A la hora de comer, todos habían abandonado sus quehaceres diarios. Los niños ya no estudiarían más y los padres podrían olvidarse del jefe. El ruido de los preparativos se tornó irremediablemente en el sonido de la alegría y la música. Las calles Real y Juan de Austria se convirtieron en un ir y venir, como ya es tradición cuando llega mayo, de huercalenses dispuestos a disfrutar. No hubo días para la reflexión, todos lo tuvieron bastante claro. A la una y media de la tarde se dio la buena nueva: con la primera jornada de la Feria del Mediodía quedaban inauguradas las Fiestas en honor a San José, patrón de la localidad del Bajo Andarax.

Fue el rato de la comida y bebida un anticipo de lo que debería llegar por la tarde-noche, un misterio por ahora que se desvelará en futuras crónicas. Dispuestos caminaban todos a sentir y vivir tres días grandes de emoción y diversión a partes iguales en Huércal de Almería, que cerrará el calendario lúdico mañana domingo con la procesión por las calles del municipio.

Hubo quien pudo llegar al torneo de petanca, que puso deporte a la hora de la siesta. Cero pereza entre quienes poblaban las pistas del Paseo del Generalife, junto al instituto que se ha estrenado con el nuevo curso. Continuará hoy la pasión por esta modalidad con una nueva sesión desde las diez de la mañana. Para quien no se le hiciera la noche demasiado larga y lea esta crónica al alba, sepa que será en el mismo lugar de ayer.

Unas fiestas que son para todos, también para los más pequeños de la casa, que cambiaron en la mañana de ayer las aulas por la Plaza de la Constitución para asistir a ‘El árbol de la lectura’, un teatro musical infantil que deleitó a quienes no pudieron parar de aplaudir tras haberse culminado la propuesta lírica. Tiempos para el ocio y para la cultura, momentos para demostrar amistad y bailar con su artista favorito. Si es Antonio José, tiene una cita esta noche cuando se acerque la hora en la que Cenicienta deba volver a su hogar. Usted podrá quedarse.