Festival de Teatro de El Ejido

Un desván lleno de cuentos de los hermanos Grimm

  • Pepa Muriel adaptó una serie de clásicos para conquistar al público infantil, que ovacionó a la actriz al acabar la obra

Un desván lleno de cuentos de los hermanos Grimm.

Un desván lleno de cuentos de los hermanos Grimm. / Javier Alonso.

Los cuentos son la base sobre la que se asienta la imaginación de los niños. Escenoteca representó El desván de los hermanos Grimm en el Teatro Municipal, con la gran interpretación de la actriz Pepa Muriel, que también fue la encargada de la dirección y adaptación del espectáculo.

En ese desván aparecían multitud de historias adaptadas a la creatividad de la actriz, pero con los cuentos de los hermanos Grimm como hilo conductor.

El decorado se remontaba al lugar donde la intérprete vivió su infancia. Multitud de objetos antiguos que simbolizaban diferentes cuentos: el espejo roto de Blancanieves, las botas de agua de Caperucita Roja, la máquina de hacer oro del Enano Saltarín, la cunita que recuerda todas las cosas...

Los pequeños interactuaron durante toda la representación con la actriz, que no dudó en hablarles de frente y relatar las historias que muchos de los niños conocían porque son cuentos de toda la vida, que seguramente sus padres, que muchos se encontraban allí, se los haya contado.

Uno de los momentos más divertidos fue cuando la actriz subió al escenario a siete pequeños para que encarnaran a los enanitos de Blancanieves. Imitaron los gestos de la intérprete y bailaron al son de la música que sonaba en el Teatro Municipal.

Otra de las situaciones más cómicas fue al encarnar el cuento de Caperucita. Una niña encarnó a la protagonista y Pepa Muriel a la abuela. La pequeña demostró su vis cómica y acompañó perfectamente en el número que estaba realizando la actriz.

Los niños se mostraban participativos y querían ser parte del espectáculo cada vez que Muriel requería ayudar para seguir relatando su historia.

Con un lenguaje sencillo, cercano y actual, las adaptaciones convencieron a los pequeños que estaban muy pendientes de todo lo que pasaba. Para finalizar, los niños demostraron que se lo pasaron en grande por la gran ovación que proporcionaron a la artista.

De esta forma, Pepa Muriel demostró con su representación que los cuentos clásicos, tratándolos con cariño y adaptándolos a los niños de hoy, todavía están vigentes a pesar de las nuevas tecnologías y la modernidad.

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