A punto de cumplir 50 años en el mundo de la música y con un Disco de Uranio bajo el brazo, Raphael hace un recorrido por sus grandes éxitos en la gira Cerca de ti, que presenta este sábado a las 22:00 horas en el Auditorio Maestro Padilla de la capital. Es una gira muy intimista, donde el cantante de Linares se presenta ante su público, acompañado de un piano e interpretando un ramillete de unas 30 canciones que forman parte de la historia de la música.

- Esta es una gira donde usted actúa junto a un pianista.

- Es una gira en la que llevamos trabajando 27 meses y la estamos terminando ya. Y efectivamente, hago un recorrido por mis mejores canciones acompañado solamente de un pianista. Para mi es un gustazo subirme a un escenario prácticamente solo, porque me siento relajado y muy bien.

- ¿El repertorio de esta gira no habrá sido fácil elegirlo?

- No ha sido fácil, y es más yo voy variándolo un poquito para que no sea siempre lo mismo. Mi repertorio es tremendamente extenso, pero están todas las canciones que tienen que estar y alguna que se cuela también.

- ¿Dónde esta el secreto del éxito de Raphael?

- Creo que el esfuerzo y el trabajo son claves en este éxito, pero yo diría que ahora tengo una gran ilusión por hacer cosas. Un artista que no tiene ilusión es un artista acabado. Mi ilusión está intacta y yo tengo mucha ilusión porque cuando subo a un escenario estoy creando cosas.

- El año que viene empieza usted a celebrar sus 50 años en la música. Casi nada.

- Lo voy a celebrar en 2009 y 2010. Estoy preparando algo único. En principio estoy grabando un disco que va a ser histórico y también quiero preparar un musical donde estén todos los que hemos hecho la historia de la música.

- Creo que tiene ganas de escribir otro libro.

- Bueno, la idea está ahí, pero por ahora no. Hasta que no termine toda la celebración de mi 50 aniversario que son dos años, pues no voy a retomar el tema del libro. En cuatro o cinco años lo escribiré.

- Después de casi 50 años en los escenarios. ¿Qué le queda por hacer?

- Todo. Me queda por hacer todo y mejor hecho. Soy un inconformista total y creo que las cosas se pueden hacer mucho mejor y en eso estoy.

- ¿Qué balance hace cuando mira hacia atrás?

- No soy una persona a la que le guste mirar hacia atrás, no soy una persona nostálgica. Si hay que mirar se mira. No soy persona que esté viviendo del pasado ni hable mucho del pasado, vivo el presente y trato de llegar al futuro lo mejor posible.

- ¿Qué siente cuando en sus conciertos ve a gente joven?

- Me entusiasma haber pasado esas barreras y tener a la gente joven de vuelta conmigo. Los teatros suelen llenarse mucho de gente joven.

- Estar tantos años en candelero no es nada fácil, Raphael.

-Es importante estar de esta manera tan vigente y sobre todo tan fuerte, sin escatimar ni un esfuerzo. Yo juego con ventaja, porque tuve la inmensa suerte de ser trasplantado hace cinco años, pues soy un chico tremendamente joven.

- Ese hecho le ha marcado en su vida personal y profesional.

- Es el acontecimiento más grande de mi vida.

- En el fondo se puede considerar que ha sido un artista con suerte.

- Toda mi carrera ha sido fantástica. Me considero un hombre con muchísima suerte. Es muy importante estar en el sitio y el momento adecuado. También es muy importante enganchar al público de una manera especial. La gente no te ha de admirar sino que te ha de querer y respetar. No me digas cómo se hace porque no lo se, pero yo lo he conseguido. He sido muy afortunado por tener todo esto.

- ¿Cómo anda el negocio de la música?

- La música siempre va a existir y está eligiendo ahora otro camino. Saldrá por otro camino, aunque no sabemos cual es. La música siempre va a estar ahí.

- Su hijo Manuel está metido en el mundo de la música. ¿Le ha dado algún consejo?

- A mi hijo no le hacen falta consejos, porque ya dijo una vez que lo yo podía enseñarle lo estaba viendo desde que tenía dos años. El me está viendo toda la vida y sabe como es esto de la música.

- Vuelve a Almería donde siempre le han querido mucho.

- Siempre me he sentido muy bien en Almería, amparado y protegido por el público. Es un lugar excepcional donde siempre me gusta venir.