La realidad socioeconómica del medio rural se ha caracterizado en las últimas décadas por una disminución de la población activa dedicada al sector agrario, consecuencia del natural proceso de envejecimiento que no se está viendo compensado por un relevo generacional suficiente.

Este panorama indica que será necesario un número creciente de nuevos agricultores y agricultoras para reemplazar a los que abandonen la actividad en los próximos años. Uno de los principales problemas de la juventud agraria y también rural se relaciona, en gran medida, con la con la incorporación a la actividad agraria. Un nutrido grupo de productores almerienses se ha desplazado esta semana hasta las puertas de Ministerio del ramo para reivindicar el papel de los jóvenes en el campo, junto a otros procedentes del resto de España.

Según datos de la Comisión Europea, en 2010, el 55,3% de los agricultores del Estado Español son mayores de 55 años, mientras que los menores de 35 años sólo son el 5,3%, es decir, por cada 10 agricultores mayores de 55 años hay un agricultor joven menor de 35 años. Además si se analizan los datos del año 2012,1 relativos a las ayudas directas de la Política Agraria Común (PAC) percibidas por los agricultores y ganaderos, el 3,4% de los beneficiarios tienen menos de 35 años mientras el 40,57 % de los perceptores tienen 65 años o más. Además, el del desempleo juvenil se sitúa en el 57,4% de los menores de 25 años. Esta alta tasa de paro juvenil, junto con la ausencia de alternativas laborales en las zonas rurales y el potencial de crecimiento del sector agroalimentario español, ha provocado una situación sin precedentes en el sector agrario: en el periodo 2012-2013 las solicitudes de incorporación de jóvenes al sector agrario se han incrementado un 79%. Coag considera que los jóvenes son el futuro del mundo rural y de la alimentación de más de 500 millones de europeos, así como del cuidado y conservación de la mayor parte del territorio de España y Europa.