Noche de arte en la plaza Vieja de Almería. Después de siete años regresaba el Festival Flamenco a este enclave, esa cita anual por donde han pasado los más grandes. Estrella Morente era la figura principal de la primera noche de este Festival que organiza la concejalía de Fiestas Mayores del Ayuntamiento de Almería. Llenazo en la Plaza Vieja con 2.200 sillas cubiertas, con mucho público aficionado al cante y otros muchos llamados por la cierta curiosidad de ver a Estrella Morente en Almería, al año justo de la actuación de su padre en este Festival.

Fue una noche con un cierto halo de tristeza, puesto que Estrella Morente que es una cantaora que ha creado su propio estilo, a veces inconfundible, fusionando las influencias de su Granada con las últimas tendencias del flamenco, se mostraba algo triste. Enrique Morente ha dejado mucha huella en la cantaora, ya que estaban muy unidos.

Pero este Festival quiso ser el lugar de encuentro de Estrella con los buenos aficionados y con los grandes amigos de su padre, entre los que se encontraba Francisco Viciana Robles, que se lanzó hacia el escenario y muy emocionado entregó a Estrella una bolsa donde le dio dos crónicas periodísticas plastificadas de las actuaciones de Enrique en Almería y una fotografía donde aparecían Rancapino, Morente y el propio Viciana.

El público supo agradecer en todo momento el esfuerzo realizado por Estrella Morente, que se veía muy rota de dolor, y es que una muerte así es difícil de superar, ya que por cada plaza que pasea siempre se agolpan los recuerdos. Por ello, el concierto del pasado lunes fue un claro homenaje que esta gran artista quiso brindar a su padre. Por ello, el inicio del recital fue algo apoteósico, con una plaza en silencio. Hizo una rueda de martinetes que acostumbraba a hacer Enrique Morente.

Arropada en el escenario por José Carbonell Montoyita y por Monty a la guitarra; por Kiki Morente, Antonio Carbonell y Ángel Gabarre en los coros y palmas; y Popo al cajón, Estrella Morente hizo posteriormente el Réquiem inspirado en el poema Tras de un amoroso lance, de San Juan de la Cruz, grabado con el compositor Michael Nyman. Luego continuó cantando por peteneras con mucho sentimiento.

Luego hizo una seguiriya donde hablaba de las penas. Fue una de las piezas que más emoción llevó al público. Mientras la cantaora descansaba, Montoyita interpretaba una rondeña marca de la casa de los Montoya. Todo el grupo volvía a salir al escenario y Estrella Morente, mostraba su poderío sobre las tablas, haciendo unos cantes por tangos, echándose unos bailes con esa elegancia sobria que la caracteriza. Luego se atrevió con la pieza Donde pones el alma del disco Sacromonte de Enrique Morente.

"Buenas noches. Es un placer estar esta noche tan bonita aquí con vosotros. Es una fuerte emoción estar aquí. Sabéis el amor que mi padre tenía por esta tierra. En ella tiene muchos amigos, a los que siempre quiso mucho. Se sentía querido aquí", dijo en un momento de su emocionante actuación, que terminó con el público puesto en pie. Hizo un tema muy conocido como es Estrella, la composición que le hizo su padre con una dedicatoria especial. "Se la quiero dedicar en especial a Pedro Segura y su familia".

La cantaora granadina brindó también su particular homenaje a Lola Flores, por ritmos de sevillanas, haciendo un recorrido por canciones tan conocidas como La Zarzamora, Ay pena, penita, La niña de fuego y A tu vera e incluso hizo un pasaje de No dudaría de Antonio Flores.

El final fue apoteósico con La noche de mi amor, una canción estremecedora de Chavela Vargas y un pregón uvero que hizo a capella, poniendo al público en pie. En las primeras filas se encontraba el alcalde de Almería, Luis Rogelio Rodríguez Comendador; la concejala de Fiestas Mayores, Lola de Haro y el concejal de Cultura, Ramón Fernández- Pacheco. No faltaron la cantaora granadina Marina Heredia acompañada de El Parrón y Pedro Chicote y la almeriense Toñi Fernández.