Almería

De gatos ferales con ‘DNI’ de Almería a animales respetados y bien acomodados

Gatos ferales de la colonia del Club de Mar.

Gatos ferales de la colonia del Club de Mar. / Marian León

Después de años de reivindicaciones y mucha espera por parte de las personas cuidadoras de los gatos ferales y protectoras de animales, la implantación del sistema CER (captura, esterilización y retorno), se adentra este año en su tercera fase con objetivos muy claros: mejorar las condiciones de las colonias registradas en el término municipal y, sobre todo, hacer llegar a la ciudadanía en general mensajes de sensibilización para que estos animales de la calle, que consiguieron ser legalizados bajo la tutela de la ciudad, sean respetados.

El concejal de Sostenibilidad Ambiental y Energética, Antonio Urdiales, tiene ya sobre su mesa el aprobado de la Junta de Gobierno Local al convenio de colaboración que en breve será firmado con Animali, la Federación Animalista que ha venido encargándose de la implantación del CER.

El acuerdo, por el que el Consistorio le concede una subvención nominativa de 9.000 euros, concreta cuatro bloques fundamentales de acción. El primero de ellos es el dedicado al suministros de material a las colonias, el segundo está enfocado al lanzamiento de campañas de sensibilización y concienciación ciudadana, mientras que el tercero dedica parte de la partida económica al acondicionamiento de colonias felinas y un último pellizco servirá para ayudar a sufragar los gastos clínicos derivados del CER.

“El Ayuntamiento tiene el compromiso de alcanzar el máximo nivel de protección y bienestar de los animales, y favorecer una responsabilidad más elevada y una conducta más cívica de la ciudadanía en la defensa y la preservación de los gatos, como animales domésticos”, se condiciona el Consistorio en este convenio en el que también recuerda que los “gatos que encontramos en la vía pública (gatos ferales o callejeros), son gatos que llevan una vida saludable en libertad, pero con un lugar fijo, generalmente una colonia, con el que existe una vinculación, un equilibro de grupo y sobre el que ejerce un efecto protector” a lo que se recuerda que sus características etológicas son “incompatibles con el confinamiento en perreras u otros lugares similares, provocándoles un nivel de estrés que les llega a enfermar o morir, una situación incompatible con el bienestar animal”.

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