Almería

El siglo intermitente de La Borriquita

Imagen de Jesús en su Entrada en Jerusalén, que se venera en la parroquia de San Sebastián

Imagen de Jesús en su Entrada en Jerusalén, que se venera en la parroquia de San Sebastián / D.A.

Hoy es Domingo de Ramos. Y esta mañana sale a la calle la procesión con más tirón infantil de todas las que existen en la capital: “La Borriquita”. Así se le conoce, pero su nombre oficial es la Ilustre Hermandad del Niño Jesús del Remedio y Cofradía de Nuestro Padre Jesús de La Victoria en su entrada triunfal en Jerusalén y Nuestra Señora de La Paz.

Tuvo su origen hace justo un siglo, si nos atenemos a los datos históricos que recoge en su web la Agrupación de Hermandades y Cofradías de Almería. En 1924, el hoy beato, nacido en Alhama, Rafael Román Donaire (1891-1936) comenzó los trámites y preparativos para su fundación en el Convento de la Purísima Concepción. Otras referencias históricas hablan de que la constitución llegó en 1928, aunque su primera salida procesional fue, desde el referido convento, a las cinco de la tarde del domingo 24 de marzo de 1929.

Ese día fue muy desapacible, con frío y viento. A pesar de ello, las crónicas periodísticas de la época recogieron que la procesión de la Entrada de Jesús en Jerusalén fue presenciada por numeroso público y el desfile fue muy ordenado y lucido. El cortejo lo abrían los chiquillos del hospicio, que marchaban uniformados y tocando diversos instrumentos. Detrás de la Cruz alzada, dos largas filas de seminaristas y niños con palmas, vestidos con túnicas y tocados de colores amarillo y morado y con referencias a la usanza hebrea. Tras ellos, la imagen de Jesús montado sobre una borriquilla, adquirida por la Hermandad, y obra artística en madera del escultor de La Almedina y profesor de la Escuela de Artes, Francisco Gálvez Ferrer (1883-26/02/1957). 

La talla iba sobre andas que fueron adornadas con palmas y flores naturales. El clero de la diócesis, el canónigo magistral, los ya beatos Francisco Roda Rodríguez (1873-1936), los presbíteros Ramiro Argüelles Hevía (1871-1936) y Paulino Gallardo de Coó y el obispo Bernardo Martínez y Noval (1862-1934), marchaban detrás del trono, todos ellos portando palmas. Un poco más atrás figuraba una representación de la Corporación, compuesta por tres concejales. La policía y la banda municipal de música cerraban el cortejo.

Imagen de Jesús en su Entrada en Jerusalén, que se venera en la parroquia de San Sebastián Imagen de Jesús en su Entrada en Jerusalén, que se venera en la parroquia de San Sebastián

Imagen de Jesús en su Entrada en Jerusalén, que se venera en la parroquia de San Sebastián / D.A.

Esta primera procesión de la Borriquita recorrió el casco antiguo y el actual Paseo de Almería, llamado entonces del Príncipe. Las calles por las que transcurrió fueron: Plaza de la Catedral, Conde Xiquena, Infanta, Real, Gravina, Plaza de Santo Domingo, Sagasta, Paseo, Ricardos, Glorieta de San Pedro, Floridablanca, Real, Santo Cristo, Mariana y Cervantes. Los directivos de la hermandad, vestidos con cetro y capirote morado, se encargaron durante el recorrido de ordenar las filas de los niños junto con el presbítero Pedro Martín Abad.

Se da la circunstancia de que se prohibió el acceso al interior de la iglesia del convento a todos los que no participaban en el cortejo “para no molestar a los niños”. Aun siendo verbal, ya se utilizaba esa peculiar “papeleta de sitio” para acceder al templo y ocupar espacio en el desfile. Por cierto, todos los integrantes de la procesión entraron al convento por la puerta que aún existe en la calle Cervantes.

Acto rebosante de dulzura

El diario católico “La Independencia” enalteció el desfile con un apasionado lenguaje periodístico: “acto rebosante de dulzura y emociones. Fue una fiesta de niños, pero una fiesta encantadora de una belleza incomparable, sugestiva”, publicó en primera página. El rotativo cifraba en “centenares de niños” los que desfilaron y, en un relato tristemente desaparecido, decía: “Las caras de los niños embellecidas con tan vistosas indumentarias; su compostura, su inexplicable silencio y seriedad, fue la pincelada del más delicado matiz que el candor de sus almas, la inocencia de sus corazones y los encantos de la niñez supieron poner en el bello cuadro que Almería entera presenció en medio de la mayor expectación y entusiasmo”.

Cuatro salidas antes de la Guerra Civil

La Hermandad siguió posesionando durante 1930, 1931, 1934 y 1935, siendo este último año en la jornada del Lunes Santo ya que el Domingo de Ramos cayó en 14 de abril y se celebra el cuarto aniversario de la instauración de la II República. Durante la Guerra Civil destrozaron todo el patrimonio, incluidas las dos imágenes del Niño Jesús de los Remedios y Nuestro Padre Jesús en su Entrada en Jerusalén, ambas de Francisco Gálvez Ferrer.

Niños vestidos de hebreos, en una procesión de Domingo de Ramos de los noventa Niños vestidos de hebreos, en una procesión de Domingo de Ramos de los noventa

Niños vestidos de hebreos, en una procesión de Domingo de Ramos de los noventa / D.A.

La procesión que hoy recorrerá las calles de Almería se reorganizó en la Iglesia de San Sebastián en 1948 gracias al esfuerzo del párroco, José Pardo Medina, aunque sin ser oficialmente hermandad hasta tiempo después. Ese año, la escasez de medios y patrimonio obligó a que la representación procesional de Jesús entrando en Jerusalén la efectuara un niño subido en una burrilla. En el año 1957 se adquiere la imagen de Jesús en su Entrada en Jerusalén en la “Casa de Arte Juan Cristóbal”, en Madrid, que se venera en la iglesia parroquial de San Sebastián.

En 1980 fue la Agrupación, y desde la Catedral, quien organizó el cortejo, que estuvo casi una década sin salir a la calle y en 1982 se iniciaron los trámites para su reorganización. Entre 1995 y 1996 Miguel Bejarano Moreno (1967) talla en Sevilla una nueva imagen en madera, “Jesús de la Victoria en su entrada triunfal en Jerusalén”, bendecida el 23 de marzo de 1996 en la Catedral. Por decisión episcopal, la Hermandad fue inhabilitada desde 1997 a 2005, quedando tutelada por la Agrupación. Durante cinco años, y desde 2000, la procesión salió desde la parroquia de San Agustín y en 2005 recibió sede en El Espíritu Santo, a donde se trasladó el 21 de mayo de 2005 y donde continua.

Muchos, demasiados, avatares para una cofradía que le encanta a los niños y que vislumbra en el horizonte su primer siglo de historia, aunque vivido de forma intermitente.

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