Finanzas

Cajamar recuerda que en el agro "estamos empezando"

  • Organiza un foro sobre los retos de futuro: habrá que incrementar la producción un 70% en 30 años

Roberto García Torrente, en el acto inaugural en Madrid.

Roberto García Torrente, en el acto inaugural en Madrid. / diario de almería

Cajamar reunió ayer en Madrid a una docena de expertos en el Foro "Prospectiva de la agricultura española 2050" para reflexionar sobre los retos del sector agroalimentario español en el medio plazo y las actuaciones necesarias para así redibujar la agricultura española del futuro y seguir siendo competitiva en un mercado cada vez más globalizado.

Los expertos coincidieron en identificar entre los grandes retos para el sector en los próximos 30 años, el incremento de la producción de alimentos en un 70% para una población mundial que crecerá en un 50%; la sostenibilidad, mejorando la eficiencia del uso de recursos escasos como son la tierra, el agua y los nutrientes; la necesidad de adaptar nuestros sistemas productivos al cambio climático y mitigar sus consecuencias, y de satisfacer la nuevas demandas de los consumidores con productos más naturales y saludables, y los nuevos canales.

Estos retos afectarán a la manera de trabajar y gestionar de las empresas para poder seguir siendo competitivas en un entorno cada vez más globalizado. Entre las actuaciones apuntadas por los expertos se encuentran la automatización de los procesos y la robótica, que serán indispensables para las tareas agrícolas y de la industria; la mejora de la eficiencia energética y la plena integración de las energías renovables, que van a suponer una reducción de los gastos de explotación a la vez que contribuirá a la consolidación de un modelo productivo más sostenible; la búsqueda de soluciones en la utilización de un recurso limitado como el agua a través de la innovación tecnológica y la optimización de su gobernanza y gestión; la reducción del desperdicio alimentario, no solo desde un punto de vista moral, sino también como una oportunidad de mejora de la rentabilidad, ya que no solo supondrá un ahorro de costes si no también una generación de ingresos adicionales; y por último, que el sector agroalimentario español sea capaz de evolucionar y desarrollarse y no quedarse en un mero proveedor de alimentos, ya que la innovación y el uso de nuevas tecnologías permitirán desarrollar una industria auxiliar basada en el conocimiento.

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