Paco nació en la tierra más bonita en la que puede una persona nacer, es decir, Huelva, la ciudad más antigua de Occidente, hecho demostrado científicamente con el descubrimiento de la muralla del cabezo de San Pedro. El nacimiento de Paco ocurrió en el verano de 1947 y fue el primer descendiente del gran banderillero onubense Pepe Pirfo que, según cuentan las crónicas, es quien más paseíllos ha realizado en la Plaza de Toros de Barcelona, perteneciendo a las cuadrillas de Diego Puerta, Antonio Borrero Chamaco y Rafael de Paula, entre otros.

Después de Paco vinieron cuatro hermanos más y una hermana. Él se formó primero en el Colegio del Padre Laraña, donde asimiló los valores que el buen y recordado sacerdote jesuita imprimió a todos sus alumnos. Después pasó al Instituto La Rábida, antes de ir a estudiar la carrera de Ingeniero Técnico de Minas en el Instituto Politécnico de La Rábida, donde la figura de don Vicente Rodríguez Casado estaba muy presente y lo sigue estando en nuestros mejores recuerdos, pues Huelva le debe mucho, ya que fue el gran impulsor para que en nuestra ciudad se puedan estudiar hoy tantas carreras.

Una vez que terminó sus estudios empezó a trabajar en diferentes empresas relacionadas con el hormigón, teniendo varios cargos de responsabilidad como director técnico, director comercial o director de calidad. En Asland, por ejemplo, llegó a ser el delegado y director gerente. Pero Paco tenía sangre torera que le corría por sus venas, ya que pertenece a una dinastía de amplia tradición por los alberos y siempre quiso ser torero. De hecho, debutó cuando solo contaba con 16 años, formando parte de la cuadrilla de su padre en una corrida benéfica en la Plaza de Toros de la Merced, donde su padre le dio una especie de alternativa para que torease un rato y fue muy aplaudido por lo bien que lo hizo. Luego toreó en muchas más ocasiones junto a otros novilleros locales como Santi Ortiz, amigo y compañero del Colegio Francés, Paco Torres, Muriel, el Zurdo y otros muchos.

Posteriormente fue director de la Escuela de Tauromaquia de La Merced y en la actualidad, desde hace 25 años, es asesor taurino de nuestra plaza de toros. En una ocasión fue Rey Mago en la famosa cabalgata que organizaba en Higuera de la Sierra el santo cura don Francisco Girón, ya que en su etapa de torero actuó, de forma altruista y junto a los más importantes diestros españoles, en la corrida que anualmente se celebraba en el bonito pueblo de la sierra onubense a beneficio de su cabalgata viviente.

Paco y su encantadora esposa Carmen tienen dos hijas maravillosas, Mamen y María, quien, por cierto, es una gran deportista muy conocida en el mundo de la natación porque, aunque está afectada por algunas dificultades, es una gran nadadora y ha participado en cientos de campeonatos y obtenidos muchísimos premios que, para no cansar al lector, voy a contarle a ustedes solo alguno. María Leandro Gutiérrez de Ceballos ha ganado 18 medallas de oro, 18 de plata y 20 de bronce en los campeonatos de España, de Europa y del Mundo.

No es para menos que sus padres estén muy orgullosos de ella por los muchos récords conseguidos en todas las piscinas por las que ha nadado. Pero no solo están orgullosos sus padres y su familia, sino todos los onubenses. Tanto es así que el ayuntamiento de la capital le puso a una piscina municipal el nombre de María Leandro.

A Paco lo veo mucho, al igual que a toda su familia, porque desde hace mucho tiempo elegimos en Punta Umbría el mismo lugar para bañarnos en la playa, la Punta de la Canaleta. Además, ahora, y desde hace unos años, pertenecemos al mismo Grupo de Buenos Amigos del Mache, en Trigueros, donde cada 45 o 50 días nos reunimos a comer y a oír una interesante ponencia sobre asuntos muy diversos. De hecho, ya tenemos anunciada para dentro de unos días otra reunión llena de amistad y camaradería y podré darle un gran abrazo a Paco Leandro, que lleva con mucho orgullo el sobrenombre de “Pirfo”, heredado de su padre, al que toda Huelva recuerda con mucho cariño.

Enhorabuena querido amigo por tantos éxitos conseguidos, muy merecidos todos, por ser tan buen marido, tan buen padre y tan buen amigo.