Miércoles Santo, día Morao por excelencia en el municipio de Huércal-Overa. En la calle, en una noche primaveral, cientos de vecinos se agolpaban en la plaza de la iglesia de la Anunciación y en otros rincones por los que pasaría el cortejo procesional. Dentro del templo, con nervios ante la inminente salida, los cofrades del Paso Morado. Solo ellos, ya que este año por expreso deseo de la Hermandad de Jesús Nazareno y Virgen de la Esperanza se ha decidido cerrar las puertas para una mejor organización. Una vez todo ultimado, se abría la puerta principal de la iglesia y hacía su salida la Cruz de Guía de la Hermandad, a la que seguía el Grupo de los Cinco Misterios y el Libro de Reglas. Tras ellos, los nazarenos que portaban los guiones y entonces el cortejo de Nuestro Padre Jesús, que ha sido acompañado un año más por una larga fila de nazarenos. Después el cortejo del Paso de Nuestra Señora de la Amargura, cuyo trono ha sido portado con maestría por ese grupo de mujeres horquilleras, que cada año se convierten en sus pies. Seguía el cortejo del Santísimo Cristo de la Misericordia, que cerraba, como ya es tradición, la banda de tambores y cornetas del Grupo de Regulares Melilla Nº 52. Con estos tres titulares ya en la calle era el turno de que todos los que se encontraban en la plaza de la iglesia presenciarán la salida de María Santísima bajo palio. Preparada desde hace días, la Esperanza lucío majestuosa. Una imagen que este año ha su mando a su ajuar un nuevo pollero para el manto, que ha permitido a sus vestidores lograr una nueva forma y caída. Es más, destaca la cola más vistosa gracias al nuevo diseño.

Con los cuatro titulares en la calle daba comienzo una noche mágica para todos los que se sienten moraos de corazón. Un amplio grupo de cofrades que ha logrado que la calles se tiñeran de morado y que el público disfrutara de esta majestuosa procesión, en la que se respiró Esperanza, que en Huércal-Overa es morá.

La procesión del Miércoles Santo, día marcado en morado en el calendario de Semana Santa huercalense, tiene varios momentos destacables por su carácter emotivo. Uno de ellos es el encuentro que se produce entre los pasos de Nuestro Padre Jesús Nazareno y la Esperanza, que despierta sensaciones únicas entre los presentes.