Galicia navega hacia las elecciones del 18F con mar de fondo, aun en la resaca por el vertido de pellets de un barco en aguas portuguesas, el Toconao, que acabó llegando a la costa de la comunidad autónoma; la solicitud reiterada del sector y el Gobierno autonómico de reducir el IVA de los productos pesqueros o la baja salinidad del agua de las rías que ha afectado al marisqueo. 

La crisis de los granulados ha perdido efecto tras haber protagonizado la precampaña electoral con constantes cruces de acusaciones entre los Ejecutivos central y gallego, de diferente color. 

Aunque fue el 8 de diciembre de 2023 cuando el Toconao, carguero de bandera liberiana, perdió seis contenedores frente a las costas de Portugal, uno de los cuales transportaba 1.050 sacos de granzas (26.250 kilos), y días después se avistaron por primera vez en la costa gallega, la polémica tardó semanas en estallar. 

Portugal sostiene que el mismo día del incidente pasó aviso a España; cinco días después, un particular llamó en Galicia al teléfono de Emergencias para comunicar que había encontrado en una playa de Ribeira (A Coruña) un saco de granzas en la costa y el 20 de diciembre el Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible de España indicó que contactó con el Gobierno gallego, que, por su parte, mantuvo que esa jornada les entró únicamente un WhatsApp, sucinto, y que el email detallado no llegó hasta el 3 de enero. 

La Fiscalía de Medio Ambiente advirtió de los indicios de toxicidad de los pellets, que no son biodegradables ni pueden eliminarse; la Xunta, a través de la vicepresidenta segunda, Ángeles Vázquez, aseguró que del análisis realizado se desprendía que los gránulos no eran tóxicos, y la Comisión Europea alertó de que esas partículas "se acumulan en animales, incluidos los peces y los moluscos, y, por consiguiente, también son consumidos por los seres humanos en los alimentos". 

A ese respecto, surgió uno de los comentarios más criticados, el del conselleiro do Mar, Alfonso Villares: "Entran por donde entran y salen por donde salen", dijo al ser cuestionado sobre un consumo accidental de estos granulados a través del pescado. 

Galicia activó el nivel 2 de emergencia, pero después de que lo hiciera Asturias, para poder recibir la ayuda que ofreció el Gobierno español, al que le pidió que actuara en el mar, detectando y recopilando sacos. 

En la costa, la Xunta activó un dispositivo de unas 200 personas para recoger las granzas, misión a la que se sumó una marea de voluntarios que, de paso, limpiaron los arenales de muchos otros plásticos. La contaminación del mar no es, ni mucho menos, exclusiva de pellets. 

Los partidos de la oposición en Galicia le recordaron al PP la tragedia del 'Prestige', el petrolero que provocó una marea negra en la costa gallega a principios de siglo. En las redes sociales de los partidos de la oposición circularon imágenes de pellets y peces que no correspondían al vertido del 'Toconao'. 

El 21 de enero, a menos de un mes para las elecciones gallegas, decenas de miles de personas se echaron a las calles de Santiago de Compostela en una manifestación convocada por organizaciones ecologistas y de defensa del mar y de los recursos pesqueros y marisqueros. 

Poco a poco, el asunto de los pellets fue pasando a segundo plano en un mar al que le afectan otros problemas, incluso las precipitaciones. 

Las acumuladas en los últimos meses de 2023 en Galicia, especialmente entre mediados de octubre y el ecuador de noviembre, redujeron la salinidad del agua de las rías y eso afectó al marisqueo, principalmente a los bivalvos. La Xunta ha apostado por la ciencia para buscar soluciones y ha pedido al Gobierno que declare zona catastrófica los estuarios afectados por una altísima mortandad en el marisco. 

El sector mar-industria ha alertado además de la bajada en el consumo del pescado y piden una mayor promoción, sobre todo entre los jóvenes, de los beneficios de incluir esos productos en la dieta. 

También denuncian la falta de igualdad de condiciones entre los operadores europeos y los de terceros países de los que se importa, alertan del confuso etiquetado de productos veganos que simulan los de origen animal y, al igual que la Xunta, llevan tiempo solicitando un IVA superreducido para que la demanda se acerque a la oferta.