Fuerzas y cuerpos de seguridad

Petaqueros: al margen de una ley que no considera delito su actividad

Seis narcolanchas buscan refugio del temporal registrado este sábado en la costa del parque natural de Cabo de Gata-Níjar.

Seis narcolanchas buscan refugio del temporal registrado este sábado en la costa del parque natural de Cabo de Gata-Níjar. / JAVIER ALONSO

Ya son dos fines de semana consecutivos en los que el Cabo de Gata ha servido de refugio ante la mala mar para embarcaciones hasta 15 metros de eslora que vuelan a 60 nudos con tres y cuatro motores fueraborda de 300 caballos de vapor. Las mismas que las mafias utilizan presuntamente para abastecer a las narcolanchas que trafican con estupefacientes procedentes de la costa norteafricana, un modelo adaptado últimamente a la inmigración y que supone un lucrativo negocio gracias a viajes en los que los grupos criminales embarcan hasta 50 personas que pagan incluso 15.000 euros por "pasaje.

En ambas ocasiones, han sido captadas por cámaras de todo tipo, incluidas las de Diario de Almería, ya que han permanecido a resguardo de los fenómenos costerios muy próximas a la costa durante largas horas, aunque no se produjo ninguna detención o actuación directa relacionadas con ellas. ¿Por qué? En el caso concreto de estas embarcaciones, la primera razón es porque el Instituto Armado insisten en que "no son narcolanchas" en sí, porque la principal hipótesis que baraja el cuerpo es que se trate de naves dedicadas al "petaqueo", esto es, a facilitar el repostaje de combustible a otros barcos dedicados al narcotráfico o la inmigración.

Una actividad que no constituye un delito, sino que sólo es objeto de infracciones administrativas. La falta de droga, elementos de peligrosidad inminente y el relativo carácter leve para la legislación del petaqueo, sumados a unos vientos indomables durante ambos fines de semana, hacían que al poner en la balanza el riesgo para los agentes y la repercusión de su actuación, fuese mucho más recomendable que las patrulleras del Servicio Marítimo de la Guardia Civil no abandonasen el puerto. Lo cual no significa que no se haya llevado a cabo una vigilancia e investigación por tierra y aire.

"En estas últimas semanas las alertas amarillas o naranja les han dado absolutamente igual (...) Entre patera y patera es muy fácil meter una narcolancha cargada hasta arriba de hachís. Y la tercera pata del problema es el petaqueo: el combustible. Aquí, en Adra, tenemos varias bandas dedicadas al petaqueo. El problema es que no es un delito en sí, sino una infracción administrativa, lo que nos pone más palos en la rueda", declaraba recientemente el secretario general de la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) en Almería, Víctor Vega.

"Estamos denunciando desde hace años la falta de medios", ha dicho este fin de semana Vega, a la vez que pregunta al delegado de Gobierno en Andalucía, Pedro Fernández, si exigirá al Ministerio del Interior que actúe o aún mantendrá que este fenómeno se produce por la presión policial ejercida en otros puntos, como el Estrecho de Gibraltar, sin adoptar algún tipo e solución.

Considera que el Ministerio del Interior debe mantener una reunión con Defensa para solicitar el apoyo "inminente" de la Armada, porque el problema no se va a calmar sólo, ya que las mafias de la migración y del narcotráfico tienen "cada vez más poder y su presencia es cada vez más habitual". "Poco podemos hacer más que esperar desde lejos a que se vayan, como la semana pasada (...) En ninguna costa europea pasa esto. Almería ya parece Nador", lamenta.

Vega subraya lo "lucrativa" que es la inmigración para los narcos, que consiguen entre 5.000 y 15.000 euros por "pasaje". "Ellos también pueden disponer de un vehículo que los recoge en el destino y que los lleve hacia cualquier zona de Francia o de Europa, dependiendo de lo que se pague, se da un servicio, se da otro", dice."El servicio es el mismo que el del narco, porque ese paterista lleva un "gepero" -persona con un GPS- al lado que le va indicando cuál es la ruta. Llevan un radar y cuatro motores de gran cilindrada en una semirrígida que alcanza 110 Km/h y que ninguna de las embarcaciones de la Guardia Civil está capacitada para interceptar", revela.

El pasado 4 de marzo, el delegado del Gobierno, Pedro Fernández insistió en que las primeras narcolanchas que se refugiaron del temporal en playas de Cabo de Gata lo hicieron como consecuencia de la presión policial y ha justificado que no se actuara contra ellas por motivos de seguridad.

Explicó o que se habían refugiado en la zona de la playa de Genoveses, en el entorno de Cabo de Gata, para esperar una mejora de las condiciones meteorológicas, unas condiciones que también impedían a los agentes afrontar tareas de identificación o detenciones. "Las condiciones no lo aconsejaban y podían poner en riesgo la vida de los agentes", resumió Fernández, que confirmó acto seguido que las narcolanchas ya no estaban en ese espacio.

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