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Chamba vuelve a superarse: El atleta valverdeño, segundo en la general del KOA 515

Chamba, durante la prueba valenciana KOA 515.

Chamba, durante la prueba valenciana KOA 515. / M.G.

Chamba lo ha vuelto a hacer. El atleta valverdeño, una vez más, ha demostrado que no hay límites y ha conseguido, este fin de semana, colgarse la medalla de plata en la general del KOA 515, prueba celebrada en Valencia.

Hace tan solo dos meses, Juan Bautista Castilla y su equipo participaron en la Copa del Mundo de Ultraman en Florida, donde llegó en "un momento de forma óptima, sufrimos pero la disfrutamos desde primera hora". Ahora, el ir a Valencia "estaba muy cerca de la última prueba y no llegábamos"

Finalmente, Chamba "en tres días decidí que íbamos a ir" todo "porque quiero estar en el Campeonato del Mundo de Hawaii en noviembre y por ir preparándome un poco" cuenta a Huelva Información tras regresar a Valverde del Camino.

Tenía una espinita clavada con el KOA 515 ya que "en el 2022 me tuve que retirar porque se creían que estaba infartado. Al final terminó siendo una mononucleosis que me dejó el corazón inflamado, el hígado, el bazo y me llevé cuatro días en Valencia ingresado y después prácticamente cuatro meses de hospitales porque yo creía que no volvería a competir".

Llegó la hora de la verdad y comenzó la prueba. "Tenía una base buena de entrenamiento, lo que no tenía esa competitividad". El atleta asume que "hay que preparar la conciencia, no solo física, sino también psicológica" y reconoce que "fuimos un poco a la aventura, sabiendo que íbamos a sufrir mucho, pero con el objetivo marcado que era traernos lo más positivo que pudiéramos de cara a Hawaii".

El pasado jueves emprendieron el viaje hasta Valencia, "sin tiempo para prepararnos ni para habituarnos" y tras ocho horas "llegamos, tuvimos la presentación, los controles médicos y el viernes a correr". En la primera jornada "los primeros diez kilómetros de agua pues no fui a gusto en ningún momento. No iba sufriendo pero no tenía ese gen competitivo, no tenía esas chispa" que necesitaba para tirar para adelante.  "A mitad de carrera empiezo ya a tener sensaciones, pero ya me había quedado cortado, siete iban en cabeza en grupo nadando y yo solo en medio intentándolos pillar" cuenta Chamba a este diario.

"Salí el séptimo del agua" después le quedaban 150 kilómetros en bici y "ahí empecé a tener esas ganas de competir, ya me empezaba a encontrar bien e hice el segundo mejor tiempo en el sector y me coloqué cuarto ese día a 30 segundos del tercero, lo tenía bastante cerca". 

El sábado, segundo día del KOA 515, 276 kilómetros esperaban a Chamba. Un día complicado en el que él mismo se demostró que es un ejemplo de superación. "Me encuentro bien, había recuperado bien, me encontraba con ganas y motivado", pero todo se iba a complicar. 

"En el kilómetro 90, estaba en mi ritmo aguantando, empezaba un puerto donde ya era continuo, sube, baja, sube, baja" pero es precisamente ahí "donde me defiendo mejor y ahí vamos a atacar". En ese momento, "escucho un peo gordo y miro para atrás, mi furgón había reventado, mi furgón de asistencia había reventado la rueda de adelante". Un varapalo para Chamba, sobre todo, pero también para su equipo. 

A partir de ese momento, "me quedo sin asistencia y debato si sigo, si no sigo, si me retiro..." porque "son pruebas que el equipo es súper importante" confiesa. "Me dicen que tire para adelante, que ya se arreglará, que tire, que tire. 10 kilómetros sin asistencia, corono el puerto arriba, ya me había puesto en cabeza", lo más complicado lo había conseguido. 

Durante los duros y complicados 276 kilómetros "llega el coche de la organización con uno de mi equipo y me dicen que el furgón va para largo, que no me preocupe, que me van a poner un coche de asistencia". Chamba continuó rodando, pasaban los kilómetros y las horas "y nadie venía a avituallarme". "Se me habían ido dos por delante, sabía que los tenía ahí adelante, pero intentaba cogerlos y me desgasté muchísimo" confiesa. 

Chamba cuenta que "me llevé del 100 al 210 solo, sin asistencia, sin poder beber, comer, porque al fin y al cabo, por los lugares que pasaba, no llevaba nada de más. Me empecé a asustar porque empecé a orinar sangre del esfuerzo, me había deshidratado totalmente". Un día duro de competición que terminó completando "ya tirando hasta el 276 por orgullo".

Como dice Chamba "hay veces que no se corre con las piernas ni con el corazón, hay veces que se corre por la fe y a eso me agarré". "Mi equipo había dado todo por mí así que yo lo debía dar por ello y así me planté los 84 kilómetros".

Así lo hizo. Una vez más. "Podría aguantarlo y me la jugué a esa carta y salió redondo porque al final hice 7 horas 1 minuto 38 segundos en los 84 kilómetros" donde "no apreté en ningún momento, no aflojé sino me marqué que tenía que correr entre 4'/4'50''/4'55'' y aguanté constante".

Cruzó la meta, que "ya fue algo súper grande", pero Chamba se queda por lo que había "conseguido mentalmente, de que las adversidades no me hubieran bloqueado". Terminó segundo en la general  "después de ese tercer día en el que iba todo el tiempo controlando la carrera, al final le pegué un buen bocado porque el segundo día sí que me dejé tiempo, incluso, el segundo me sacaba 40 minutos pero en la carrera a pie le pude recortar casi una hora".

"Ahora sí: objetivo Campeonato del Mundo de Hawaii que por eso vinimos a KOA, a prepararnos esta prueba y ahora con todos los sentidos para llegar a final de noviembre primero de diciembre en las mejores condiciones y llevar a Huelva por bandera por cada rincón que vaya".

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