Quique Sánchez Flores no ha hecho sino reinventarse constantemente desde que arribase el pasado 18 de diciembre, sin tiempo apenas para preparar su debut triunfal en Granada, con el objetivo de enderezar el rumbo perdido del Sevilla hasta lograr su salvación. Ahora había solventado con éxito la baja del lesionado Isaac con Lamela, con el infortunio de que el argentino se lesionó la rodilla derecha y dice adiós a la temporada y al Sevilla, pues cumple contrato. Y Badé está sancionado para Villarreal. Toca buscar otras soluciones.

Desde el primer día tuvo que ir salvando escollos Quique hasta dar con un equipo base que tuviera continuidad. Sólo hay que mirar las bajas con las que afrontó su debut en Los Cármenes con 12 bajas de la primera plantilla y mucha cantera. En su primera lista eran bajas Nyland, Jesús Navas, Badé, Nianzou, Acuña, Fernando, Sow, Joan Jordán, Rakitic -por acumulación de amarillas-, Lukébakio, Lamela y Mariano. 

En aquel primer once de Granada ya sacó el esquema de 5-3-2 que ha sido la base de su plan de rescate. Pero era una alineación condicionada y formada por Dmitrovic, Juanlu, Gudelj, Sergio Ramos, Kike Salas, Pedrosa, Soumaré, Óliver Torres, Suso, Ocampos y En-Nesyri. Tuvo que citar a ocho canteranos al margen de Juanlu y Kike Salas y en el banquillo tenía a Alberto Flores, Matías Árbol; Darío, Gattoni, Marcao, Hormigo; Manu Bueno, Lulo; Januzaj, Capi; Rafa Mir e Ibra.

Primero improvisó usando a Ocampos de delantero junto a En-Nesyri en espera de que subiera al primer equipo Isaac. Cuando ascendió el canterano el marroquí estaba en la Copa de África y Ocampos sólo pudo abandonar su posición circunstancial de delantero en Vallecas. Ahí ya rompió hacia arriba el Sevilla, con Isaac y En-Nesyri como doble punta de lanza.

Pero el goteo de lesiones no cesó. Se fueron cayendo Sow, Pedrosa, Gudelj una vez que reapareció, Óliver Torres... Hasta la lesión de Isaac en el derbi, al que acudió el Sevilla sin apenas centrocampistas por las lesiones de Gudelj y Óliver. Ahora, la solución de Lamela también se va al traste. Quique tendrá que reinventarse de nuevo y en Villarreal, además, no podrá contar con Badé por sanción. Nianzou o Marcao apuntan a ser el central diestro junto a Sergio Ramos y Kike Salas, quien al menos dejó en susto sus molestias frente al Granada.