Alamar continúa cosechando éxitos en su edición del décimo aniversario. Tras el 2005, las culturas del Mediterráneo se abrieron al mundo, y así -por ejemplo- este año se ha podido disfrutar de músicas y culturas tan distintas como las que han llegado al festival procedentes de Jordania, India, Mongolia o Marruecos. La representación española la han protagonizado, esta semana, Cristina Pato, la gaitera gallega representativa de la música celta, y Raimundo Amador, un lujazo como músico, intérprete y creador. La Plaza de la Catedral se encogió el á´bado ante casi 5000 personas que disfrutaron una barbaridad de Amador y su banda de lujo.
Se hizo acompañar de algunos de los mejores músicos del país, y eso terminó evidenciandose y contando con el reconocimiento y la entrega de un público que aguantó más de hora y media de exquisito concierto.
Una propuesta más del Área de Cultura del Ayuntamiento de Almería que ha convertido a la Plaza de la Catedral en un referente, viviendo -anoche- el primer concierto de este tipo (masivo) de la historia de este lugar. Noche veraniega, terrazas a tope, gente de todas las edades, brazos en alto, voces al viento entonando las letras de las viejas canciones de Amador o Pata Negra.
Todo ello describe una emocionante noche, sobre todo, también, para Raimundo, cuyo padre era almeriense y tiene aquí, por tanto, una interminable lista de familiares que acudieron a arroparle y a darle ánimos.
La emoción era evidente, arriba y abajo del escenario, para Raimundo Amador, que también tuvo un hueco, en la percusión, para su hijo.
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