Pocos entierros hay más coloridos que el de la sardina, el cortejo fúnebre que puso ayer, de manera oficial, el punto y final al Carnaval. Así, cientos de personas acompañaron la comitiva que partió desde la Puerta de Purchena y recorrió el Paseo de Almería, la Plaza Emilio Pérez, Avenida Reina Regente hasta concluir en el Parque de las Almadrabillas. Allí se habilitó el espacio para la última despedida del Carnaval organizado por el Área de Cultura, Educación y Tradiciones del Ayuntamiento de Almería en colaboración con la Federación Municipal de Carnaval de Almería capital (FEMACA) y que se dejó sentir con más fuerza en las calles.

La concejala responsable del Área, Ana Martínez Labella, subrayó "el nuevo crecimiento de la participación. El Carnaval es una actividad que se hace entre todos y entre todos estamos consiguiendo que vuelva a tener un realce muy destacado".

La lectura del testamento fue pronunciada por el Dios Momo, este año encarnado por primera vez en una mujer, Concepción Pérez Martín, que estuvo escoltada por la Diosa y Ninfa del Carnaval de esta edición, María del Mar Ferre 'Marengo' y Carlos Rodríguez, 'Candy Pop', así como por un representante de prácticamente la totalidad de agrupaciones carnavalescas que han participado en el concurso.

Concepción Pérez en su pregón hizo una petición expresa al alcalde de la ciudad y le recordó algunos de sus compromisos con "la sanidad, con la educación y con la igualdad, y no te olvides de nuestros mayores porque sus pensiones nunca deben de faltar. Que cuando nos lo proponemos peleamos con uñas y dientes y le refresco la memoria con una huelga muy nombrá aquella de pescadores que luchaban por "su pan".

También tuvo palabras para los carnavaleros subrayando que "espero que se cumplan todos vuestros deseos y nos devuelvan nuestra dignidad, que las serpentinas nos unan y que se acabe esta guerra ya, guerra entre copleros, guerra de carnaval, y así mi voz lo manda a este fuego, fuego de carnaval".

Tras el pregón, y ante la vista de muchas personas se prendió fuego a la Sardina que ardió en las Almadrabillas.