Cultura

'Los Aguinalderos', la obra con la que un Perceval joven triunfa en 1934

  • La obra que ha permanecido inédita más de 80 años se puede visitar hasta el 14 de enero en el Museo de Arte Doña Pakyta

El concejal de Cultura, Carlos Sánchez, junto a Juan Manuel Martín Robles y la obra 'Los Aguinalderos' de Perceval.

El concejal de Cultura, Carlos Sánchez, junto a Juan Manuel Martín Robles y la obra 'Los Aguinalderos' de Perceval. / javier alonso

Tras casi dos décadas sin que se organizasen en Almería exposiciones de importancia, a finales de agosto de 1934 los salones de la Escuela de Artes y Oficios acogía una Exposición de Bellas Artes y Artes Industriales, organizada por el Consistorio almeriense con motivo de las fiestas patronales.

Una amplia y heterogénea muestra a la que Jesús de Perceval (Almería, 1915 -1985) concurriría, como pintor y escultor, compartiendo espacio con artistas como Moncada Calvache, Adelchi Garzolini, Gómez Abad, Miguel Rueda, Esteban Viciana, Juan Cuadrado, José Bretones Pimentel, Nicolás Prados López o Juan Moreno Ortiz.

Para la ocasión seleccionó Perceval un total de doce cuadros y cuatro esculturas de reciente ejecución. Un conjunto de obras que, por su calidad y modernidad, le valieron al jovencísimo artista, que por aquellos entonces contaba tan sólo diecinueve años, la más alta distinción del jurado, la Medalla de Honor.

Entre las pinturas presentadas entonces por Perceval, junto a títulos como Sátiro y niño, La burla, Ansiedad o Cabeza de bufón, se encontraba el gran formato de estética zuloaguesca Los aguinalderos (óleo sobre lienzo, 180x 235 centímetros). Una escena de género en la que el artista almeriense, futuro ideólogo y mantenedor del Movimiento Indaliano, representó, ante un bellísimo nocturno de Almería, una escena típica de las celebraciones navideñas coetáneas: el momento en el que una cuadrilla de jóvenes, con aires alegres y despreocupados, caminaban con sus instrumentos musicales -guitarras y zambombas- bajo el brazo por las calles almerienses, camino del siguiente lugar -al que parece indicar uno de los muchachos que centran la composición- en el que amenizar la Nochebuena con sus villancicos, a cambio del tradicional aguinaldo.

Ya antes de su exposición en el certamen veraniego, Los aguinalderos fueron loados por José Naveros Burgos en las columnas del Diario de Almería (15/07/1934), tras una visita de éste al taller de Perceval. Un espacio en el que el crítico tuvo oportunidad de ver aquel "soberbio» cuadro, aún en ejecución, del que destacó las cuatro figuras masculinas -«verdadero modelo de expresión y concepción artística"- que el artista situase en las cercanías del cerro y la muralla de san Cristóbal.

Junto a los cuadros presentados por Moncada Calvache y Gómez Abad, y las esculturas de Bretones Pimentel, Los aguinalderos fue una de las obras que más atención acaparó durante los días que permaneció abierta la exposición, lo que le llevaría a ser nuevamente objeto de análisis y crítica en las páginas de los diarios almerienses.

Haciéndose eco de los valores plásticos del cuadro los cronistas de La Independencia (Agosto de 1934), donde se señalaba que el cuadro "está plenamente logrado dentro de las tonalidades oscuras, con la Alcazaba al fondo", y se destacaron las figuras de los cuatro jóvenes, "bien asentados" y "de gran realismo"; La Crónica Meridional (29/08/2934), cuyo crítico, a pesar de reseñar que "la composición está bien lograda", encontró en la obra falta de 'verosimilitud'; y el Diario de Almería (8/09/1934), donde nuevamente Naveros Burgos se ocupó de Los aguinalderos, reafirmándose en sus primeros juicios: "no me desmerece en nada la opinión de entonces. Las figuras están soberbiamente trazadas y el fondo gris es natural. Pues la escena ha de desarrollarse a la caída de la tarde, víspera de la Natividad de Jesucristo".

Tras más de ochenta años inédita, con motivo de la programación navideña propuesta por el Museo de Arte Doña Pakyta, gracias a la suma de sinergias del Área de Cultura del Ayuntamiento de Almería y la Fundación de Arte Ibáñez Cosentino, y la generosidad de Trina Perceval de la Cámara, hija de Jesús de Perceval, durante esta Navidad todos los almerienses y visitantes han podido volver a disfrutar de esta obra, durante años conservada en la que fue la casa-taller del genio indaliano en la calle que hoy lleva su nombre.

Una obra que no sólo habla de la maestría del jovencísimo Jesús de Perceval, sino también de las incipientes inquietudes históricas y patrimoniales que el artista mostraba ya ante la realidad de su ciudad natal. Preocupaciones que en este caso le llevarían a trasladar al lienzo la tradición de los aguinalderos, o aguilanderos si atendemos a la lengua popular, dejando testimonio visual de una tradición que poco después, tras la Guerra Civil, desaparecería en la capital, aunque no así en otras zonas de la provincia. La obra se puede visitar hasta el dia 14 de enero en el Museo Doña Pakyta.

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