Roquetas de Mar

La tradición de las moragas llena las playas de alegría y convivencia

  • Miles de personas disfrutan de una fiesta genuina del pueblo de Roquetas, que reúne a familias y grupos de amigos en las playas cada 29 de diciembre, al calor de las lumbres, la amistad y las buenas viandas

Hay días de pleno verano en los que no se acumula tanta gente como ayer en la Playa de La Romanilla.

Hay días de pleno verano en los que no se acumula tanta gente como ayer en la Playa de La Romanilla. / fotos: ANYO / r. gonzález

Un San Juan en invierno para despedir el año viejo y darle la bienvenida al nuevo. Roquetas de Mar puede presumir de mantener, preservar, mimar y disfrutar de una fiesta tradicional única y genuina, y si se quiere ser incluso más purista, referente casi en exclusiva a Roquetas pueblo. Las moragas volvieron a llenar ayer las playas del municipio, especialmente las de La Romanilla o Las Salinas, aunque el 'personal' es libre de encender sus lumbres y preparar sus barbacoas en cualquiera de los arenales roqueteros. Familias, grupos de amigos, visitantes de otros puntos atraídos por aquello que les cuentan sus amigos de Roquetas... la fiesta fue disfrutada por todos aquellos que quisieron pasar un día diferente, de playa y convivencia, buenas viandas y bebida fresquita en pleno 29 de diciembre. Y, lo mejor de todo, con un tiempo espectacular.

Había algo de temor en los días previos por la situación climatológica. El año pasado el fuerte viento deslució algo la presencia de vecinos y visitantes en las playas, y en los días anteriores de esta semana el fuerte temporal de viento había hecho pensar que quizá ayer viernes no haría bueno. Por fortuna, el aire amainó y el cielo se mostró perfecto, con temperaturas primaverales (24 grados en las horas centrales y un panorama, pues, perfecto para disfrutar de la jornada.

Un paseo por las playas el 29 de diciembre es sinónimo de olor a moraga, con multitud de productos que llevarse a la boca, aunque las grandes estrellas fueron las barbacoas de carne y pescado, las migas y la bebida fresquita.

Desde el área de playas del consistorio se había apelado al civismo de los participantes con el objetivo de mantener limpios los arenales, y seguros, tanto durante la fiesta como en sus horas posteriores. Las recomendaciones de seguridad se centraron en el peligro que pueden suponer las púas de los palés y maderas que se queman para encender los fuegos, así como los recipientes de cristal u otros restos cortantes. Por suerte imperó el sentido común durante la jornada, que se desarrolló con total tranquilidad y muy buen ambiente. Para ello se contó con diez miembros de Protección Civil y 24 agentes de Policía Local a lo largo de toda la jornada, con vigilancia permanente en las zonas de mayor afluencia de familias y grupos.

Se encargaron de la limpieza de los arenales treinta operarios, que contaron con tres camiones, dos palas, tres máquinas limpiaplayas, diez peones de limpieza manual, cuatro cisternas, un camión compactador y una baldeadora, así como personal de supervisión y apoyo. Los equipos de limpieza destinados a la fiesta comenzaron a trabajar en cuanto los arenales fueron quedándose despejados de visitantes, y a las pocas horas de su finalización las playas lucían su aspecto habitual.

Las horas centrales de la jornada fueron las de mayor concurrencia de personas, sobre todo entre las 13:00 horas y las 17:00, con un gran ambiente en amplais zonas de las playas. Especialmente los más jóvenes apuraron su presencia junto al mar hasta bien entrada la tarde noche, sin que faltaran las risas, los juegos y la música. Incluso hubo alguno que probó la temperatura del agua, desafiando a un invierno que, como siempre en Roquetas y por extensión en toda Almería, es menos invierno que en la mayoría de tierras de España.

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