no se apuntan sólo a los buenos momentos. Aunque éstos seguirían estando en la categoría de bronce o en Regional, lo cierto es que el club como tal y el gran proyecto de Alfonso García, que los jóvenes vayan con la elástica almeriense y no con la de Madrid o Barcelona, sí que recibiría un rejón mortal de necesidad.

Por eso, empezando por esta tarde en la isla, no se puede fallar. El calendario y la buena trayectoria de los de Ramis parece favorable; sin embargo, la confianza es el peor enemigo. Todos los puntos que se dejen de sumar son oxígeno para los rivales que andan medio ahogados. Y el Mallorca es el mejor ejemplo. El encuentro de esta tarde puede servir bien para darle vida a los locales o bien para hundirles, no hay término medio. Una victoria rojiblanca, o hasta un empate, simplificaría mucho las cosas, puesto que se acerca el objetivo de los 52 puntos, posiblemente los que hagan falta este año, puesto que los equipos de abajo están sumando con sorprendente facilidad.

Aunque los bermellones llegan al encuentro acuciados por la necesidad y Barjuan no podrá contar con el lesionado Joan Oriol y tiene la duda de Brandon Thomas, su mejor jugador, el verdadero peligro radica en que los locales se juegan el todo por el todo. El club ha regalado dos entradas a cada socio con el objetivo de que acuda a Son Moix el mayor número posible de aficionados, con lo que ello conlleva en estas últimas jornadas ligueras.

El Almería tiene que saltar al césped balear sabedor de que la concentración y la puntería deben de ser sus dos grandes armas. La salida del Mallorca será en tromba, a meter miedo y volcar a su público. Ahí es donde los de Ramis han de mantener la mente fría y bajarle los humos con buenos contragolpes y algún que otro susto de cara a la portería rojilla. Lograr el gol inicial sería una bomba para los de Sergi.

Pero todo es hablar por hablar, los partidos tienen muchos condicionantes. Lo único que puede pedir Ramis a sus jugadores, en principio con Quique en la punta y Joaquín en el centro del campo, es actitud y carácter. No es un ascenso ni un descenso, pero hay que jugar como si lo fuera.

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