La Escuela de Música, Danza y Teatro de Roquetas de Mar acoge hasta finales de diciembre una curiosa exposición de Ángel Sanz. Este hombre vinculado al mundo del fútbol en los años 70 cuando llego a la Agrupación Deportiva Almería procedente de Barcelona, ha echado raíces en tierras roqueteras. Ahora dedica parte de su tiempo a pintar indalos. Pero no son unos indalos cualesquiera, sino realiza una obra, donde el indalo está siempre presente y donde la figura femenina también tiene su significación.

Sanz recuerda su llegada a Almería cuando se inauguró el estadio Franco Navarro, hoy conocido como Juan Rojas, futbolista tristemente desaparecido que fue compañero de Sanz. "En esa época jugaba Espejo, Gregorio, Mantecón, Artero, Alfonsín y Rojas. Yo llegué procedente de Barcelona y estuve en un ascenso que hubo de tercera a segunda B y me case con una almeriense que fue Miss Almería, Paquita Luque, que falleció de cáncer".

"La muerte de mi mujer hizo que me obsesionara con el Indalo y desde entonces toda mi obra se basa en el Indalo. Aunque he intentado hacer otras cosas, no me salen, siempre acabo haciendo el Indalo". Tras su etapa deportiva, luego tuvo un restaurante y luego una inmobiliaria en unos tiempos donde se vendían pisos.

Desde que era un niño en Barcelona se dedicaba a la pintura y recorría las galerías de arte. "Soy más bien autodidacta, aunque estuve un año en la Escuela de Artes". "En mi obra siempre están los indalos y en la mayoría aparece de forma clara la figura de una mujer. Rompo con el indalo clásico y siempre destacó la figura femenina, porque es como un homenaje a mi mujer".

La muestra no deja de ser muy curiosa, puesto que Sanz da rienda suelta a sus indalos y consigue realizar una obra donde aparte del colorido, ese icono tan almeriense siempre está presente. Este futbolista, que luego fue hostelero, ha encontrado en la pintura una forma de ver el mundo de otra manera. El Indalo se ha convertido en su compañero de fatigas.