Cultura

El arte de construir una realidad paralela

Leer un premio Planeta, supone asomarse a una pregunta recurrente en el mundo de los lectores: ¿novela literaria o novela comercial?. Desde mi criterio es algo innecesario, hay novelas que se consideran grandes obras maestras de la literatura que aburren a la mayoría de los lectores y novelas de gran éxito comercial que se asoman por méritos propios al olimpo de la literatura (el mismísimo Quijote). Y el premio Planeta puede sembrar esa duda. Es cierto que nos ha dejado obras de gran valor (No digas que fue un sueño de Terence Moix, Yo el rey de Vallejo Nájera, En busca del unicornio de Eslava Galán…) pero siempre queda una sombra de recelo en torno a la balanza calidad-rentabilidad.

El pasado año, para seguir manteniendo vivo el debate, el ganador fue Javier Sierra, con El fuego invisible, un autor de la editorial, de éxito seguro (como la ganadora de 2016, Dolores Redondo) y cuyas ventas estaban previamente aseguradas. La mejor manera de despejar esas dudas es, como siempre, leer para después opinar.

Javier Sierra vuelve a dar una vuelta de tuerca más en su universo literario de símbolos, alegorías, el más allá, el grial… que va engarzando magistralmente en La dama de azul, La cena secreta,El ángel perdido o El maestro del Prado. Este tipo de novela no constituye mi temática favorita, prefiero argumentos donde lo racional, dentro de la fantasía de toda obra de ficción, supere a las supuestas energías telúricas y entes irracionales. Pero he de reconocer que en sus obras ensambla de manera admirable las piezas con las que quiere construir su argumento hasta conformar un guión perfectamente sólido y por el que se transita sin estridencias, haciéndote partícipe de su propio juego.

En la novela, un filólogo llega a Madrid y se ve enredado en la búsqueda del verdadero Grial. Si es un lector concienzudo, Google en mano, podrá comprobar, una a una, la verosimilitud de cada hilo de la tela de araña que se va tejiendo para atrapar al lector.

Así, con asombro continuo, se entrelazan iglesias románicas de crismones octogonales, leones centinelas, cálices refulgentes, sopranos wagnerianos, médiums, tumba de Benlliure, Valle Inclán, la montaña artificial del Retiro, la fuente de Montjuic, entes materiales… y todo ello en un escenario donde el recorrido histórico del Santo Cáliz de Valencia y su leyenda del Grial se convierten en el eje conductor (para conocer más a fondo la historia del famoso vaso en tierras aragonesas son muy enriquecedoras las novelas históricas de la trilogía "El Sol del reino Godo" de María Gudín).

Las novelas de Sierra no suelen dejar indiferente al lector, tanto al entregado a su planteamiento como al escéptico; pero, en cualquier caso, merece la pena asomarse a sus páginas y descubrir, asombrado, los posibles significados encerrados en tantas obras de arte atesoradas en nuestra España.

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