El golpe que la Guardia Civil asestó el 20 de mayo a ETA en Burdeos fue el comienzo de un cataclismo en la cúpula de la banda. Garikoitz Aspiazu Rubina, Txeroki, aprovechó la detención de Francisco Javier López Peña, Thierry, para suspender el poder del comité ejecutivo o Zuba, que siempre había regido los designios terroristas, y asumir temporalmente el mando único de ETA, según destacaron fuentes de los servicios de Información.

El ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, afirmó el mismo día de la detención de Txeroki que había caído "el máximo responsable" de la organización. Cuando fue detenido Thierry, sólo lo calificó como la persona "con más peso" en la banda.

El mando único que había instaurado Txeroki en ETA hace especialmente relevante su detención. Él se encargaba de formar y dar órdenes a los comandos, pero también de decisiones estratégicas que dan cuenta de su poder en ETA: entre ellas, las de impulsar la kale borroka en los territorios del sur de Francia que ETA reclama a través de grupos afines para incomodar al Gobierno de París.

Uno de los motivos de la reunión que abortó la Guardia Civil en Burdeos era el de redactar las conclusiones aportadas desde los distintos sectores de la banda. Según consta a los servicios de Información, Txeroki aprovechó el golpe de mando en ETA para prolongar y extender las consultas ante su disconformidad con las críticas recibidas en las aportaciones hechas hasta el momento, sobre todo desde las cárceles.

El poder acumulado por Txeroki dificulta su relevo. La Policía tiene constancia de quiénes son los etarras más próximos a Aspiazu Rubina en el aparato militar, pero existen dudas sobre la dirección política y logística. En las declaraciones de los responsables del comando Navarra tras su desarticulación, Aurken Sola y Xabier Rey relatan cómo a su encuentro de tres días con Txeroki en Hendaya siguieron prácticas de tiro y entrega de material explosivo por parte de otros dos hombres.

Uno de ellos fue descrito como un hombre "de unos 34 años y 1,90, con el pelo rizado por detrás y corto por delante, y de complexión atlética". Los investigadores no tienen duda: se trata de Jurdan Martitegi Lizaso, responsable de poner en marcha el comando Vizcaya junto a Txeroki y autor material de graves atentados. El segundo responsable tenía "unos 36 o 38 años y era alto, delgado, moreno de piel, de facciones bien definidas". Probablemente se trate Aitzol Iriondo, Gurbitz. Aunque los expertos no se atreven a dibujar con exactitud el esquema del comité ejecutivo antes de Burdeos, saben que Txeroki era ya parte de él antes de esa operación. Tampoco se duda del relevo de Thierry, mientras que de la composición del resto del comité sólo hay especulaciones.

Esas hipótesis apuntan a que la cúpula la completaban Ainhoa Ozaeta, también detenida en Burdeos, un responsable de la logística de ETA y una quinta persona sin identificar, acaso la mano que sostuvo a Txeroki en los momentos de mayor descrédito en el seno de la organización.