Demografía

Soledad de puertas adentro, el silencio en los pueblos de Almería

Carmen es una persona mayor que durante los últimos años hace su vida en solitario.

Carmen es una persona mayor que durante los últimos años hace su vida en solitario. / Javier Albiñana

La soledad no es solo una elección, sino una consecuencia palpable de la demografía local y la falta de estímulos urbanos. Es lejos de las ciudades donde la realidad cotidiana refleja un escenario donde la ausencia de opciones de entretenimiento y la población envejecida convergen en la experiencia de vivir solo. En municipios como Paterna del Río, Ohanes o Benitagla más de la mitad de sus habitantes viven solos. Y no son las únicas localidades de la provincia donde se dan estas cifras.

En estos pequeños pueblos, la soledad se manifiesta en un entorno más tranquilo y en una escasa oferta de actividades de ocio. La vida diaria transcurre con un ritmo más pausado entre paseo y paseo o conversaciones en la tienda el pueblo. Sea como sea, lejos de la agitación que caracteriza a las urbes. Esto se traduce en días más simples, que no quiere decir peores, donde las relaciones personales y la comunidad adquieren un papel más destacado para compensar la carencia de actividades externas. Quizás, el problema comienza cuando se entra por la puerta de casa y la soledad se cierne, pues, en estos municipios, las cifras de personas que viven solas son demasiado elevadas.

En la provincia de Almería, se perfilan distintos escenarios demográficos que reflejan la diversidad de opciones de vida en pequeños pueblos. Al examinar los porcentajes de hogares unipersonales, se vislumbran realidades concretas en cada rincón. En Paterna del Río, el 59,4% de los hogares se encuentran bajo el rótulo de unipersonales, seguido de cerca por Ohanes con un 58,7%. Benitagla exhibe un 55,95%, Alcudia de Monteagud un 55,6%, y Castro de Filabres un 52,4%. En Nacimiento, el 52,2% de los hogares se viven en soledad, al igual que en Alsodux con un 51,5%, Santa Cruz de Marchena con un 51,3%, Benizalón con un 50%, Beires con un 50%, Bayarque con un 50%, y Velefique con un 48,5%. Senés cierra la lista con un 48,2%. Estos municipios, dispersos en áreas como Los Filabres, Las Alpujarras o la Comarca del Nacimiento, presentan una tendencia marcada hacia hogares unipersonales, a menudo asociados a poblaciones envejecidas y una oferta limitada de actividades.

En contraposición, en los municipios costeros como La Mojonera, Huércal de Almería y Benahadux, con menor presencia de hogares unipersonales, la realidad es diferente. Aquí, la soledad puede interpretarse como una elección consciente en un entorno más dinámico y con mayores oportunidades sociales. La llegada constante de nuevas personas en busca de empleo y un estilo de vida más activo contribuye a un escenario donde la soledad se vive de manera diferente. La Mojonera ostenta un 17,2% de hogares unipersonales, mientras que Huércal de Almería y Benahadux se sitúan en el 20,5% y 21,8%, respectivamente. Arboleas exhibe un 23,1%, Adra un 23,9%, al igual que Pechina. Huércal-Overa alcanza el 24%, y Vícar cierra esta lista con un 24,7%. Estas localidades, con su ubicación más cercana al mar, parecen atraer a una población que busca una vida más comunitaria y activa.

Tamaños de los hogares 

En lo que respecta al tamaño de los hogares, Ohanes encabeza la lista con hogares de apenas 1,58 personas en promedio, reflejando una realidad de intimidad y aislamiento relativo. Le sigue de cerca Benitagla (1,68) y Paterna del Río (1,69). Benizalón y Bacares comparten un promedio de 1,79, al igual que Senés y Castro de Filabres con 1,83. Santa Cruz de Marchena presenta un promedio de 1,85. Estos municipios reflejan una preferencia por la vida más solitaria y tranquila.

La Mojonera (3,36), con un tamaño medio de hogar de 3,36 personas, muestra una dinámica más compartida, evidenciando una tendencia hacia la convivencia más amplia. Le sigue Vícar (2,92), El Ejido (2,85), y Huércal de Almería (2,84). Pulpí exhibe un promedio de 2,8, Benahadux (2,79), Huércal-Overa (2,78), Níjar (2,78), y Adra cierra la lista con un promedio de 2,76. Estos municipios reflejan una dinámica más comunitaria, donde la inmigración y la llegada de familias jóvenes desempeñan un papel relevante en la configuración del tamaño del hogar.

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