El pleno del Parlamento Europeo reunido ayer en Estrasburgo aprobó la revisión de la Política Agraria Común por 503 votos a favor, lo que supone el apoyo de más del 83% de la Eurocámara (87 en contra y 13 abstenciones). Está previsto que el nuevo reglamento entre en vigor el 1 de enero de 2018. La reforma de la PAC establece, entre otras reglas, reforzar la capacidad de negociación de los productores, ya que permite a todas las organizaciones agrarias reconocidas planear la producción y negociar contratos de suministro en nombre de sus miembros sin incumplir las normas de la UE sobre competencia. La eurodiputada del PP Esther Herranz señala que "el nuevo reglamento extiende a todos los sectores agrícolas la posibilidad de realizar negociaciones colectivas con los otros operadores de la cadena alimentaria, posibilidad que hasta ahora estaba reservada a los sectores de la leche, el aceite de oliva, el vacuno y los cereales".

Otro de los aspectos que destaca este reglamento es que los agricultores contarán con mejores herramientas para protegerse contra la volatilidad del mercado y otros riesgos, como malas condiciones meteorológicas, plagas o enfermedades animales. Los estados miembros dispondrán de más flexibilidad para definir a los "agricultores activos", es decir potenciales receptores de subvenciones comunitarias, y recoge la posibilidad de incrementar sustancialmente el apoyo a los jóvenes agricultores. Una medida, que según la eurodiputada "es necesaria para mejorar el relevo generacional, principal problema que aqueja al sector agrícola europeo".

Esther Herranz, destaca que "las modificaciones que se introducen en los distintos reglamentos que componen la PAC sirven para mejorar el día a día de los agricultores ya que corrigen algunos defectos de la reforma de la PAC de 2013".