Jueves Santo

El Señor de las Penas brilla más que nunca

  • La imagen de Luis Álvarez Duarte procesionó sobre su nuevo paso dorado, obra de Juan Pérez Calvo Bellísima la Virgen del Rosario vestida por Abril.

Procesión del Rosario del Mar  en la Iglesia de Santo Domingo

Procesión del Rosario del Mar en la Iglesia de Santo Domingo / Javier Alonso

La jornada comenzó temprano para los hermanos de Rosario del Mar en el Santuario de la Patrona. Allí, a las doce del mediodía, tuvo lugar el acto de entronización de la reliquia de Santo Domingo de Guzmán en el nuevo paso procesional de Nuestro Padre Jesús de las Penas  en el Abandono de sus discípulos. En concreto, fue el Prior de los Dominicos, Fray Antonio Bueno Espinar, el encargado de entronizar la misma en un acto solemne y de recogimiento. Apenas cinco horas después volvieron a abrirse las puertas del Santuario de la Patrona para ver salir a esta corporación del Jueves Santo por tercera vez en su corta pero intensa historia cofrade. La Cruz de Guía abrió un cortejo procesional formado por alrededor de 70 nazarenos revestidos con túnica negra y capa de color marfil con gíngulo blanco en ambos tramos. Los dos faroles de acompañamiento de esta insignia, por cierto, fueron de estreno. Tras esta procesionó la bandera de tramo escoltada por dos ciriales con tulipa y el libro de reglas escoltado por cinco hermanos portando vara. La Autoridad Portuaria precedió al maravilloso paso del Cristo de las Penas , una de las novedades de esta Semana Santa obra de Juan Pérez Calvo comprado por la corporación durante la pasada Cuaresma. El Señor de las Penas  salió de Santuario de la Patrona a los sones de la Marcha Real, interpretada por la Banda de Cornetas y Tambores Santa Cruz de Almería . A la voz de Ismael Ruiz, auxiliado por José Manuel Martínez, Héctor Martínez y José Carmona, se puso el futuro paso de misterio en la calle con la interpretación de las marchas Piedad y Ave María. Con paso firme y zancada poderosa prosiguió el Señor de las Penas  en el Abandono de sus Discípulos en busca de la Carrera Oficial bajo los acordes de las marchas Triana y Angustias. Una imagen de Luis Álvarez Duarte que, por cierto, fue también de estreno al salir con su túnica morada y no con la de color blanco roto como tiene acostumbrado. Además, la imagen tallada en 1993 lució por primera vez en una salida procesional unas potencias bañadas en oro. El paso por la Carrera Oficial de la cofradía fue desangelado, como años atrás, debido al horario del mismo. El Señor de las Penas  reviró hacia el Paseo de Almería  con su marcha, Relictus, para proseguir con un repertorio clásico en el que sonó Cristo del Amor, Cachorro, Desprecio de Herodes y Cristo del Cerro. Justo en ese momento salió desde el templo de Santo Domingo de Guzmán el segundo de los pasos, el palio de María Santísima del Rosario del Mar en sus Misterios Dolorosos que fue vestida de forma sublime por Álvaro Abril. La también talla de Luis Álvarez Duarte se puso en la calle con varios estrenos como los guardabrisas laterales y una ornamentación floral basada en clavel colombiano de rosa palo, flor de cera blanca, esparraguera plumosa y pitosporum. A los sones de la da de Música de Nuestra Señora de los Dolores  de Granada, que se estrenó ayer en Almería  y tras ese paso de palio que está llamado a ser sustituido en un futuro por el proyectado de Álvaro Abril y aprobado en el último Cabildo de Hermanos de la cofradía, la imponente talla mariana se puso en la calle a los sones del Himno. La imagen de Rosario del Mar enfiló la calle General Tamayo para pasar también por la Carrera Oficial y abandonar esta pasados unos minutos de las seis y media. El cortejo procesional lo completó delante del paso de palio la Cruz Parroquial, escoltada por dos ciriales con tulipa y la bandera de tramo también escoltada por dos ciriales con tulipas. Otra representación de la Autoridad Portuaria desfiló delante de la Virgen del Rosario del Mar. El Guión de la Archicofradía del Rosario, con sede canónica en el Santuario de la Patrona, también desfiló delante del palio. Casi diez mantillas y la presidencia de la hermandad precedieron a este paso cargado por 35 costaleros bajo las órdenes del Hermano Mayor y Capataz General Rafael Morcillo. Auxiliado por Francisco Javier López y Leandro Ruiz, el paso de palio pasó por la Carrera Oficial de la ciudad para adentrarse en el Casco Histórico de la misma. La corporación prosiguió por San Pedro hasta Real y Jovellanos. Esperado fue el paso de la cofradía por la calle Juez y Arráez,  por donde tuvo que pasar la hermandad tras ser modificado su itinerario por un andamio en esta primera nombrada. La corporación siguió por La Reina hasta la Almedina y terminar en la Iglesia de San Juan, sede que acoge a las imágenes de la hermandad durante el resto del año. Tras subir la cuesta y llegar a la calle Almanzor, se detuvieron ambas imágenes ya que a la altura de la Alcazaba le interpretaron dos saetas respectivamente. De igual modo también fue especial la entrada de la hermandad en la Plaza de la Catedral,a donde llegó pasados unos minutos de las nueve y cinco de la noche. Después de pasar por la Plaza de la Catedral, la cofradía siguió por Cubo hasta la Plaza Bendicho. Desde allí, la Hermandad del Rosario del Mar discurrió por Murillo hasta Masnou para llegar hasta una calle Real repleta de personas, como el resto de las calles en esta jornada festiva de Jueves Santo. La cofradía encaró los últimos metros de su itinerario por Gravina hasta hacer su entrada en el Santuario de Santo Domingo de Guzmán a las diez de la noche y poner así fin, con la mejor de las notas, a su tercera salida procesional en la tardenoche del Jueves Santo y desde el la casa de la Madre de todos los almerienses. Madre de Dios del Rosario y Relictus, antes de la Marcha Real, fueron las últimas piezas que sonaron tras el Señor de las Penas.

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